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Staff Kiosco Informativo | @KioscoInfo | 12 de septiembre de 2019
También las cuestiones económicas, más que las humanitarias podrían estar detrás de la negativa de México a constituirse como el Tercer País Seguro, asegura Rogelio Martínez Cárdenas, profesor investigador del Centro Universitario de Los Altos de la Universidad de Guadalajara.
Atento a las posturas del Senado Mexicano y de la Cancillería mexicana, con las declaraciones de su titular, Marcelo Ebrard Casuabón, el académico es reservado al señalar si las autoridades Mexicanas darán su brazo a torcer, porque aunque hay indicios de que el país seguirá firme en el rechazo, la política podría dar un giro si Estados Unidos mete presión por otros frentes, como en el económico, por ejemplo.
“Hasta ahorita la posición había sido no. La política exterior mexicana había sido muy rígida en ese sentido con la situación actual. No sé si en algún momento, las presiones modifiquen la postura actual y tenga que aceptarlo. La idea es no, pero tenemos que ver hasta dónde somos capaces de resistir las presiones estadounidenses.
En realidad las negociaciones se hacen con base a muchos elementos. México tiene muchos con qué negociar. Ahí sería ver la capacidad de gestión política que tienen, en este caso el secretario de relaciones exteriores”, dice.
Y es que según el académico del CUAltos, sí México se convierte en el Tercer País Seguro, “tendría que darle asilo a miles de personas, lo que significa un aumento en la población, y por consiguiente aumentarán las necesidades del país. Por eso es que se rechaza la situación porque es una gran cantidad de personas las que están viniendo”.
Advierte que cuestiones como el estancamiento del Producto Interno Bruto remarcar las condiciones para no hacerlo.
“No estamos creciendo al ritmo que deberíamos crecer para satisfacer las necesidades de empleo de toda la población mexicana. Si comenzaramos a crecer rápido, no por los efectos de la natalidad, si no por la inmigración, entonces necesitamos crecer a ritmos mucho más rápidos que los que tenemos en estos momentos, y no hay condiciones para hacerlo. Incluso los datos dicen que estamos prácticamente estancados.
Los ciclos de Producto Interno Bruto cada vez son menores, lo que está haciendo que tengamos una economía estancada. Nos estamos poniendo en una situación crítica en términos crecimiento”, asegura.
Si bien un flujo considerable de migrantes viven en la actualidad como población flotante en el territorio nacional, lo está únicamente bajo esa condición, no con los derechos totales de un mexicano, comenta Martínez Cárdenas.
“Sí se quedan las personas, pero en la situación actual, se quedan mientras está en trámite con Estados Unidos su solicitud de asilo. Una vez que no proceda, nosotros podemos deportarlos, porque no estamos obligados a mantenerlos en el país”.
Además, el profesor universitario considera que una eventual declaración de México como Tercer País Seguro le daría a los Estados Unidos el botón automático de rechazo a las peticiones de asilo a los latinoamericanos, y con esto, que sea su país vecino quien los acoja de manera obligatoria.
“Eso implica que forzosamente los tenemos que recibir nosotros y facilitará el que Estados Unidos los rechace, y los tendríamos que aceptar automáticamente. Si bien eso trae consigo un beneficio, porque Estados Unidos da un subsidio, esto trae detrás muchas implicaciones, pues se quedarían muchas personas en México y tendríamos la obligación de darles trabajo, servicios de salud, y todo lo demás. Y en este momento sólo estamos ofreciendo un servicio humanitario, atendiendolos pero no estamos obligados a todo lo demás como a cualquier mexicano”, explica.Cuestiones de geografía
Por cuestiones de geografía, en términos de migración, México sólo debería de ser una zona de paso seguro entre quienes viajan desde sudamérica y centroamérica hacia los Estados Unidos, y no una barrera de protección de Norteamérica, sostiene el doctor Rogelio Martínez.
“Nosotros debemos asegurar el tránsito de los migrantes que pasen por el territorio nacional, proteger su integridad solamente. No vienen a hacer una relación con México, sino con Estados Unidos, pasan por aquí por la cuestión geográfica, pero nada más.
Para el investigador de CUAltos un reforzamiento más eficaz en la frontera sur podría eventualmente significar una disminución del tránsito de inmigrantes.
“Teniendo un control muy estricto en la frontera sur podríamos contener mucho del tránsito. De hecho los criterios para expedir las visas de inmigración a nuestro país son muy estrictos para los latinoamericanos, precisamente por eso, para evitar que lleguen a México y facilitar su llegada a Estados Unidos, pero eso lo hemos hecho toda la vida”.
Sobre la presencia de la Guardia Nacional en Chiapas, y todos los estados fronterizos, Cárdenas Martínez señala que esa no es la función de esta corporación de élite.
“Tener una política militarizada para que no pase la gente, es un tema complicado. No es la función del ejército -bajo el nombre que le quieran poner- proteger la frontera de la inmigración como lo estamos haciendo. Si deben de proteger, pero no detener el paso de la gente, porque en estas caravanas hay de todo, si hay gente que viene huyendo de conflictos en sus países de origen, y entre esas masas hay elementos que vienen con otra intención, pero no es la función de la Guardia Nacional, para eso están los elementos fronterizos como los agentes de migración que ese es su trabajo”, puntualizó.
¿Qué es un tercer país seguro?
Según el académico se reconoce como Tercer País Seguro a las naciones que ofrecen asilo a las personas a quienes un país, en este caso Estados Unidos les ha rechazado su solicitud de ingresar a su territorio para resguardarse de una situación de inseguridad en sus países de origen.
Esto implica que el el territorio que se declara como Tercer País Seguro tiene la obligación de resguardar a los migrantes y acogerlos como si de ciudadanos propios se tratara.
