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Staff Kiosco Informativo | 19 de noviembre de 2024
Tepatitlán de Morelos.– En el Centro Universitario de Los Altos de la Universidad de Guadalajara, la internacionalista Tzinti Ramírez Reyes ofreció una conferencia en la que abordó el conflicto palestino desde la perspectiva de la resistencia, destacando la lucha de un pueblo que, desde 1948, ha enfrentado décadas de ocupación, represión y desplazamiento.
Ramírez Reyes comenzó su intervención recordando los orígenes del conflicto, con la creación del Estado de Israel en 1948, un acontecimiento que desató lo que los palestinos llaman la «Naqba» o «Gran Catástrofe». Cuando más de 700 mil palestinos fueron expulsados de sus hogares, convirtiéndose en refugiados en países vecinos.
Este desplazamiento forzado, que se perpetúa hasta el día de hoy, es una herida abierta en la historia palestina. Los campos de refugiados, como los de Sabra y Shatila en Líbano, no solo representan la tragedia del despojo, sino la resiliencia de un pueblo que, a pesar de todo, sigue luchando por su derecho a la tierra y la autodeterminación.
La internacionalista también hizo un análisis profundo de las dimensiones actuales del conflicto, señalando cómo las estrategias de represión económica implementadas por el Estado israelí buscan doblegar la voluntad palestina.
La imposición de bloqueos, las restricciones al movimiento de personas y bienes, y el control sobre recursos vitales como el agua, son tácticas que buscan desgastar la capacidad de autogestión y resistencia del pueblo palestino. El crecimiento de los asentamientos judíos en Cisjordania, que fragmentan aún más el territorio palestino, también se presenta como una herramienta para hacer inviable la creación de un Estado palestino. En Jerusalén, la ciudad sagrada para tres religiones, las tensiones no cesan, pues sigue siendo un lugar disputado, mientras que los palestinos ven sus derechos erosionados día a día.
Sin embargo, la resistencia palestina ha permanecido firme frente a estos ataques. Ramírez Reyes destacó cómo, a pesar de las adversidades, el pueblo palestino ha desarrollado formas de lucha tanto físicas como simbólicas. En Gaza, la situación humanitaria es crítica, con miles de palestinos sufriendo los efectos de los bloqueos, la falta de agua potable y las enfermedades. Sin embargo, las redes de solidaridad entre los palestinos y las organizaciones de derechos humanos internacionales siguen siendo una fuente de fortaleza. A pesar de la destrucción masiva de infraestructuras, el pueblo palestino ha logrado mantener su lucha, con ejemplos de resistencia armada, pero también con acciones cotidianas que reivindican su identidad cultural y política.
La crisis en Gaza, aunque devastadora, no ha logrado romper la voluntad de un pueblo que sigue luchando por su derecho a la autodeterminación. La destrucción sistemática de viviendas, escuelas y hospitales, junto con la imposición de un cerco económico, es vista por muchos como una estrategia de desgaste diseñada para romper la unidad palestina. Pero, como enfatizó Ramírez Reyes, la resistencia no es solo una cuestión de armas; es también una cuestión de mantener viva la memoria colectiva, la identidad cultural y la esperanza por un futuro libre.
En términos geopolíticos, la lucha palestina también se libra por el control de recursos estratégicos, como el agua, que son fundamentales para la supervivencia en un territorio tan árido como Palestina. Las tierras de los Altos del Golán, reclamadas por Israel, son clave por su acceso a agua dulce, lo que resalta aún más la importancia del control territorial en la región. El Canal de Suez, por su proximidad a territorios militarizados, sigue siendo un punto estratégico en las dinámicas de poder en el Medio Oriente.
La académica del Tec de Monterrey, también se refirió a la importancia de la solidaridad internacional, mencionando cómo la resistencia palestina no solo se libra en las calles de Gaza o Cisjordania, sino también en las instituciones internacionales, donde se sigue luchando por la condena de las violaciones a los derechos humanos y por una resolución justa del conflicto. Aunque los actores internacionales como la ONU y países como Francia han jugado un papel, la situación sigue siendo una prueba de la eficacia del derecho internacional y la justicia global.
Finalmente, Ramírez Reyes cerró su intervención recordando que la resistencia palestina es, ante todo, una lucha por la dignidad humana. A pesar de los intentos sistemáticos por borrar su identidad y su historia, el pueblo palestino sigue resistiendo, demostrando que su lucha por la libertad, la justicia y la paz no tiene fin. La conferencia fue un llamado a la comunidad internacional para no olvidar a Palestina, un pueblo que, en su sufrimiento, sigue luchando por un futuro donde pueda vivir en paz y en libertad.
