Eduardo Castellanos | @edcastellanos
8 de junio del 2016.- Luis Abel Becerra Limón tiene una familia que mantener y para hacerlo se dedica a la venta de alimentos de temporada. En estos días le tocó vender guamúchil, una leguminosa blanca que sólo se da en zonas resistentes al calor y que al comerse tiene como efecto secundario la generación de gases intestinales a quienes lo consumen, pero también hay quienes le atribuyen beneficios a la salud.
Cada mañana desde muy temprano sale con la esperanza de que la venta de lo que esté de temporada sea buena. La jornada laboral diaria para Luis Abel inicia a las nueve de la mañana y concluye a las nueve de la noche.
El día de compra del producto tiene que recorrer la ciudad de un extremo a otro. El guamúchil lo consigue en la Colonia del Carmen y lo comercializa en la esquina de la Avenida González Gallo y Bartolo Hernández en el “barrio alto” de Tepatitlán.
Si la venta es buena y vende todo el producto, podría obtener hasta 300 pesos como ganancia, eso, pocas veces sucede; debe proteger la leguminosa, de lo contrario, la pérdida mermaría el ingreso.
“vivo acá para el crucero de los Cerritos, vendo guamúchil o la mentada guamara, lo traen de un rancho cercano a Zapotlanejo. Casi siempre traigo treinta kilos y ahora he vendido como quince. Se vende más o menos. El kilo lo tengo a treinta pesos. Esta fruta se empieza a vender en abril y se acaba cuando empieza a llover, yo pienso que en este mes, no pasa de durar unos cinco o seis días más, se empieza a engusanar con el agua”
“No los saco porque se ventean, se seca y se va pudriendo más rápido, tiene que estar bien apretadito en la arpilla pa´ que no se veinte”, explicó Becerra Limón.
Ayer fue el último día de venta de la leguminosa que le gusta a los tepatitlenses, pero sus ventas ahí no terminan porque en esta semana iniciará con la venta de elotes asados.
“Cuando acabe aquí voy a empezar a vender elote asado, yo pienso que mañana o pasado empiezo ya a vender elote asado, aquí pa´ la unidad (Unidad deportiva Miguel Hidalgo) yo digo que lo hago muy bueno, pero sabe”, dijo el ambulante.
No importa la temporada, para Luis Abel siempre hay algo que hacer o productos para comercializar. Tiene temple y soporta el calor, el frío o la lluvia. Es su propio patrón, le gustan las ventas aunque el ingreso no siempre sea seguro.
“Cuando no hay elotes, hago ladrillo, me voy al camote del cerro, así me la paso, casi, casi me gusta más el comercio, soy comerciante ahí vendo de todo, de lo que haya, duraznos, de lo que vaya cayendo, pero lo que más vendo es el camote de cerro crudo, ese yo lo cultivo, yo lo saco, me da más dinero que por ejemplo estos guamúchiles”, concluyó el próximo vendedor de elotes.