Juan Eduardo López Morales | @EduardoLopezM | 13 de mayo de 2020
Vivir el presente. Quizás esa es la frase que a muchos en esta pandemia, nos hará ya no postergar cafés o chelas con amigos, compañeros de trabajo o de la vida, y que siempre dejábamos para luego, y por diferentes circunstancias, parecerían que nunca se podían cumplir.
Se supone que estamos en cuarentena desde aquél puente por el natalicio de Benito Juárez. Pero en realidad ya no llevo la cuenta de los días en que los Jaliscienses, llevamos confinados, obedeciendo la frase de #Quédate en Casa, que es lo mínimo que podíamos hacer si de verdad queremos a los nuestros y a nosotros mismos.
En estos días de encierro, no le propongo realizar, aprender o desaprender cosas, retos, dinámicas, etc. La verdad es que cada uno vivimos procesos distintos que para unos funcionan y para otros no. Vivimos aprendizajes que para unos pueden ser útiles, pero para otros no, lecciones que para unos pueden generar acuerdos, y para otros no. Pero la verdad nunca está dicha para nadie.
A lo que si puedo invitarlo es a reflexionar las siguientes preguntas: ¿Qué le dejó de forma personal esta pandemia? ¿Realmente aprovechó su tiempo? ¿Qué cambios de manera personal, realizará a partir de esta vivencia? ¿Sigue muerto en vida, o en vida ya está en el panteón?
Estas preguntas quizás merezcan múltiples respuestas. Pero la realidad es que usted, estimado lector, puede responder de manera puntual y sincera o no, eso ya depende de cada quien, lo que veíamos muy lejano, ya nos está alcanzando como país, en lo económico, en la salud, en la crisis de todos los sentidos, y es que realmente todos somos vulnerables.
Somos vulnerables a no saber qué hacer, somos vulnerables a no tener todas las respuestas, somos vulnerables al no poder abrazar a los seres queridos y a los amigos cercanos que inclusive se convierten en familia, somos vulnerables al estar en casa y no poder salir libremente a la calle, como si nada, somos vulnerables porque la mayoría de los medios de comunicación ayudan a generar ese estado de vulnerabilidad en vez de informar.
Seguimos siendo vulnerables, porque entre la pelea de cifras de los distintos gobiernos y partidos, no hay un acuerdo de cifras de afectados en México, por esta pandemia, somos vulnerables, porque muchos tenemos y/o conocemos un familiar sin trabajo, que no la está pasando nada bien, sobretodo porque la comida escasea en muchos hogares y la desesperación llega.
Somos Vulnerables porque nadie sabía que justamente la noche del 31 de diciembre una pandemia se estaba por atacar.
Todo esto nos dejará aprendizajes, lecciones, pero sobretodo nos hará replantear los muchos pretextos que ponemos para no hacer lo que tenemos que hacer cada día.
Pero, calma. No todo está perdido por ser vulnerable.
A partir de hoy podemos dejar de “actuar” como todos quieren que actuemos para simplemente decir palabras básicas en la vida: te quiero, te necesito, te amo, eres importante para mí, gracias, cuentas conmigo.
Ojalá esta pandemia, nos deje ser más empáticos y expresivos con aquellos seres humanos que queremos y tenemos cerca.
A partir de hoy, y no «ya que termine esto» deberíamos aprovechar esos momentos para expresarnos sin miedo al qué dirán y de ese modo, seguramente no seríamos tan vulnerables.