Oscar Miguel Hernández Rivera | 14 de abril de 2024
Puerto Vallarta, Jalisco.- ¡Hola! Una vez más, como siempre, compartiendo mis impresiones, sobre el tercer debate entre las candidatas Laura Haro, Claudia Delgadillo y el candidato Pablo Lemus a la gubernatura de Jalisco, el cual se llevó a cabo el pasado sábado en el Centro Universitario de la Costa, de la Universidad de Guadalajara, ubicado en el municipio de Puerto Vallarta, con un staff renovado, desde el cual pudimos apreciar el debate con mayor amplitud.
En el mundo de la política, las acusaciones vuelan como pájaros en busca de un refugio donde posarse. Pero, ¿Qué pasa cuando quien arroja las piedras vive en una casa de cristal? Este parece ser el caso de Laura Haro, candidata a la gubernatura de Jalisco por la alianza PRI-PAN-PRD, cuya actitud en el tercer debate ha sido todo menos coherente.
Haro ha levantado la bandera de la misoginia y la violencia de género, pero sus acciones contradicen sus palabras. En el calor del debate, no dudó en tildar al candidato presidencial, del partido naranja, Jorge Álvarez Máynez de «borracho». Sin embargo, cuando ella misma fue objeto de crítica, como cuando Pablo Lemus la mencionó como «hija de Alito Moreno», inmediatamente perdió los estribos y saltó a defenderse y se fue a la yugular del candidato emecista, Pablo Lemus, anunciando que presentaría una queja por violencia política de género. ¿Acaso la misoginia y la violencia de género solo cuentan cuando son dirigidas hacia ella?
Es importante destacar que mi opinión y análisis crítico sobre la participación de los candidatos, en particular de Laura Haro, en el debate electoral en Jalisco, no debe interpretarse como un menosprecio o desestimación de las legítimas luchas de las mujeres en defensa de sus derechos.
Reconozco y apoyo fervientemente la importancia de tales luchas y la necesidad de erradicar la misoginia y la violencia de género en la política y en la sociedad en general. Mi objetivo es simplemente señalar la incoherencia y la contradicción en el discurso y las acciones de ciertos actores políticos, sin desmerecer la lucha genuina por la igualdad de género y el respeto a los derechos de las mujeres.
🟢🎥#EnVivo: Tercer #JaliscoDebate2024 a la Gubernatura.
Moderado por @belenzapatam y @JonasJAL, transmitido por @CANAL44TV y @JaliscoTV.
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— IEPC Jalisco (@iepcjalisco) May 4, 2024
Lo más sorprendente fue su reacción en la rueda de prensa posterior al debate. Cuando los reporteros la confrontaron sobre su actitud, en lugar de responder con calma y argumentos, optó por la agresión. Esta respuesta solo alimenta la percepción de que está dispuesta a usar la violencia verbal para defenderse, pero no a recibirla.
Por su parte, Claudia Delgadillo también entró en el juego de las acusaciones durante el debate, señalando que Pablo Lemus cometió violencia política de género al «inventarle una relación». «El candidato de Movimiento Ciudadano cometió violencia de género, esto es porque nadie le ha puesto un alto, me acusó de una relación íntima», afirmó. A su vez, Lemus recordó la acusación de Delgadillo de ocultar en declaración Patrimonial una casa en el exclusivo fraccionamiento Puerta de Hierro en Zapopan. Además, acusó a Morena de abandonar el sistema de salud en el país, afirmando: «Morena abandonó la salud, en tan sólo seis años de gobierno hemos retrocedido 20 años en tema de salud».
Bueno, pero, en el debate, no tan solo vimos y escuchamos acusaciones, también hubo propuestas, entre ellas, por ejemplo; Laura Haro, representante del PRI-PAN-PRD, enfatizó la importancia de la autonomía del voto y la necesidad de recuperar a Jalisco, trabajando de la mano de Xóchitl Gálvez. Propuso un enfoque en la medicina preventiva, asegurando atención médica para todas las comunidades y mejorando los salarios de los profesionales de la salud para evitar la fuga de talentos.
Por otro lado, Pablo Lemus, candidato de Movimiento Ciudadano, prometió un gobierno cercano y comprometido con resolver los problemas de la gente. Destacó su plan para crear empleos mediante el programa «Mi Chamba», que incluirá becas para jóvenes y fomentará el emprendimiento, especialmente entre las mujeres. También se comprometió a mejorar la infraestructura de salud, con la construcción de nuevos hospitales y la garantía de suministro de medicamentos.
Claudia Delgadillo, de la coalición Morena-PT-PVEM, propuso medidas para impulsar la economía y generar empleo, incluyendo capacitación constante para mujeres y jóvenes, así como la promoción de inversión y conectividad. Destacó su compromiso con la seguridad y la salud, prometiendo la construcción de nuevos hospitales y el fortalecimiento del deporte mediante apoyos económicos y promoción desde las escuelas.
Cada candidato ha presentado su visión, pero ¿Cuál es la más convincente? Personalmente, veo que las promesas, si bien son interesantes, los candidatos no las presentan muy claras y no precisan en ellas. Tal vez por la premura de los minutos que tienen para presentarlas, pero también por ese calor y tono en el que se convirtió este tercer debate.
La participación de las dos candidatas y el candidato a la gubernatura de Jalisco, Claudia Delgadillo, Laura Haro y Pablo Lemus, en el debate ha sido más que un simple intercambio de ideas políticas; se ha convertido en un espectáculo que refleja las tensiones y rivalidades inherentes al juego político. En lugar de centrarse en propuestas concretas y soluciones para los problemas del estado, hemos sido testigos de un despliegue de acusaciones, ataques personales y confrontaciones.
Este espectáculo político nos deja con la sensación de que la verdadera voz del pueblo y las necesidades reales de la sociedad quedan relegadas a un segundo plano, empañadas por el drama y la teatralidad de la contienda electoral. En lugar de inspirar confianza y ofrecer un camino claro hacia el progreso, estas confrontaciones solo generan desconfianza y desilusión en el electorado. Es hora de que los candidatos recuerden que la política no es un juego de poder y egos, sino un servicio público destinado a mejorar la vida de los ciudadanos.
La política no es un juego de doble moral, y los ciudadanos merecemos líderes que actúen con integridad y respeto. Pero al final, la decisión recae en nosotros, los votantes y es nuestra responsabilidad elegir el liderazgo que mejor represente nuestros intereses y necesidades. Así que, el próximo 2 de junio, no dejemos de acudir a votar.
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