jueves , 18 abril 2024

Rogelio González: campeón del futbol mexicano, verdugo del Barcelona y orgullo de Tepatitlán

– Atlas, León, Cruz Azul y Oro fueron las camisetas que defendió en la Primera División Profesional. Con el Oro se coronó y derrotó al Barcelona y le anotó gol al mismísimo Valencia. Pero su gran amor es el Industrial,  equipo con el que  la ciudad de Tepatitlán incursionó en el profesionalismo en 1974

Por: Julio Ríos

Un espigado, afanoso y atlético jugador tepatitlense, desplegó elegancia en las canchas del futbol mexicano durante las décadas de los 50 y los 60s. Se trata del tepatitlense Antonio Rogelio González Navarro, quien con aquella fina estampa alteña que le caracterizó, mostró sus dotes como un infranqueable defensa central, en equipos como Atlas, León, Oro y Cruz Azul.

Entre sus hazañas, está haberse coronado como Campeón del Futbol Mexicano con el Oro, frenando a las que la prensa especializada han considerado como las mejores Chivas de la historia. Además, con Rogelio González como titular, el Oro fue Campeón de Campeones y derrotó al mismísimo Barcelona. Y contra el Valencia el tepatitlense se dio el lujo de anotar un gol en una histórica victoria de los auriazules.

También, consiguió como Director Técnico el Campeonato Nacional Amateur para la Selección de Jalisco, integrada por única ocasión, solo por jugadores de Tepatitlán. También abrió la puerta al profesionalismo en nuestra ciudad, al llevar al equipo de sus amores, el Industrial, a debutar en la Tercera División en 1974 y luego, convertirse en club fundador de la Segunda División B.

Rogelio González Navarro, vistió la camiseta del Oro junto con su hermano Miguel y su primo Ramiro Navarro de Anda, ya fallecido. Aquella tercia tepatitlense causó sensación en las canchas nacionales.

Rogelio González Navarro y Miguel González Navarro

Debut en el Atlas 

Aguerrido defensa central, Rogelio González comenzó su andar en las canchas desde pequeño, en los torneos internos del Colegio Morelos y posteriormente en el Industrial, equipo de uniforme elegante (camiseta blanca y pantaloncillo negro) fue creado en 1953.

“Yo era el  Cajero Principal del Banco Industrial en la sucursal de Tepatitlán. Y me iba bien económicamente. Sin embargo, en los partidos que jugábamos contra equipos de Guadalajara me vieron y el señor Alberto Balbo, directivo del Atlas, equipo al que yo soy aficionado por cierto, me invitó directamente para unirme al equipo de Primera División sin hacer pruebas. Me convenció y dejé todo para seguir mi sueño en el futbol. La decisión era complicada. A mis padres, Juan Francisco González Navarro y Mercedes Navarro Castellanos, no les gustaba el futbol, pero con muchos trabajos logré convencerlos”, explica Rogelio en entrevista.

Fue así que en 1956, debutó con los rojinegros del Atlas, en contra del entonces poderoso Zacatepec, dirigido por Ignacio Trelles. Rogelio alineó con jugadores como Ignacio “Gallo” Jáuregui, Jesús del Muro y el costarricense Jorge “Palmareño Solís”.

Para don Rogelio ya es complicado encontrar datos entre el rompecabezas de los recuerdos, por eso, presente en la entrevista su hermano Miguel, compañero en las canchas y mano derecha en el banquillo, lo apoyó aportando y confirmando fechas.

En aquella época, recuerda, solo se jugaba con tres zagueros por lo cual, a él le correspondía constituirse como la última barrera para impedir a sus adversarios conseguir la gloria del gol. Y aunque era un defensa con cualidades para el duro marcaje personal, combinaba fuerza con una discreta elegancia, por lo cual le apodaron “El Pata de Oro”.

Paso fugaz en las “Panzas Verdes” y contratación en el Oro

Rogelio militó durante dos temporadas en su amado Atlas, hasta que un desgarre inguinal lo alejó temporalmente de las canchas y esperó pacientemente su recuperación, hasta que fue contratado por los Panzas Verdes del León con los que solo jugó una temporada en la que se ubicaron en quinto lugar de la tabla general.

En la temporada 1960- 61, ante la necesidad de un defensa de calidad, el club jalisciense Oro, opta por contratar los servicios de Rogelio González. El Oro es un equipo que quizá las nuevas generaciones ya no conocen, fue fundado en 1923 por empresarios joyeros de Guadalajara (de ahí el nombre).

