sábado , 4 mayo 2024
Foto: Fonda Murales en Lagos de Moreno | Kiosco Informativo

Lupe y Lupa no eran hermanos, ni amigos inseparables….

Primero

Lupe y Lupa no eran hermanos, ni amigos inseparables….

Ellos se conocieron de ojeada, él, solo, como siempre en aquel bar estaba en un extremo, cuando la vio llegar, con amigos, de inmediato la ojeó en la parte baja de la espalda y justo es decirlo en el viso, ella, por su parte, sentóse ofreciéndole su lado izquierdo, se sentía observada, quizá también deseada.

Visto que el campo  visual de las personas  es de 60 grados en sentido horizontal, uno puede aparentar ver hacia el frente, pero si se siente curiosa y atentamente vista, de manera discreta puede percibir cuantas veces y que tanto dura la observación del hombre, sobre todo si este porta un elegante saco italiano ,pero en el caso de las mujeres, cuyas miradas no son tan impertinentes como los descendientes de Adán, con un leve movimiento lateral de los globos oculares, el campo visual se puede ampliar a mil grados y desta manera sospechar las tan concupiscentes y tan agradables intenciones de quien las ve.

De vez en cuando, Lupa, con el pretexto de llamar al mesero, volteaba y aprovechaba para escudriñar mejor a su observante, Lupe a su vez, ya entrado en este juego de miradas, fingía distracción para dejarse ver y salir en la foto.

Pues bien, cuando Lupe consideró que este primer round de reconocimiento era suficiente, pidió la cuenta y en el trayecto de salida se convenció que su apreciación desta mujer era correcta, lucía bellísima y lo que sigue.  A su vez, ella encargó a un amigo del equipo contrario, que checara la mercancía para ver si el juego visual que se había establecido ese sábado noche, valía la pena.

Una vez abordado el vehículo de regreso a casa, Lupe pensó que el segundo round se tendría que dar, pero no la conocía ni a ninguno de sus acompañantes. Sin embargo, dado que, en el reino de Micomicón, todos estaban en un puño, no faltaría la ocasión de verla de nuevo.

 

Segundo round.

El segundo round no tardó en llegar, Lupe, asiduo al gym, regresaba una noche tras una pérdida de tres mil calorías por hora más dos litros de agua, cuando di solito, la vio en una pizzería. Allí trabajaba, demandó tres fragmentos de hawaiana y una Fanta sabor naranja, el dependiente asintió, ¿pero que creen?, en lugar de ser el quien atendiera al demandante alimenticio, treinta segundos después, quizá un minuto, salió Lupa y con disimulado beneplácito, se encargó de restaurar el estómago del entonces esbelto cliente. Obvio, a la espera de la primer pregunta o preguntas que se hacen cuando dos desconocidos interesados el uno por el otro, están frente a frente. Ella, presta a responder de dónde era, su nombre, en aquel momento aún desconocido y su hora de salir al pan.

Pero el primer cuestionamiento de Lupe fue, “¿sabe usted cuantas calorías aporta un fragmento de su pizza?” ella desconcertada pensó, “las que tú quieras papacito”, pero verbalmente atinó a decir, “ay disculpe, ese dato no lo sé”.

Acto seguido, el curioso y calórico Lupe, propuso que pesaran un fragmento y en base a los gramos obtenidos y a la conversión calórica, un gramo de carbohidratos y proteínas, cuatro calorías respectivamente, así como nueve calorías por gramo de grasa, dando un total de mil calorías por cada gran fragmento del cibo preferido y creado en la península.

Esto fue una afrenta intelectual para Lupa, quien a la brevedad expresó alguna frase en inglés, lo hablaba a la perfección, y Lupe aparentando saber lo de Shakespeare sostuvo un breve pero interesante intercambio lingüístico que culminó con la siguiente pregunta, “¿será posible verla a solas algún día?”, a lo que Lupa, con la mirada ya inyectada de brillo respondió, “¡Maybe!”.

 

Tercer round.

