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Francisco Jiménez Reynoso | @jimenezabogado | 18 de septiembre del 2017
Felicito a los mexicanos independientes, que salen todos los días a trabajar dignamente para llevar el pan a sus hogares. A los servidores públicos que día con día se entregan en sus actividades, dando lo mejor de si en sus respectivas trincheras. A los estudiantes que en no pocas ocasiones se desvelan para aprender sus materias, que redundarán en un México mejor. A todos y cada uno de los mexicanos de bien, que luchan por vivir en un México mejor.
El festejo del día de la Independencia en México, desgraciadamente poco a poco a través de los años se ha ido desvirtuando y se va alejando de su esencia real.
Como por todos es sabido, el pasado 16 de septiembre se celebró el 207 aniversario de nuestra Independencia Mexicana, independencia que fue conquistada por el pueblo, y encabezada por Don Miguel Hidalgo y Costilla (el padre de la patria).
Para algunos jóvenes su grito es ¡viva el alcohol y el libertinaje! No para pocos funcionarios de diversas esferas, su grito es: ¡viva los puentes, la corrupción, el nepotismo, los bonos y los viajes al extranjero! Para algunos estudiantes y maestros su grito es: ¡vivan los puentes! No son pocos los trabajadores que dan vivas a los justificantes médicos, al san lunes y la chamba al aventón. Algunos padres de familia dan vivas a la irresponsabilidad ¿Y México?… Muchos mexicanos creemos que nos ponemos a mano con nuestra patria con una noche de borrachera y euforia gritando ¡Viva la Independencia! ¡Viva México!.
Pero nos olvidamos de que México necesita todos los días de mexicanos comprometidos con el profesionalismo, la ética y la honradez.
Nos olvidamos de que México es uno, y nos empeñamos en mantener un México dividido, que históricamente a traído consecuencias fatales para nuestro territorio como la perdida de cerca de tres millones de kilómetros cuadrados en manos de los norteamericanos, todo por estar divididos (en 1847). Hoy en día seguimos divididos en lo macro y en lo micro: en lo macro podemos apreciar la marcada división que existe entre los grupos de poder.
Hoy por hoy, nuestro presidente atraviesa por una severa crisis de credibilidad, los escándalos de corrupción y de incompetencia lo envuelven en una critica colectiva que lo desgasta día con día.
Los mexicanos aún no aplicamos en la práctica el concepto de trabajo en equipo, el trabajo en armonía. Nos confrontamos unos con otros por cuestiones que en muchos de los casos resultan banales y sin importancia, que solo son pretextos para destruirnos entre sí.
Ojala y nos demos cuenta hoy de la ventaja que tenemos los mexicanos al vitorear la Independencia, y la apliquemos en la realidad, ya que hoy por hoy dependemos cada día más de países poderosos.
Si en verdad queremos hablar de independencia en el siglo XXI, necesitamos los mexicanos intelectuales, pensar en estrategias serias para defender a nuestro país, de los ataques de quienes nos amenazan del Norte.
Pero lo mas importante, sería que la clase gobernante no impida la evolución mexicana por sus intereses mezquinos.
Francisco Jiménez Reynoso, quien es escribe esta columna es Doctor en Derecho e Investigador de la División de Estudios Jurídicos del Centro Universitario de Cie
ncias Sociales y Humanidades. jimenezabogado@gmail.com
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