En aquellas épocas, los equipos de la ciudad de Guadalajara dominaban el futbol mexicano. Las Chivas venían de ligar cuatro campeonatos al hilo, y en la temporada 60-61,  el segundo lugar fue Oro y el tercero el Atlas.

El único campeonato del Oro

El Oro llegó a la siguiente temporada como uno de los equipos más poderosos del país. Sin embargo, el gran favorito eran las Chivas, que tenían cuatro campeonatos seguidos y se habían ganado a pulso el mote de “Campeonísimo”.

 

Se mantuvieron en los primeros puestos toda la campaña y así llegaron a la fecha 26, la última jornada en la que se definiría al campeón. En esos tiempos no existía la liguilla y el campeón era el que finalizaba como líder de la tabla general. Las Chivas  sumaban 35 puntos y les bastaba con un empate para coronarse, mientras que el Oro tenía 34 unidades y debía ganar forzosamente.

“En la ciudad habían preparado incluso un gran festejo en Colomos para celebrar con todo y mariachis el quinto campeonato de las Chivas, que con el empate tenían. También los periódicos daban por sentado, que el Oro, que el Guadalajara iba a ser campeón y que el partido era un trámite. Nadie creía en nosotros y se equivocaron”, recuerda su hermano Miguel, presente en la conversación.

Dirigidos por el húngaro, Arpad Fekete, los jugadores del Oro salieron muy motivados y con la determinación de no ceder un centímetro de terreno y no amedrentarse ante las mejores Chivas de la historia.

En aquel encuentro, como en toda su carrera, Rogelio González demostró su aplomo: “De los rivales del Guadalajara, había varios que insultaban, te decían de todo. Ese ranchero de Tepa, me decían. Regrésate a tu tierra chicharronero. Yo no les contestaba nada, nomás los oía. Yo veía que ellos me querían provocar y yo para no caer en provocaciones no les contestaba nada”, rememora en entrevista.

De acuerdo con la crónica publicada en el periódico El Informador, el 21 de diciembre de 1962, y firmada por Enrique Aceves “Latiguillo”, Chivas salió con mucha soberbia al campo de juego lo cual le costó muy caro ante un Oro que peleó cada balón como si fuera el último.

Fue al minuto 75, cuando se dio el milagro: “Desde la banda derecha centró Amaury, para que (el brasileño) Neco entrara encarrerado y con la cabeza prendiera el balón, anticipándose a la intervención de Chaires. La de gajos impulsada con gran fuerza, se fue a andar en la cabaña del Guadalajara”, escribió Latiguillo.

 “El festejo que tenían preparadas las Chivas, se aguadó. A nosotros nadie nos celebró, fuimos a comer a un restaurante que se llamaba Chamberí, que era de un español directivo del Oro, a brindar con un cerveza y vámonos para tu casa, eso fue todo, no hubo grandes celebraciones porque nadie creía en nosotros. Pero nos fuimos a dormir con el grato sabor de la victoria y nos dieron solo una prima, 50 mil pesos para todos, incluyendo el entrenador. Pero eso no importa, porque es una gran satisfacción personal haber sido campeones. Hicimos la chica”, recuerda Miguel, hermano de Rogelio.

En aquella fecha histórica, por el Oro, alinearon Antonio «Piolín» Mota; Germán «Tamal» Ascencio, Adhemar Barsellos y Víctor Chavira, Rogelio González Navarro, Felipe el «Pipis» Ruvalcaba, Jorge «Tepo» Rodríguez, Amaury Epaminondas, Manoel Tabares «Neco», Nicola Gravina y José Luis «Zurdo» Pérez. En esa época no había cambios y Miguel que había sido lesionado, no pudo participar en este partido definitivo.

Oro culminó con 36 puntos y obtuvo el campeonato al relegar al Guadalajara al segundo lugar, con 31 puntos y el Atlas, al tercer lugar, con 31, empatado con el América.

“Para mi ser campeón ese día fue una cosa muy bonita, es un regalo que nunca lo olvido, sobre todo porque pensaban que no podíamos y demostramos que sí y éramos tres de Tepa que les enseñamos como se gana un campeonato”, señala don Rogelio.

Equipo El Oro

Campeón de Campeones y victorias ante Barcelona y Valencia

En la final de Campeón de Campeones, se enfrentaron a las Chivas, que se habían coronado como Campeón de Copa. En Ciudad Universitaria de la capital del país, el Oro ganó 3-1 con dos goles del tepatitlense Ramiro Navarro, primo de Rogelio.

