Por: María de Jesús De la Mora*
En días como hoy, recordamos a las mujeres que han venido antes de nosotras: las sufragistas, las defensoras de los derechos civiles, las líderes comunitarias y las científicas, entre tantas otras. Gracias a su coraje y su dedicación, hemos avanzado en muchas áreas importantes. Pero todavía hay mucho trabajo por hacer, y sabemos que las mujeres de todo el mundo enfrentan desafíos únicos e injustos.
Desde la igualdad de género y la equidad en el trabajo, hasta la protección de nuestros derechos reproductivos, vencer el techo de cristal, el mansplaining y el fin de la violencia de género, nuestras batallas son numerosas y difíciles.
Quiero citar a Anita Roddick, hija de padres migrantes italianos en Reino Unido que fundó su compañía y trabajo para la infancia en la ONU.
«No creo que las mujeres necesiten jugar el juego según las reglas de los hombres. Creo que necesitamos cambiar el juego».
Hablamos mucho de los abusos y la violencia de género, pero estamos esperando que “Ellos cambien” y ahora hablamos de las nuevas masculinidades, pero las que debemos generar el cambio somos nosotras, cambiar de estrategia y empujar a que las cosas sucedan.
He vivido discriminación si, por ser mujer… con expresiones de “No puede” o “no sabe”.
He vivido brecha salarial, sí. He trabajado en lugares dónde con menos preparación académica y menos rango hombres que ganaban más que yo.
He vivido mansplaining si, decir una idea con un colega hombre y descartarla por ser mía y luego presentarla como propia, o que me traten de explicar asumiendo que por ser mujer no sé.
He vivido violencia de género, sí. Con expresiones como “Esta en su periodo” “ella no puede tomar decisiones, porque las va a tomar con el corazón y no con la razón”.
E incluso micromachismos de mujeres suponiendo que avanzas por favores sentimentales o sexuales.
Y eso es lo más lamentable, de todos los anteriores nos sacudimos, nos levantamos y seguimos adelante denunciando, y demostrando… lo más difícil es parar la violencia entre nosotras descalificándonos.
Y está también es una invitación para que nosotras tampoco repliquemos la violencia, el cambio siempre ha empezado con nosotras recordemos cuando el ser humano aprendió a cultivar fueron las mujeres, las que educaban en el hogar eran primero las mujeres y hoy las que mejor administraron el golpe de la pandemia fueron mujeres… los países que salieron más rápido de la crisis de salud fueron lideradas por mujeres.
Y aquí algunos datos que publicó el periódico El Financiero hoy: sólo 7 de cada 10 mujeres trabajan, 7 de cada 100 ocupan puestos directivos, y más del 60% del gasto que generan las mujeres lo hacen en alimentos y sólo un 1 o 2 % en productos de higiene, ropa, calzado o esparcimiento, aunque no todo es oscuro: De las pymes el 40% son lideradas por mujeres y el 50% de la presencia en la educación ya es más paritaria.
Significado de ser mujer en la actualidad
Yo diría que antes que ser mujer somos humanos y debemos buscar nuestras coincidencias y practicar el respeto y la tolerancia ante nuestras diferencias por encima de todo.
Simplemente nos asignaron sexo biológico y luego desarrollamos una identidad de género.
Me siento afortunada de vivir en la época actual, y no sólo hoy sino todos los días conmemoro a las mujeres que lucharon por nuestros derechos.
Ser mujer para mi significa poder y resistencia.
Poder por que las mujeres hemos demostrado que podemos y que somos capaces, y resistencia porque muchas pudieron elegir el camino cómodo y aun así decidieron emprender una cruzada que en la actualidad empieza a rendir frutos.
Hoy alguna Feminista me diría que hablo desde el privilegio porque represento quizá el estereotipo de una mujer que ha impuesto el patriarcado por maquillarme y ponerme tacones, ser blanca y haber tenido acceso a la educación y que mi expresión de genero va en contra de la lucha feminista.
Sin embargo, desde la sororidad les puedo decir que el 1 de julio de cada 6 años nunca he dejado de faltar a ejercer mi voto, porque hubo mujeres que murieron luchando porque nosotras fuéramos tomadas en cuenta en la democracia.
Y cuando uso maquillaje o tacones recuerdo que los primeros espacios en los que las mujeres vivieron libertad económica fue en los talleres de costura, y que hoy hay mujeres banqueras, ejecutivas de la industria automotriz, y políticas y eso no nos aleja de pertenecer al mismo género.
¡Nunca pierdo la oportunidad de leer un buen libro y si es escrito por una mujer mejor! Porque hubo muchas mujeres antes que nosotras que no pudieron aprender, aunque lo deseaban, el que ustedes y yo estemos aquí, y no seamos analfabetos ya es un triunfo de las luchas de nuestras antecesoras.
Nuestras experiencias y nuestras luchas pueden diferir, pero debemos estamos unidas en nuestra determinación de crear un mundo más justo y más equitativo para todas.
Aún hay una brecha importante, pero tengo mucha fe en estas generaciones presentes y futuras de que esa brecha cada vez es menor y que llegará el día en que estos simposios serán parte de la historia.
Ser mujer en la actualidad implica navegar en un mundo que a menudo sigue estando dominado por los hombres. Las mujeres todavía enfrentamos barreras y discriminación en muchas áreas de la vida, desde el lugar de trabajo hasta el hogar y la comunidad en general.
Las expectativas culturales y sociales que se imponen a las mujeres también pueden ser abrumadoras, desde la presión para ser perfectas en todos los ámbitos hasta la objetivación sexual y la violencia de género.
Y lo vivimos las mujeres de los Altos y de Tepa, culturalmente nos lo tatúan con sangre … por ejemplo con la canción de las Alteñitas “Alegres y Bonitas todo el tiempo están”…
O la dinastía de Reinas de belleza del municipio…
Sin embargo, ser mujer para mí también significa ser fuerte, resistente y resiliente, luchar por la justicia y la igualdad, y apoyar a otras mujeres en la lucha por una vida mejor.
Una mujer exitosa en épocas modernas
Vivimos en una generación de contenidos líquidos en la que todo es efímero, En la que estamos redefiniendo el éxito.
Obviamente el éxito será tan relativo de acuerdo a la circunstancia de cada una, sin embargo, el éxito es una meta, tenemos que aprender a disfrutar el proceso.
Yo digo que el éxito si es efímero, entonces no es éxito, es sólo un instante. Se van a caer en el camino, se van a lastimar pero que eso no sea razón suficiente para rendirse. cualquiera que haya horneado un pan o toque un instrumento sabe la complejidad que implica practicar y perseverar hasta que la receta sea perfecta o la ejecución de una canción sea precisa.
Cuando sean médicas, pintoras, arquitectas, maestras, policías o choferes de un autobús de transporte público y sean las mejores y sean personas cuya razón de ser sea ser buenas ciudadanas y ciudadanos, que su reputación y su prestigio trasciendan más allá de su generación y dejen un legado eso es el éxito.
En cada decisión que tomen pregúntense si eso está ayudando a construir la persona que quieren ser en el futuro.
Y cito a Michelle Obama con una frase de su libro que dice “éxito no se trata de cuánto dinero tienes, sino de la diferencia que haces en la vida de los demás”.
Nunca debemos perder la fe en nuestra capacidad de crear un mundo mejor para nosotras y para las generaciones venideras.
*María de Jesús de la Mora, es una destacada académica de la Universidad de Guadalajara, del Centro Universitario de Los Altos, especialista en Economía y Negocios Internacionales.