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Gustavo Pozos * | 30 de octubre de 2023
Hoy en día que la tauromaquia es blanco de ataque por varios grupos de animalistas, antitaurinos y en algunos casos hasta ‘Provida’, es bueno mencionar que la mayoría de esos grupos o personas solo hablan o critican la muerte del toro bravo en lo cual su concepto está incompleto porque si realmente quieres “defender” la vida del toro necesitan conocer e investigar cómo vive un toro de lidia.
Las ganaderías cuentan con cientos de hectáreas de dehesa, donde los toros nacen, crecen y viven en promedio 5 años, recibiendo cuidados y atenciones, y lo más interesante, disfrutando de una vida libre.
Es importante destacar que los toros bravos son una especie única que nunca ha sido modificada genéticamente. Su naturaleza para embestir es innata. La vida de un toro se puede resumir en tres partes: nace como una deidad, vive como un rey y muere como un guerrero defendiendo su vida en la plaza.
Si deseamos comprender el punto de vista de los defensores de los derechos de los animales, basta con visitar una ganadería de toros bravos. En varios estados de la república, estas ganaderías son una atracción turística, además de contribuir al equilibrio ecológico gracias a los miles de hectáreas que ocupan.
Defendamos la tauromaquia asistiendo a las plazas y conociendo la belleza de esta especie única. No permitamos que el toro bravo muera en un matadero oscuro.
Desde una perspectiva mitológica, el toro podría ser el último unicornio, ya que cuida del entorno, ¡dónde hay ganaderías de toros bravos, no existen cazadores, ni taladores, no hay agave, ni tampoco fraccionamientos!
Para que el toro de lidia viva su esplendor y demuestre su bravura, casta y nobleza, es esencial que su vida culmine en la plaza de toros.
*Gustavo Pozos es Contador público, lector voraz y poseedor de una memoria fotográfica y también integrante de la Mesa del Café, un variado grupo de participantes, cada uno con sus propias pasiones e intereses. Desde expertos en política, educación, finanzas y las bellas artes; además de apasionados a los toros y hasta fanáticos del fútbol o el béisbol.