Como Campeón de Campeones, el Oro se ganó el derecho de enfrentar al mismísimo Barcelona, uno de los equipos más importantes del mundo.  El encuentro se realizó el 8 de septiembre de 1963 en el estadio de Ciudad Universitaria.

El Oro venció 2 a 1 a los azulgranas, con goles de “El Halcón” Peña y Epanimondas, en un emocionante partido en el que los jaliscienses tuvieron que remontar el marcador.  Con esto Oro se unió al selecto grupo de equipos mexicanos que han derrotado al Barcelona, junto a América y Chivas.

Por si fuera poco, el Oro como titular, también derrotó  al Valencia, con goles de Epanimondas, dos de Rubini y al minuto 75, un gol del tepatitlense Rogelio González.

En las siguientes temporadas, el Oro siguió siendo protagonista. En 1963 se realizó un torneo de copa extraordinario, en honor al presidente Adolfo López Mateos, en el que disputaron la final contra el América, con el que cayeron 4-1.

En la temporada 63-64 la legión tepatitlense siguió siendo exitosa. Ramiro Navarro anotó ocho goles y Rogelio también aportó un tanto en la jornada 18 contra Morelia (al que vencieron 2-0).

Cruz Azul: el retiro

El Cruz Azul, que aún jugaba en el romántico estadio 10 de diciembre, en Jasso, Hidalgo alcanzó el campeonato de Segunda División en diciembre de 1964 y con ello, el ascenso al máximo circuito. Por eso, el técnico húngaro, Jorge Marik, en busca de refuerzos, puso el ojo en Rogelio González

Respecto a su traspaso a la Máquina Celeste, Miguel, hermano de Rogelio recuerda una anécdota: “Cuando Florentino Becerra, un amigo de mi padre le dijo: oiga que a su hijo lo vendieron a Cruz Azul,  mi papá respondió: Porque lo venden, si es mío” A mi papá  nunca le gustó el futbol.

Su primo Ramiro Navarro si continuó en el Oro durante tres temporadas más, donde siguió anotando, aunque en otras circunstancias, pues en la temporada 65-66 sus goles fueron clave para salvarlos del descenso. Miguel fue a jugar a Pumas, pero regresó a retirarse en el Oro.

Rogelio tuvo poca participación con Cruz Azul y regresó a Tepatitlán, para dedicarse a la rama del transporte. Y aunque parecía que su historia con el futbol terminaba, este deporte aún le aguardaba agradables sorpresas.

Un exitoso director técnico

Rogelio no se despegó del futbol y siguió dirigiendo a su amado Industrial de Tepatitlán, que en ese tiempo era amateur. Con un combinado de jugadores de este club y algunos otros refuerzos del municipio, alcanzó el campeonato estatal y por ende, el derecho a disputar el título nacional del circuito amateur.

“En 1973, se disputaría el campeonato nacional, pero los directivos de la Federación de Jalisco no querían pagar hospedajes, le sacaron al parche. Entonces Rogelio levanta la mano y les dice que él se hace cargo, pero con la condición que lo dejaran alinear solamente a jugadores de Tepa, porque querían imponerle jugadores de Guadalajara, como Juan Jasso, pero mi hermano no lo permitió. La otra condición es que como Director Técnico yo sería su mano derecha en la preparación física de los muchachos. La verdad que esa aventura nos costó mucho dinero porque había que pagar hospedajes y comidas de equipos que vinieron a Tepa”, relata Miguel, hermano de Rogelio.

El combinado tepatitlense que representaba a Jalisco salió airoso de la fase regional y llegó a la Gran Final, contra Sinaloa, la cual se efectuó en el estado de Oaxaca, donde los dirigidos por Rogelio González lograron el Campeonato Nacional Amateur.

“Cuando llegaron de Oaxaca, todo Tepa estaba esperándolos para recibirlos. Todo el pueblo estaba feliz, por la entrada de Emilio Carranza estaba lleno de gente como si fuera la feria de Abril. Los recibieron miles de personas y fue un día muy feliz para la ciudad”, apunta doña Guillermina, esposa de don Rogelio.

“La verdad que ni yo ni los jugadores esperábamos ese recibimiento tan bonito. Cuando íbamos entrando en el camión toda la gente estaba festejando, nunca había visto algo así en Tepa. El estado de Jalisco tenía 17 años sin ser campeón en el torneo nacional amateur y nosotros lo logramos con puros muchachos de Tepa. Fue un día muy bonito”, dice don Rogelio.

