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Gabriel Alejandro | @alex_belh | 10 de agosto de 2017
Tanto el Sistema Nacional Anticorrupción como el Sistema Estatal Anticorrupción de Jalisco (SEAJ), han concluido con sus procesos legislativos y los partidos políticos de todos los colores, han levantado el sombrero para saludar como autores de tales reformas que en realidad emergieron de la sociedad civil.
En Jalisco, el Sistema Estatal Anticorrupción es de avanzada, y permite (al menos en papel) una importante participación de la sociedad civil organizada; contempla la creación y reingeniería de instituciones para fortalecerlas y que éstas lleven a cabo políticas públicas de prevención, control y sanción para actos y delitos de corrupción, así mismo, pretende otorgar una mayor autonomía a la figura del fiscal anticorrupción. Sí, pareciera que el SEAJ va por buen camino, sin embargo los legisladores decidieron ignorar una demanda de ciudadanos y académicos: la implementación del servicio civil de carrera.
Si bien es cierto, actualmente en Jalisco se cuenta con una Ley del Servicio Civil de Carrera que ̶ se supone ̶ obliga a las autoridades tanto municipales como estatales de los diferentes poderes del Estado a privilegiar las convocatorias públicas, concurso de oposición, exámenes de conocimientos, perfil académico y experiencia en el área para la designación de cargos públicos, en la realidad es muy diferente, los partidos políticos (TODOS) se niegan rotundamente a este tipo de forma de hacer política.
En México, los partidos políticos son prácticamente agencias de colocación, en el que ganar una elección es considerado un botín económico que deberá repartirse entre aquellos que colaboraron en las campañas, así como sus amigos y familiares; es por esto que el servicio civil de carrera ̶ pese a estar obligado en la ley ̶ es hasta la fecha letra muerta.
Es cierto que algunos nombramientos de los organismos autónomos sí pasan por una serie de filtros ̶ quizá, viciados por la intromisión de los partidos, pero a fin de cuentas filtros ̶ pero mientras que el resto de los servidores públicos, aquellos que tienen el contacto directo con los ciudadanos sean designados sin considerar si cuentan o no con el perfil adecuado, la corrupción sistémica y la ineficiencia en el servicio público continuará siendo una constante.
Un servicio civil de carrera que permita el ingreso, permanencia y promoción de los servidores públicos en condiciones de igualdad y transparencia es una recomendación internacional para el combate a la corrupción, pero la clase política en México la considera una amenaza a sus intereses.
¿Quién sabe…? tal vez algún día podamos verlo.
Gabriel Alejandro es activista en CIMTRA Jalisco
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