Francisco Jiménez Reynoso | @jimenezabogado |10 de abril de 2018
Los homicidios en Jalisco han alcanzado cifra record, lamentablemente en este rubro, el estado está fuera de control.
Los antecedentes históricos nos indican que en el año que nos antecede, el mes más violento fue diciembre, con 134 asesinatos, contrastado con el mes de marzo del presente año, fueron 171 asesinatos.
Tan solo el jueves 1 de marzo, fue cuando se registraron 14 homicidios dolosos, y el martes fueron 17 los eventos lamentables. El día 6, los cuerpos de 8 personas fueron encontrados en una camioneta en el municipio de Guadalajara, acompañado de un mensaje con amenazas.
Recordemos lo dicho por el gobernador: “vienen días complicados, no les miento, la ola de violencia no se va a terminar, lo que si podemos y estamos obligados a hacer es contener, dejar la piel en el esfuerzo de impedir que esta crisis sacuda nuestra entidad”.
Caben algunas preguntas sobre lo que está pasando en nuestra entidad en relación a la violencia desmedida…
¿Por que tenemos estos índices de violencia? ¿Acaso la delincuencia organizada se robusteció sola y por su cuenta, o creció bajo el auspicio y apoyo de diversas autoridades en turno?
A más de una decena de policías municipales se han desarmado por presuntos vínculos con la delincuencia organizada. Otra pregunta que se abre es la siguiente: ¿son sólo las policías las que tienen nexos, o serán otros niveles que posiblemente estén involucrados con los mencionados.
De la mano de los homicidios dolosos viene el tema de los desaparecidos.
Para la Real Academia Española, el concepto desaparecido significa: “Dicho de una persona: Que se halla en paradero desconocido, sin que se sepa si vive”.
La palabra desaparecido también es muy común en los actos de magia. David Copperfield es un mago con fama internacional que se caracteriza por hacer magnas desapariciones de monumentos emblemáticos.
Lamentablemente en México las desapariciones son de otro tipo. Hablar de “desaparecidos” en nuestro país, es hablar de historias macabras y terribles. Regularmente estamos hablando de secuestros, coloquialmente llamados “levantones”. Que cada vez son más comunes en nuestro país, y puede ser víctima prácticamente cualquier persona, no necesariamente con capacidad económica para responder por el rescate. El espectro alcanza a la clase media.
Uno de los más recientes reportes del gobierno de México, asegura que en este país hay un total de 32.277 personas desaparecidas o, como dicen los funcionarios que elaboraron el informe, “sin localizar”, de las cuales el 73.7% son hombres y el 26.3% son mujeres.
Según el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas (RNPED), que es elaborado por el Sistema Nacional de Seguridad Pública y tiene cifras desde el 2007, Tamaulipas es, de lejos, el estado que más desaparecidos registra, con 5.943. Tamaulipas está ubicado en el extremo nororiental de México y es fronterizo con Estados Unidos.
Le siguen el Estado de México, con 3,832 desaparecidos hasta el 31 de julio del 2017, y el estado de Sinaloa, con 2,852. Lamentablemente, no hay estado en México que se libre de este grave problema.
Francisco Jiménez Reynoso, quien es escribe esta columna es Doctor en Derecho e Investigador de la División de Estudios Jurídicos del Centro Universitario de Ciencias Sociales y Humanidades. jimenezabogado@gmail.com
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