Entre los jugadores tepatitlenses que fueron Campeones Nacionales, estaban Marcos “El Malilla” Delgadillo, Alfonso Rayas, Miguel Barajas, “El Zurdo” Pozos, Efrén “El Cejas” Padilla (propietario de la cafetería La Pantera Rosa), Maguín Casillas (que luego fue técnico en Tecos y Académicos), Moisés González Navarro, Vicente Padilla, Pepe Vera, Jesús “El Flecha” Navarro, Benjamín Barba (originario de Mezcala), Rafael “El Tacua” González y su hermano Antonio “El Pigüa”.

Representando a Jalisco en la Copa Nacional Amateur

El Industrial salta al profesionalismo

A su regreso triunfal del Campeonato Nacional en Oaxaca, don Rogelio tiene la inquietud de contar con una franquicia de Tercera División para su amado Industrial. Es así como en la temporada 1974-1975 los albinegros juegan su primera temporada en la que culminaron en quinto lugar del Grupo 2 de la Zona Occidente, con 21 puntos, producto de 7 victorias, 7 empates y 8 derrotas.

El Industrial fue el primer equipo de Tepatitlán que incursionó en el profesionalismo, le siguió posteriormente el Tepa y luego el Reforma (que llegó a participar en la Liga de Reservas Zona Occidente).

El equipo participó en la Tercera División de 1975-1976 a 1981- 1982, cuando Rogelio González recibió la invitación personal de parte de directivos de la Federación Mexicana de Futbol para que el Industrial se incorporara a la extinta Segunda División “B” (hoy Liga Premier) a partir de la temporada 1982-1983.

En la Segunda División B el Industrial fue protagonista enfrentándose a equipos como Académicos, Ayense, Bachilleres, Correcaminos, SUOO y hasta Pachuca; además de encarnizados clásicos contra su archirrival, Alteños Tepa en el estadio Gregorio “Tepa” Gómez.

La aventura profesional del Industrial dejó muchas satisfacciones para la afición alteña, pero también muchos sacrificios económicos para Rogelio y su familia, quien en 1992 terminó por ceder la franquicia al empresario Jesús Cortés, con la condición de que mantuviera al equipo jugando en Tepatitlán.

Finalmente, Cortés vendió el 50 % de la franquicia al empresario tapatío Guillermo Martínez Güitrón y para tristeza de la afición tepatitlense, el equipo fue trasladado a Puerto Vallarta para adoptar el nombre de Delfines, con lo cual llegó a su fin a una historia de 17 años en el profesionalismo para el club Industrial.

El Industrial

Entre trofeos y recuerdos

Este año se cumplen seis décadas de aquel primer y único campeonato del épico Oro Jalisco, que consiguió las hazañas de derrotar al mejor equipo de la historia del futbol mexicano y al mismísimo Barcelona.

Tanto ha amado don Rogelio al futbol, que cuando regresó de su odisea en el futbol de Primera División, adquirió un terreno en Tepatitlán, el cual convirtió en un campo empastado con tribunas y vestidores, y a un lado de la cancha construyó su vivienda

En el Campo del Industrial, ubicado detrás del Templo de Las Colonias, se disputan encuentros de las ligas locales y por supuesto, es la sede del Industrial que mantiene sus equipos en varias categorías del balompié alteño. Desde su casa, don Rogelio puede ver los partidos para evocar viejas glorias.

A estas alturas, el futbol le sigue dando el regalo que le faltaba: volver a ver campeón al Atlas, de quien siempre fue aficionado. “Muchas cosas no me acuerdo. Ya llovió. Pero el futbol y mi familia, me han hecho siempre muy feliz”.

A los 86 años de edad, don Rogelio pasa sus días en su casa, rodeado de sus  blasones y sus recuerdos, entre fotografías, trofeos, diplomas y placas de homenajes que adornan su vivienda y aún le arrancan sonrisas. El escudo del Industrial de Tepatitlán, el retrato del Oro campeón del Futbol Mexicano y la fotografía de la tercia tepatitlense que causó asombro y generó admiración en las canchas de todo México, tienen un lugar especial en la pared principal de su morada.

En su cálido hogar, acompañado de su esposa Guillermina, sus dos hijas y tres hijos (uno de ellos, Yeyo, continuó su legado como delantero de Chivas y Santos) Don Rogelio, leyenda del deporte de Jalisco y orgullo de Tepa, sigue respirando futbol las 24 horas del día, desde que salen los primeros y delicados rayos del sol, hasta el anochecer.

Foto: Rogelio González Navarro

 

 

 

 

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