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Fernando Remington | @Fer_Remington | 5 de junio del 2017
Esta semana se me antojaba hablarle de los propósitos de año nuevo que son un clásico, pero la situación tan compleja por la que pasa nuestro país merece llamar nuestra atención.
Vayamos por partes. La población en general tiene un descontento, (bueno quizá me fui corto) un enojo enorme por el aumento en los costos de los combustibles, y no es para menos, quien diga que no le afecta porque no tiene carro pues sufre de una “legarretarrosis aguda” que no le permite ver la realidad.
La liberación de un precio tiene sus dos lados, el bueno y el malo. Imagine usted que vende una fruta o una verdura, usted es el único vendedor, el gobierno le pone un límite al precio del producto que usted vende que es de 12 pesos por kilo, a usted le cuesta producir ese kilo 5 pesos, es un buen negocio ¿no? Ahora bien en ciertas ocasiones o temporadas le cuesta a usted producir su mismo producto 15 pesos pero lo tiene que seguir vendiendo a 12 ¿Sigue siendo negocio? Creo que no.
Ahora metamos en nuestra suposición otros actores, que se llamarán competencia, estos como tienen mucha más lana que usted pueden vender el mismo producto por debajo del precio que usted maneja, pero no les dan permiso para entrar en el negocio, para poder hacerlo necesitan autorización, y una vez que es dada pues poco a poco entrar en el mercado. Despacio que llevo prisa (dice el dicho).
Después de leer lo anterior, creo que sabe cómo se llama la obra en la actualidad, el descontento en la población se debe a que pagamos lo que consideramos injusto, aunque en realidad lo que es injusto es nuestro poder adquisitivo, los salarios que percibimos no nos son suficientes y ese es el verdadero problema.
Ahora bien ¿Cómo consideramos cualquier tipo de protesta? Todo depende de cómo sea, las más recientes han sido de «maestros», de padres de familia, de grupos sociales, etcétera. Generalmente estas protestas han sido pacíficas y ordenadas, en nuestra ciudad las pocas que se ven han sido de esa manera y es algo que les debemos de agradecer. Quizá si bloquean una vialidad pero para nuestra ciudad pues eso no es de mucha importancia o no llega a generar un caos vial como en las grandes urbes.
En esta semana se han visto todo tipo de manifestaciones en contra del aumento a los combustibles o como le llamamos los mortales, el gasolinazo, algunos caminando por las calles, otros dejando de cargar combustible, paros de servicios como transportes y unos más originales ahumando con chiles secos un palacio de gobierno en Michoacán.
En estos días en el Estado de México comenzaron los disturbios mayores, que iban desde tomas de gasolineras hasta saqueos a tiendas comerciales, ¿En realidad ese tipo de acciones generan un cambio para que nuestros gobernantes miren el otro lado de la moneda? ¿Son necesarios esos actos? ¿Quiénes son los verdaderos afectados con estas acciones?
Si estás en desacuerdo con alguna opinión o alguna acción que el gobierno realiza, lo que se debe de realizar es simple, levantar la voz, no vivimos en una sociedad que solo a golpes entiende ¿o si? Hay veces que yo en lo particular estoy en desacuerdo con algunas cosas que pasan en mi ciudad, las cosas simples, llamo a la autoridad competente para que tome cartas en el asunto o simplemente le echo su arroba al alcalde Hugo Bravo. No me contesta pero creo que en ocasiones si me hace caso.
Volviendo a lo anterior, robar a una tienda de conveniencia, si, ROBAR, ¿Bajará el costo de la gasolina? ¿Llevarte una pantalla LED de 50 pulgadas en hombros, bajará el costo del diésel? ¿Tomar posesión de una gasolinera, nos beneficiará? Creo que no, al contrario, afectas directamente a un mexicano que se esforzó trabajando y es generador de empleos, llevando de corbata a otros mexicanos que dejarán de percibir su remuneración por su trabajo. Es en realidad este tipo de acciones las que nos dañan más como sociedad, nos decimos estar unidos pero en realidad nos hacemos daño nosotros mismos. Esas tiendas pensarán dos veces antes de volver a abrir una sucursal más, lo que se traducirá en menor generación de empleos y por lo tanto un menor crecimiento económico para nuestras familias.
En Tepatitlán este jueves fue tomada la caseta de cobro, dejando libre tránsito a los automovilistas, algunos supieron de eso y rápido aprovecharon la oportunidad, pero no deja de ser una acción que no va bien enfocada y que en lo personal catalogo como vandalismo. Ojalá que podamos aprender de lo sucedido en otros estados, compartamos nuestros puntos de vista y lleguemos a los acuerdos que nos hagan crecer juntos como sociedad, mirando para el bien común y sin afectar a particulares.
