Juan Eduardo López Morales | @EduardoLopezM | 21 de junio del 2018
“Los jóvenes que se informan de la campaña en línea, citan una mayor variedad de fuentes de información que la gente mayor.” (Castells, 2010).
En 2013, en una ponencia que presenté en el 1er Congreso Internacional de Ciencia Política en México, convocado por la Asociación Mexicana de Ciencia Política, en Guanajuato, se titulaba: El uso Político de Redes Sociales en los Jóvenes en las elecciones de 2012, en el estado de Jalisco.
En ese entonces, en un párrafo del trabajo de investigación, mencioné lo siguiente: “Las redes sociales dan espacio para emitir opiniones sustentadas o no de algún tema; deja un camino abierto para poder decir lo que se piensa, sin tapujos, ya que en un medio de comunicación tradicional, (Televisión, Radio, Periódico), en algunos casos no en todos, la información que se dice se revisa, para poder darle salida, debido a acuerdos que emergen de aquellos que condicionan a algún medio con su publicidad gubernamental, empresarial, etc.
Por lo mismo las redes sociales juegan el papel fundamental de permitir a los usuarios emitir su juicio, con total libertad, esperando reciprocidad de sus seguidores o lectores para contribuir al debate”.
Y que cree estimado lector, considero necesario y vigente lo que en ese entonces escribí. ¿Porqué lo creo vigente? Simplemente por que lo que vivimos a lo largo de este proceso electoral, con sus incontables dosis de guerra sucia, desinformación y sobre todo, algo que no se vivió intensamente a diferencia del 2015, el pago de publicidad por partidos y candidatos, en Facebook, Twitter, YouTube, Instagram, etc.
C, la gran mayoría de ellos, se dedicó a mandar dichos mensajes, pero sin creatividad, se mantuvieron con la lógica de compartir datos, imágenes, cifras, transmisiones en video, pero ninguno, nos presentó una campaña novedosa, fue como un refrito de otras campañas, realizadas a nivel mundial, nacional.
Las redes sociales, en general, sirvieron para crear la nueva arena pública, en donde todo mundo tiene una opinión, (no necesariamente fundamentada e informada), pero se dice, según lo que diga el hígado, pero no la razón, según lo que diga mis preferencias y apoyos, más no lo que diga, la razón.
En mi caso particular y en las redes sociales que suelo usar, tanto Twitter, Facebook, You tube e Instagram, noté una cosa, las discusiones y enfrentamientos entre los buenos y malos, fueron el pan de cada día, yo estoy con el bueno, tú estás con el malo, yo sí sé, tú no sabes y así, cada uno opinando desde la pasión y no en base a argumentos razonables.
Esta elección de 2018, nos dejará sin duda, la experiencia de confrontación en redes, esa confrontación que a nadie beneficia y que sin embargo, todos se creen sabedores de la verdad, un clima que nos abona a nada en la democracia mexicana, además de que existe en México analfabetas de usuarios de redes sociales, que utilizan las mismas, para compartir memes, material sin sentido en base a sus anhelos y muy mínimamente información que ayude a informar sobre temas que deberían estar en la boca de todos: Corrupción, Seguridad, entre otros, que sin duda ayuden a elegir la mejor opción para cada uno.
Las redes sociales, dejan en evidencia que es un canal para comunicar, más sin embargo, en México, nos hace falta mucho para construir en base a las mismas, mejores ciudadanos y mejores contenidos, que nos ayuden a concientizar a una sociedad mejor informada, para decidir el sufragio que el próximo 1 de julio, depositaremos en las urnas.