Eduardo Castellanos |@KioscoInfo | 14 de octubre del 2018
Dos cajas de madera, una cubeta de 19 litros y un costal; son suficientes para que todos los martes y sábados, María del Consuelo, pueda trabajar. Vende nopales en la esquina de las calles Moctezuma y 16 de septiembre en el centro de Tepatitlán. Su imagen aparece en las búsquedas de Google maps.
A veces la venta es buena y en ocasiones no tanto. Desde hace más de quince años sobrevive de la venta de productos del campo. Viaja desde una ranchería cercana a Tototlán. Llega a Tepa con diez o cinco kilos de cactáceas para vender; la cantidad varía según la suerte y la generosidad de la planta.
“El nopal lo junto en el cerro, a veces que no hay, no vengo a vender. Depende de si hay o no, es como yo vengo a vender. Corto los nopales de un día antes. Me retiró a buscar a la Mezcalerita o donde haya”.
Tiene los ojos verdes. Es amable, muestra una sonrisa a la que le faltan algunos dientes. Conversa mientras con un cuchillo pica mercancía, porque picada y en bolsa le dará a ganar unos pesos más.
Su esposo inició el negocio mucho antes que ella. En otros tiempos la venta no se limitaba solo al nopal, el campo les regalaba otros productos para ofrecer a los marchantes. Su marido falleció hace algunos años; María del Consuelo y dos de sus hijas decidieron continuar con la venta.
“Empezamos mi esposo y yo a vender aquí. Él se llamaba Ramón Arias Carmona, él ya tenía mucho tiempo de estar vendiendo aquí, pero yo apenas poquito más de quince años. Cuando empezamos a vender estábamos en la otra esquina (16 de septiembre y Juárez) de allí nos cambiaron para acá y nos decidimos a vender, siempre vendíamos algo, por eso nos decidimos, nos iba más o menos bien”
“Vendíamos nopales, tunas, camote de cerro y víbora de cascabel, todo vendíamos, ahorita yo sola nomás vendo nopales. Él ya faltó y por eso yo vendo sola, hay veces que venden mis muchachas aquí, mire que si vendo”, remata con entusiasmo.
Sus hijas también viven en el rancho. A ellas les toca recorrer las calles de la ciudad ofreciendo los nopales que fueron cortados y pelados el día anterior.
“A veces también venden aquí. Una es güerita y la otra es una trigeñita muy trenzuda”, describe.
Asegura que en marzo o el tiempo en que caiga cuaresma incrementan sus ventas. Afirma que la época del año cuando más nopal recolecta es en los meses de abril y mayo.
“En esos dos meses es cuando hay más”, señala.
Acostumbrada ya las espinas, María del Consuelo vende sus nopales enteros o picados, diez o quince pesos según elija el cliente.
Según la página “Arquelogía Mexicana” en México hay registro de 93 especies de nopal. María del Consuelo dice conocer solo dos.
“Este nopal es blanco de cerro, también vendo chamacuero, nomás esos dos, es igual”, asegura.
Foto: Nopales del cerro en TEpatitlán | Kiosco Informativo
Al nopal se le atribuye una cantidad importante de beneficios y propiedades. De acuerdo a un artículo publicado por el Diario El Universal, esta planta es un digestivo natural, previene el cáncer de colón, es rico en fibra, controla el colesterol, previene la diabetes, combate la obesidad, ayuda a quitar la diarrea, ayuda a mejorar los problemas de gastritis y úlceras, reduce el riesgo de sufrir osteoporosis y es un rico alimento que puede preparase de distintas maneras.
Todos los martes y sábados, a veces también los jueves, los tepatitlenses pueden adquirirlo en el cruce de Moctezuma y 16 de septiembre, justo donde aparece la imagen de María del Consuelo en Google maps.
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