Eduardo Castellanos | @KioscoInfo | 13 de diciembre del 2016
El año pasado, los adornos del templo parroquial de Capilla de Guadalupe hechos por Orbia Ascencio González, fueron muy criticados. Entonces, ella pensó en desistir. Sin embargo, el ímpetu y el amor por «La Guadalupana» la hicieron motivarse a seguir siendo la líder que desde hace algunos años cambia la imagen del recinto de la fe católica de los capillenses.
Fue la casualidad y unas vacaciones de su antecesor, lo que llevaron a Orbia a convertirse en la pieza clave de la transformación de la parroquia dedicada a la Virgen de Guadalupe; hecho que año con año esperan los de Capilla.
“Llevo quince años transformando el templo. Iniciamos ayudando a arreglar los carros. Un día la persona que ayudaba a arreglar el templo se fue de vacaciones, no había quien hiciera el trabajo. Fue cuando nos preguntaron que si nos animábamos a adornarlo nosotros, aceptamos y ahí seguimos”, narró la diseñadora autodidacta.
En ocasiones, hasta con un año de anticipación Orbia empieza a usar la imaginación y construye en su mente el diseño con el que estará trabajando para la siguiente edición de las fiestas.
El año pasado el montaje consistió en recrear el fondo del mar, en el 2015 la diseñadora y su equipo eligió colores vivos para adornar el templo de la Santa Patrona local.
La decoración no fue del todo aceptada por cierto sector de la sociedad, quienes consideraron poco serio el proyecto. Para la recién concluida edición de las Fiestas Patronales los diseñadores no quisieron volver a correr con los mismos riesgos y eligieron otros elementos.
“Para esta ocasión surgió la idea como mes y medio antes. Ahora quisimos hacerlo un poco más serio. El año pasado fueron muchos colores y eso a mucha gente no le gustó, por eso este año lo quisimos hacer un poco más elegante y serio. Utilizamos los colores verde y blanco para no equivocarnos. Casi toda la idea creativa la sacó yo, pero ya que está la idea, todo mi equipo me ayuda”, puntualizó Ascencio.
El equipo que se involucra en la decoración del templo es de entre 15 o 20 personas. Para la última edición ellos trabajaron casi treinta días. Durante el montaje se invirtieron hasta diez horas por jornada. Cuando la presión los agobió, las jornadas se extendieron hasta las tres de la mañana. Según Ascencio González el frío y los cohetes eran los que marcaban la pauta para iniciar con el trabajo del día.
Para la encargada de cambiar la imagen interior de la parroquia, que algunas veces se ha convertido en palacio de elegantes cúpulas y en nicho de cristales, el montaje es sólo una forma de agradecer los favores y cuidados de la imagen venerada.
“Este trabajo significa para mí, regalarle un poquito de lo mucho que ella (La Virgen de Guadalupe) me ha regalado a mí. No soy diseñadora, ni decoradora, sólo soy ama de casa”, expresó Ascencio González.
Los adornos del Templo Principal de Capilla de Guadalupe, junto con los carros alegóricos en honor a la Virgen, son elementos esperados año con año por los locales y sus visitantes. Para este año, carrizos de bambú, pasto de humedales, flores blancas y hojas verdes de varias especies, fueron los protagonistas en la impecable decoración del altar, pasillos y techo de la Parroquia.
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