Juan Eduardo López Morales | @EduardoLopezM |28 de agosto de 2017
Regularmente, en este espacio de Kiosco Informativo escribo los miércoles, por esta esta ocasión y por motivo del reciente ejercicio de “Ratificación de Mandato”, lo hago hoy lunes y le presentó, las reflexiones que a lo largo de la jornada de ayer domingo, me dejó este ejercicio, particularmente en Guadalajara y algunas pinceladas de Jalisco.
En el libro Comunicación y Poder de Manuel Castells, en el capítulo cuatro, apartado “La desaparición de la confianza pública y la crisis de legitimidad política”, nos dice lo siguiente: “Una mayoría de ciudadanos del mundo no confía en sus gobiernos, ni en sus parlamentos y un grupo aún mayor de ciudadanos desprecia a los políticos y a los partidos y cree que su gobierno no representa la voluntad popular”.
En ese mismo apartado se asegura que “numerosas encuestas muestran que la confianza pública en el gobierno y en las instituciones políticas, ha disminuido sustancialmente en las tres últimas décadas, por ejemplo estudios como Latinobarómetro y WorldPublicOpinion.Org, entre otros lo muestran.
Lejos de dedicarme a descalificar este ejercicio, sinceramente creo que es un gran avance, lograr que una sociedad, que en momentos claves podemos percibir que están más preocupados por actividades como el futbol, programas como Master Chef, entre otras cosas se dedique un tiempo para participar de estas iniciativas.
Lo que se vivió este domingo, sin duda ha sido una llamada de atención de los 76,584 ciudadanos tapatíos, que dejaron la comodidad, el valemadrismo y la apatía, que a veces pensamos que nos gana como sociedad y se lograron cifras que para ser este el primer ejercicio de ratificación, hecho en Guadalajara, es simplemente, digno de ejemplo a seguir para todo el país.
En lo personal me da gusto que más de 76 mil personas nos expresáramos en una urna, con el ánimo y las ganas de sufragar, independientemente, si fueron de los 65, 855 que dieron su respaldo al Sí, los 9,533 que dieron su respaldo al NO y los 1196 que decidieron anular su voto. Esto da frutos. Y le voy a decir mis razones del porque lo creo así.
Da frutos, porque la sociedad quiere ser escuchada, quiere manifestarse y decir tengo un punto de vista y lo quiero dar a conocer, quiero expresarme y quiero participar, situación que en nuestro querido México es de admirarse y de sentir que debemos ir en esa ruta.
165 mil boletas fueron impresas, 76 mil 584 se utilizaron, 88 mil 416 no se utilizaron, más allá de entrar en debate, si hubo abstencionismo o no, ha sido un logro en cuestión de participación, porque demuestra que hay ciudadanos que solamente quieren ser tomados en cuenta para evaluar las acciones de sus gobernantes.
Lejos de las críticas de actores políticos, y de otras fuerzas políticas, que se han dedicado a desprestigiar, descalificar y criticar este ejercicio, ojalá pudieran contestarnos la siguiente pregunta: ¿Cuándo veremos un ejercicio similar, por parte de sus partidos y/o gobernantes en turno?
¿Cuándo veremos a munícipes, gobernadores o inclusive al Presidente de la Republica, dejando que los ciudadanos del país o de su estado o municipio, manifiesten su evaluación, hacia las acciones, resultados, propuestas o errores que han cometido a lo largo del ejercicio de la función pública, que encabezan?
Ojalá pronto se animen a ser evaluados, habrá que recordarles que el ciudadano promedio en sus actividades laborales, se somete a una evaluación continua en su centro de trabajo. Y porqué ellos no lo harían o en su caso, cuál es el temor para negarse a realizarlo.
Pero la principal lección que nos deja, lo vivido ayer, es, si nos remontamos a 1994, y esa vez en que los jaliscienses fueron uno de los estados en poner ejemplo, al buscar la alternancia política del partido hegemónico, el PRI. Ahora los ciudadanos jaliscienses dan la pauta para decir: “Hagamos que la opinión de nosotros en ejercicios de evaluar y ratificar a nuestros gobernantes sea una constante en todo el país y que los políticos hagan suya la evaluación de sus acciones, como forma de saber la realidad de la voz del pueblo.