De cómo se dio el tercer round…

Lupe siempre tenía plan B, C y a veces más, a la espera de una señal, la Fermosa Lupa ya tenía su número, fue muy solícito a una fiesta fuera del reino de Micomicón, con el plan B, que medía 90-60-90, desas chavas que le ponen más atención al celular que a los besos y estando en el festín, dejó literalmente colgado a Lupe por 30 a 40 minutos ,con el ancestral pretexto de ir al toilette (se pronuncia Twalet), entonces, en dicho  lapso, entre al fastidio de la ociosidad, recordar que es la madre de todos los vicios, y a veces de los más ingeniosos planes, recordó que en Micomicón tenía una incondicional amiga, Tita, y he aquí  la escena;

–Hola Tita, necesito que me haga un favor.

–Ora que chingaos quiere doctorcito.

–Mire, ponga en su máquina de escribir, ojalá que ese maybe, se convierta en ¡yes!

–Jajaja, ¿a quién se quiere coger?

–Ándele, porfa, una vez que lo tenga, pida un taxi y envíelo a esta pizzería.

–Hijo de su pinkfloyd, no tiene remedio.

–Ándele y a mi regreso vamos a la Mangia, pa’ contarle deste caso clínico.

–Jajajaja, orita mismo lo hago, pero con la condición de que a la brevedad me cuente quien les a nueva susodicha.

–Tamos tratados Tita…

El papel fue enviado, la respuesta esperada, pero no fue hasta que pasaron tres días cuando una noche, su portable registra un número inconnue, desconocido, y del otro lado se escuchó un angelical “¡Holaaa!, era la clave de acceso…

 

Cuarto round.

Diez años más tarde, las cosas no van bien con Lupe, un extraño mal le aqueja y le está afectando hasta el alma. Lupa lo contacta, buscando una reactivación de lo de antes, salen algunas veces y ella le pregunta insistente que si lo suyo no será psicológico. Antes del inicio de esta debacle, él terminó con una más de sus personajes y todo mundo atribuye a esto; y a las fuerzas del mal su enfermedad.

Pero ya que andamos por aquí, abramos el baúl de los recuerdos. Días más tarde del final Lupe recordó que el famoso cabello oscuro y largo, era de una de sus queridas hijas, quien con cierta frecuencia hacía siesta en su departamento.

A su vez, él demanda que ella le explique cómo es que el gran amor que decía profesarle se acaba a los quince días, cuando la vio con otro hombre tomada de la mano en aquel recinto de las fiestas del núcleo, “te vi entrar y lo tomé de la mano a propósito, para darte celos” explica ella y ambos ríen nostálgicamente de cómo la mente e imaginación vuelan mucho más rápido que la realidad y terminan con relaciones que en el papel pueden ser muy padres.

Pero Lupa no ha cambiado, es combativa, un día, cuando las fuerzas de él se deshacen tanto o más rápido que sus sueños, le envía un mensaje, Lupe ya no puede muy bien el portable, tarda en contestar y ella haciendo uso de sus más bajos instintos femeninos le escribe: ”estás así, porque quieres”.

Tiempo transcurrido, para continuar, deposite otros diez años…

Peleen limpiamente, no se valen golpes bajos y ahora choquen los guantes…

El cuarto asalto no pudo ser mejor. Cena en el mismo lugar de las miradas. Brandy, coqueteo, e ida al lugar donde las arañas hacen su nido. Antes de subir, Lupa le confesó que no tenía mucho busto, él asintió, ello no le era muy importante, acostumbraba más bien a navegar por otras aguas; y una vez tomado el sacramento del placer, las reuniones se hicieron al menos dos veces por semana. Habría que verlos, podían hacer un verdadero simposium sólo con hablar de chilaquiles. A Lupe, además de estas tan amenas charlas, le fascinaban dos cosas de ella. En primer lugar, que era muy acomedida, si por ejemplo, él le decía en noches de cuchiplanchado, ”hazme lo que quieras”, ella muy solicita desarrollaba a la perfección su papel de hacedora.

La segunda era verla en las mañanas sin maquillaje, paso a explicar, él también llamado Trucco en italiano, es en muchos casos, verdaderamente eso, un truco, un engaño, para el observador y la piel, cuando se usa en demasía, crónicamente viene a suplir en gran parte las funciones de la piel facial. Por ello, muchas o casi todas las mujeres lucen una faccia pálida cuando no lo tienen, desconcertando de manera evidente a quienes osan verlas sin el famoso artilugio, del latín Artis-lugere, (el arte de llorar), pero que se utiliza como sinónimo de engaño o aún más, haciendo las veces de una pesada cruz, que tienen que cargar por años, todos esos inocentes que buscan en el matrimonio la felicidad eterna, sin saber que es este, es la justa venganza que Dios Nuestro Señor heredó al ser humano, como castigo por haber crucificado a su hijo…

Pues este no era el caso de Lupa, era ella la mujer más bella vista sin maquillaje por las mañanas, con un perfil perfecto, bueno, tenía una oreja más grande, y esos ojos, tan expresivos, tan nobles y sensuales. Él le hacía ver esas cualidades que pocas mujeres tienen y de hecho cuando Lupa abusaba del maquillaje, desmejoraba un poco.

