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Eduardo Castellanos | @KioscoInfo | 23 de junio del 2019
Unas hojas pegadas en lugares estratégicos de la Preparatoria Regional de Tepatitlán invitan los estudiantes de bachillerato a unirse a un taller de lógica, las clases son sabatinas. La maestra Adriana Pérez Armendáriz es la encargada de colocar los anuncios e impartir el taller. Pocos estudiantes atienden al llamado, uno de ellos es Alejandro López Romero, quien hace algunas semanas logró colocarse entre los diez mejores del mundo en un concurso internacional.
Con apoyo de su maestra, fue la segunda ocasión en que el estudiante del Sistema de Educación Medía Superior (SEMS) de le Universidad de Guadalajara (U de G), participó en la competencia que tiene tres categorías: bachillerato, licenciatura y master. El joven tepatitlense entrenó durante casi un año. El estudiante asegura que en un principio, durante el concurso estaba nervioso, pero terminó sintiéndose cómodo porque la lógica es uno de los gustos en su vida cotidiana.
“En este último concurso mejoré en comparación con el año pasado. La maestra fue la que nos habló de los concursos. Al principio yo solo iba al taller por mera curiosidad para darme cuenta de si me gustaba o no, al final me quedé. Entramos al concurso, no teníamos nada que perder”, indica el alumno.
Cuando López Romero llegó al taller por curiosidad, no imaginó que en ese espacio podría encontrar herramientas que le facilitarían la comprensión de situaciones de la vida cotidiana, además de respuestas a los problemas de la carrera que tiene planeado estudiar programación. Sostiene que al principio desconocía qué era un taller de lógica.
Asegura que lo que más disfruta son las ciencias exactas, toca la guitarra y está aprendiendo a tocar la mandolina. Reconoce que tener un poco de arte en la vida cotidiana es un equilibrio. Le gusta la computación, actualmente está aprendiendo a programar, señala que la lógica le ha servido para la programación; antes de asistir al taller, recurría a tutoriales para poder programar.
“Antes veía cursos de programación y lo hacía copiando, ahora teniendo un poco más de lógica ya me pongo a analizar cómo es qué funcionan, cuál es la sintaxis que tienen los programas y la programación en sí”.
“Uno de los motivos por los cuales he estado aprendiendo a programar es porque me gustaría desarrollar videojuegos, es algo que me gusta mucho, para mi es una manera de expresión artística, me divierte mucho y me gustaría compartir mis propios videojuegos”, indica.
El joven estudiante reconoce que desde que participa en el taller de lógica piensa y analiza los discursos de algunas personas, le permitió reconocer falacias que en otras circunstancias no habría identificado. Asegura que le cambió la manera de pensar. Sonríe al decir que no quiere decir que usar esta parte de la filosofía que estudia las formas y principios generales que rigen el conocimiento y el pensamiento humano, lo hayan convertido en un robot.
“Al analizar todo esto de la lógica me di cuenta de que es algo que se usa a diario, pero no nos damos cuenta, por ejemplo, a mí me gustan mucho las ciencias exactas por la carrera que voy a estudiar, se basa en la lógica, los sistemas operativos todos tienen su base lógica”, externa.
Por su parte, Pérez Armendáriz, asegura que la lógica es amplia, permite a los aspirantes a una ingeniería trabajar de una manera más eficiente.
“En el caso de los chicos que van a estudiar alguna ingeniería les puede servir, si van a programar ahí se utiliza lógica. Los desarrollos de inteligencia artificial también requieren de sistemas lógicos más avanzados, están en la base porque los sistemas lógicos te ayudan a procesar información”.
“Depende más bien de que lógica es la que te enseñaron, en donde la vas a estar aplicando. En términos generales, yo considero que sirve mucho para desarrollar en los chicos la habilidades de razonamiento”.
La lógica en todas partes
La docente nunca pierde la fe, es persistente, aunque sabe que pocos acudirán al llamado de sus anuncios instalados para participar en el taller. Invita a todos los bachilleres de «la regional» a participar.
La lógica como materia desapareció del plan de estudios del bachillerato de la Universidad de Guadalajara hace aproximadamente una década. Cuando la asignatura estaba en la curricula, Jalisco figuraba en los primeros lugares en competencias, es por ello que profesores como Pérez Armendáriz, han pugnado por que los jóvenes sigan aprendiendo y practicando la lógica.
La maestra Adriana es egresada la licenciatura en Filosofía. En la Prepa Regional da las asignaturas de ética, identidad y filosofía de vida, comprensión y exposición; y Ciudadanía Mundial y Democracia. Imparte un curso de lógica en línea en la Universidad del Valle De Atemajac (UNIVA). Ha participado en el Instituto de Filosofía en Guadalajara.
La profesora subraya que la lógica, es de suma importancia para el desarrollo de habilidades en el día a día. Cree que brinda posibilidades de analizar la retorica que emplean otras personas en sus discursos para tratar de convencernos de algo.
“La lógica sirve mucho para la vida cotidiana, a veces los chicos te cuestionan sobre cómo se va a usar la lógica en la vida diaria, lo mismo pasa con las matemáticas o las clases de ética. Todo conocimiento nuevo te ayuda a reorganizar tu sistema de creencias, de tal manera que vemos de distinta manera las cosas que te ocurren en la vida cotidiana”.
“Para la vida diaria se vincula la lógica más con la argumentación, que sería para identificar las afirmaciones que estás defendiendo o que se presentan tienen una justificación si se siguen de la información que te presentan, puedes identificar falacias”.
“La lógica te ayuda a tener mecanismos que te facilitan el pensar. Tienes un texto y si este está muy desordenado, no encuentras ni por dónde entrarle, en cambio, ya cuando tienes la herramientas lógicas te das cuenta de que ese texto es un desorden, pero te vas a centrar con un solo objetivo: tu argumento principal”, concluye la docente.
