Juan Eduardo López Morales | @EduardoLopezM | 15 de marzo de 2017
«No digas nada en línea que no querrías que fuera expuesto en un anuncio panorámico con tu cara puesta en él.” Erin Bury
Al escribir esta columna, realmente me siento sorprendido de las nuevas formas de comunicación de las que los mexicanos sean apropiado, para bien o para mal. Debemos de estar informados, sea cual sea, su principal fuente de información. Se debe tener cuidado y precaución con lo que se lee, comparte y se analiza.
Luego de que la semana pasada se difundiera un video en dónde se oye a un docente de una preparatoria de la Universidad de Guadalajara hacer declaraciones en las que supuestamente degradaba a la mujer. El video estalló primero en redes sociales; después, lamentablemente algunos medios de comunicación en el afán de ganar likes, seguidores y traer la “nota del momento” lo hicieron viral.
El linchamiento mediático al que fue sometido el profesor, fue sin duda, el que últimamente se vive en México en otras situaciones. Tal parece que hay algunos ciudadanos mexicanos, que viven del daño al prójimo, independientemente de argumentos, morales y éticos, que si está bien la opinión o no del profesor, debemos preguntarnos, lo siguiente: ¿De verdad, esa es la forma de sacar las frustraciones que muchos cargan de su cotidianidad?
No se hizo esperar una aplanadora serie de comentarios, indignaciones, mentadas, argumentos en contra de la figura del profesor a nivel nacional, en estos hacían evidente la indignación de los usuarios de redes sociales, periodistas y comunicadores que preguntaban y cuestionaban el actuar del docente.
Lamentablemente en nuestra comunidad, este episodio de linchamiento no es el primero. Recuerda el caso de una niña «güera», que vendía dulces al lado de su mamá por avenida Vallarta, en Guadalajara, y que gracias a una foto se hizo viral, y se armó la trifulca.
Las principales lecciones que nos dejan estos casos, posterior a que apareciera el video completo de ese maestro, es que todos debemos de saber de dónde vienen las primordiales fuentes de información, cuando se comparte este tipo de noticias, videos o imágenes.
En 2013, en el primer Congreso de Ciencia Política, convocado por Asociación Mexicana de Ciencias Políticas (AMECIP), presenté una ponencia que le comparto:
“El espacio de las redes sociales deja un espacio para emitir alguna opinión sustentada o no de algún tema, pero si deja un camino abierto para poder decir lo que se piensa, sin tapujos, ya que en un medio de comunicación tradicional, (Televisión, Radio, Periódico), en algunos casos no en todos, la información que se dice, se revisa, para poder darle salida, debido a acuerdos que emergen de aquellos que condicionan a algún medio con su publicidad gubernamental, empresarial, etc. Por lo mismo las redes sociales juegan el papel fundamental de los usuarios de emitir su juicio, con total libertad, esperando reciprocidad de sus seguidores o lectores para contribuir al debate».
Así que invito a que ese juicio sea preciso, claro, con precaución y sobretodo con la credibilidad y honestidad suficiente para compartir información relevante y no simplemente para linchar a alguien, al cabo, después investigamos.