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Juan Eduardo López Morales | @EduardoLopezM | 25 de julio del 2019
Cada semestre es la misma historia, caras alegres por ser uno de los pocos aceptados en el nivel superior (licenciaturas) de la Universidad de Guadalajara, caras tristes por no aparecer en la listas de dictamen.
Lo cierto es que la realidad es muy delicada y se debe a varios factores, según en una nota informativa publicada por Milenio Jalisco: “se informó que fueron 126 licenciaturas las que se ofertaron para este calendario escolar 2019 A, en 16 sedes, y del total de 54 mil 335 aspirantes, fueron admitidos 18 mil 162 estudiantes lo que representa un 33.43% de la demanda dejando fuera a 36 mil 173 estudiantes”.
Solamente fue aceptado el 33.43% de la demanda. Seguramente ese porcentaje son jóvenes que no pasaron de noche el bachillerato, además de ponerse las pilas para estudiar y no dejar que (san Judas Tadeo, dame puntería en el examen). Los que ingresan en el dictamen son aquellos que en el examen de admisión tienen habilidades de lecto comprensión, redacción y razonamiento matemático.
El examen es más de lógica y de razonamiento, que de conocimientos, pero desde mi experiencia docente en el bachillerato, los jóvenes están más preocupados por tomarse la mejor selfie en el baño de la escuela, para compartirla en instragram que ganas de aprender y poner atención al profesor que quizás les comparte algo que seguramente les servirá para su examen.
Obvio, no generalizo, pero en la actualidad, los estudiantes aunque uno les diga, desde primer semestre que cuiden su promedio, manténgalo o súbanlo, parece que les entra por un oído y les sale por otro. También hay que reconocer que hay alumnos que se esfuerzan por obtener una buena calificación y hay colegas que se empeñan por no reconocer el esfuerzo de una buena nota.
Son muchos factores los que conllevan la dictaminación de un rechazado, desde la educación básica y la falta de una buena capacitación en lectura, redacción, los estudiantes arrastran problemáticas desde esta etapa, llegan a la prepa esperando que el daño sea reparado, pero en muchos casos la apatía de los alumnos por querer aprender no deja avanzar en las habilidades que deberían fortalecer.
Otro fenómeno que también se repite, mientras en CUCEI, carreras como Ciencias Materiales con 17 lugares disponibles; Ingeniería Fotónica, con 3 lugares; Ingeniería en Logística y Transporte con 8 lugares y en el CUCSH la licenciatura en Geografía tuvo 8 lugares disponibles y Sociología 27 lugares. Es la saturación de 10 carreras que cada semestre tienen sobredemanda.
Habrá que trabajar en hacer reflexionar a nuestros estudiantes y jóvenes bachilleres, que hay carreras no muy conocidas, pero debemos mostrar la oferta que existe, quizás ese alumno que quiere hacer trámites a derecho puede ser un buen sociólogo, es solamente blindar información para que tomen mejores decisiones y más informadas y evitar así la sobredemanda de las mal llamadas “carreras tradicionales”.
Yo, por mi parte cada semestre trató de hacer lo anterior desde mi aula, aunque haya alumnos que no me pelen, no quieran saber esta realidad y además estén interesados más en una foto para compartirla en sus redes sociales, que tomar los consejos de los profesores y poder buscar un futuro.
El fenómeno de los rechazados no desaparecerá. No nos hagamos que de la noche a la mañana será resuelto. Hagamos que nuestros jóvenes sean conscientes de su realidad y que a veces en la vida es mejor no ser aceptado, porque te permite tener aprendizajes duros, difíciles, pero que sobre todo a la larga son más beneficiosos para la vida misma y quizás, ahí aprendemos el valor de las decisiones, la vida y la resilencia.
