Eduardo Castellanos | @KioscoInfo | 17 de septiembre del 2017
Las salsas y el chile Yahualica no son el único atractivo culinario del municipio alteño, también están los encurtidos, los tacos y tostadas «de ensarta», los dulces típicos y el pan.
En el local número 33 de la calle Ramón Corona en los portales del mercado municipal, está la panadería Iñiguez, que desde hace más de doce años ofrece las tradicionales chorreadas, un delicioso pan endulzado con piloncillo que puede llevar queso o no.
Esta pieza de harina de trigo es uno de los panes más antiguos de la ciudad a la que algunos conocen como “El pueblo de mujeres enlutadas”, gracias a la novela de Agustín Yañez, “Al filo del agua”.
Aunque Manuel Iñiguez Jiménez, propietario de la panadería desconoce los orígenes de las chorreadas, sabe que este pan, junto con los picones, son los reyes del negocio.
“Tenemos las deliciosas chorreadas de dulce con queso y de puro dulce y el tradicional picón. No sé cuánto hace que surgieron, pero son un pan típico de aquí de Yahualica, es tradicional”, señaló.
La panadería Iñiguez es uno de los referentes para adquirir este manjar de gran tamaño. Igual llegan consumidores locales, regionales y extranjeros, también los denominados “hijos ausentes”.
La venta de chorreadas puede variar dependiendo la época del año, el clima y las festividades locales que atraen a los turistas. Sus ingredientes son los tradicionales de un pan de mesa. La preparación es lo que las vuelve especiales.
“Están hechas de harina normal, piloncillo, panocha y queso de mesa. Se produce dependiendo como esté el clima y la venta. Si hace calor se vende menos y si hay mucho turismo se vende más. Hay ocasiones que hacemos unas treinta de queso y unas veinte de dulce, según como esté la venta”, aseguró Iñiguez Jiménez.
Las chorreadas de Yahualica, igual que los otros panes que se venden en la panadería Iñiguez son puro sabor alteño que se puede acompañar con leche, café, chocolate o atole de avena.