La relación se volvió bien chila, ella daba la impresión de querer todo con Lupe y este a su vez, sólo quería el 33 por ciento, evitando siempre que ella invadiera su tan valiosa libertad. Él no solo vivía de ella, necesitaba estudiar, documentarse, saber su motivo de existir y ella llamaba, quizá un poco demasiado, ¿”te estoy enfadando?” le preguntaba y Lupe decía “es que…”

Pero fuera de eso, todo marchaba bien, hasta aquel famoso Domingo Morning en que Lupa, de cabello muy cortito, le muestra un cabello oscuro y largo encontrado entre las sabanas y pregunta y esto “¿de quién es”?

De forma despreocupada, el hombre respondió con un ingenuo, “no se mija…” y el miércoles siguiente recibió un mensaje donde Lupa decía: “necesito hablar contigo!”.

 

Último round.

Este es el último asalto, pongan todo de su parte y den un buen espectáculo, el público quiere pelea…

¿Qué pretexto le vas a poner Lupe?, ¿ninguno verdad?, es una mujer completa, han sido tres meses intensos, sé que no estas convencido, que usas sus argumentos para evadir el compromiso. “¿Tienes miedo verdad?” te dice ella, y tú lo agarras de bandera. Hoy no lo sabes Lupe, pero años después vas a leer en el libro de Bruce Fisher  que muchos de los lazos afectivos se dan de manera involuntaria después de dos años de convivencia, pero tú tienes poco, quizá lo que deba hacer Lupa es no forzarte y tener paciencia, dar tiempo a que las cosas se den…¿O es lo de siempre?, ¿es ella?, esa mujer de la cual siempre estás enamorado tú solo, y cuya verdad verdadera del mundo mundial no puedes decir el nombre impronunciable, ¡imagínate el escándalo!

¡Ya se!, saca el tan conocido y muy femenino pretexto de los hijos, ese no falla, recuerda los dos casos en que llegaste con las llaves de tu alma y entrambas, en ocasiones diferentes, dijeron estar muy dedicadas a los hijos, a pesar que aun estando siempre en el mismo menester, es decir, los hijos, aceptaron relaciones tóxicas y ultra tóxicas, comprobando con ello que muchas personas ignoran a los ángeles por andar con el diablo.

¡La pelea está en su punto culminante señores y señoras!, Lupa da dos golpes bajos y lleva contra las cuerdas a su adversario, éste cierra la guardia y soporta todo el castigo como Taquito el de Bryce Echenique, pero ella no para de mandar golpes que casi todos dan en su objetivo, ¡qué pelea señores!, faltan diez segundos para el campanazo final…

– Lupe dime por favor, ¿porque no podemos llevar una relación al menos un poco más formal – tras una pausa y suspiro, el semblante de Lupe palidece y dice – mija, yo no puedo llevar una relación seria con nadie

– Pero, ¿por qué?

– Es que yo…

– Tú, ¿qué?

– Yo…

– ¡Ya dime por favor que voy a estallar!

– Yo soy…

– Eres, ¿qué?

– Yo querida, soy…sexo servidor

– ¡¿Quééé?!, ¿y por qué haces eso Lupe?

– Mira, con mi trabajo no ajusto para las colegiaturas de la universidad de mis tres hijas; y con esto acompleto el mes – se hizo un pesado silencio.

– ¿Y cuánto cobras?

– Mira, el primer orgasmo quinientos, de uno a cinco, mil pesos…

– Y, ¿si son más de cinco?

– Esos van de cortesía, aplico aquello de clienta frecuente.

– Ni modo Lupe, tú y yo no podemos llevar una relación.

Esa noche Lupe durmió de lo más profundo y soñó que seguía siendo libre para enamorarse de cualquier mujer a quien le naciera enviar una rosa roja…

 Francisco Oviedo

Pandemia 2020

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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