Por: Julio Ríos
Las Alteñitas, melodía que le enchina la piel a todo el que nació en estas bellas tierras coloradas, conquistó el mundo durante el siglo pasado y hasta tuvieron versiones en distintos idiomas y géneros, pero no es la única pieza de la autoría del doctor Juan José Espinoza Guevara.
El consumado compositor, dedicó varias de sus creaciones a hermosos pueblos alteños y a sus preciosas mujeres, pues gustaba de visitar esta región. Con el tiempo estos temas se convirtieron en auténticos himnos y símbolos de identidad para los oriundos de esas poblaciones.
A continuación, algunas de estas melodías que son hermanas de “Las Alteñitas”
“Atotonilco»
Esta pieza ha sido interpretada por diferentes estrellas del género ranchero. Desde Las Jilguerillas, las Hermanas Huerta y don Antonio Aguilar.
La temática, igual que Las Alteñitas, también gira alrededor de la belleza de sus mujeres y lo bonito que es esta población:
Atotonilco tu cielo, tiene belleza tranquila
Como un rayito de luna, dormido en su quietud
Son tus mujeres preciosas, con florecitas hermosas
Como un ramito de rosas hermosas uy, uy, uy, uy
Tanto aprecian en Atotonilco a este compositor, que incluso existe un centro cultural en aquel municipio, donde se dan clases de música y de otras disciplinas artísticas, lo cual podría también impulsarse en Tepatitlán.
Aquí te compartimos esta versión de don Antonio Aguilar
«Cielo de Arandas»
La tierra de don Francisco Medina Ascencio y Guillermo González Camarena también tuvo un tema compuesto por el autor de Las Alteñitas. Se trata de “Cielo de Arandas”, cuya versión más popular en Youtube es la de las Hermanas Rivas.
La temática, para no variar, era la belleza de este pueblo y de sus mujeres:
Arandas bella del cielo bendita
Eres caudal de mujeres bonitas
En el vaivén de tu vida encantada
Se canta y se goza la vida soñada
Aquí te dejamos la versión de Las Hermanas Rivas
La mujer ladina
El mayor éxito comercial en la carrera del doctor Espinoza. Es una pieza de encanto y seducción, que interpretaron grandes cantantes como Lucha Reyes o Guadalupe Pineda.
La temática aquí ya no es de bellos pueblos y angelicales damas, sino al contrario, se trata de una historia de despecho y desamor.
Por una mujer ladina
perdí la tranquilidad,
ella me clavó una espina
que no la puedo arrancar.
Como no tenía «conciencia»
y era una mala mujer…
se largó con mi querencia
para nunca jamás volver.
Aquí te compartimos la versión de Guadalupe Pineda.
Estas son algunas “piezas hermanas” del doctor Juan José Espinoza, gran compositor jalisciense, quien aún no ha recibido todo el crédito que merece en Tepatitlán, tierra a la que le regaló una de sus más grandes obras musicales.