Martha Laura Hernández Ortiz | @KioscoInfo | 11 de septiembre de 2019
Esta cueva se ubica en la barranca de la ratonera, a un lado del cerro del Picacho, que se localiza entre las comunidades Ojo de Agua de Latillas y la Laborcilla, ambas pertenecientes al municipio de Tepatitlán de Morelos.
Según se cuenta, en esta cueva hay un enorme tesoro, del cual el diablo se ha apoderado; varias personas han intentado sacarlo para poder quedarse con dicho tesoro, pero hasta ahora nadie lo ha logrado, ya que algunos no han logrado siquiera entrar en dicha cueva, porque antes de intentarlo, terminan espantados y huyendo de ese lugar.
Hace aproximadamente unos 50 años que personas pertenecientes a esta misma comunidad de Ojo de Agua de Latillas, fueron con la intención de lograr entrar en la cueva para así poder tomar el tesoro y regresar con ello, porque no creían que fuera cierto lo que se contaba sobre dicho lugar, pensaban que sólo sería entrar, tomar el tesoro y regresar. Entre estas personas se contaban el señor Felipe, Chabelo y María, las cuales iban acompañados por el señor cura de San José de Gracia, Juan Hernández, al cual llevaban con la intención de que les ayudara, para poder descubrir qué era lo que se había apoderado de dicho tesoro.
Al llegar a la cueva, el señor cura con el apoyo de una vara dibujó un círculo en el suelo y en medio puso una cruz, les dijo a las personas que acompañaba que se pusieran dentro de dicho circulo, que así los espíritus malignos no podrían hacerles ningún daño, mientras él intentaría comunicarse con el azoro que estaba apoderado del tesoro.
El sacerdote, empezó a invocar, llamando para que se manifestara y fue entonces cuando el cerro se estremeció, la montaña tembló y las tres personas que se encontraban dentro del círculo, se desmayaron y cobraron razón de su conocimiento hasta que el señor cura los volvió en sí.
Fue entonces que les contó cómo estaban las cosas, les dijo que según eso, para poder entrar a la cueva y tomar el tesoro, debían entrar tres personas, pero que sólo dos de esas tres, podrían salir con vida, porque al estar allí, la entrada de la cueva se cerraría, mientras que el diablo se aparecería en forma de toro, contra el cual deberían de luchar, entonces él, lo único que pedía a cambio de permitirles llevarse el tesoro, era que al estar peleando, mataría a uno de esos tres para así apoderarse de su alma.
Una vez que hayan hecho lo anterior el mismo chamuco o diablo, les indicaría a los otros dos sobrevivientes, donde estaba el tesoro para así ellos podrían tomarlo y sin más, podrían salir de allí e irse y no volver jamás.
Mientras escuchaban lo anterior, el miedo ya se había apoderado de ellos, y como ninguno tenía el valor para entrar y perder su vida, decidieron mejor irse del lugar y perder el interés por dicho tesoro. Se dice que después de ellos, muchas otras personas han acudido con la intención de traer el tesoro, pero hasta ahora, ninguno de ellos ha tenido el valor para morir y perder su alma, así que todos han fracasado y quedado en puro intento.