Kiosco Informativo Información y Noticias sobre Tepatitlán
Related Articles
Julio Ríos | @julio_rios | 10 de abril de 2017
Las casas encuestadoras parecen no aprender la lección.
Esta semana aparecieron, por ejemplo, dos encuestas, de periódicos serios, pero con resultados diametralmente opuestos.
En la de El Universal, el líder opositor izquierdista, Andrés Manuel López Obrador encabeza las preferencias, con el 33 %. Margarita Zavala está en segundo luar con 27 %, y muy atrás, el priista Miguel Ángel Osorio Chong, con 13 %.
Por cierto, el ex rector de la UNAM, José Narro, a quien muchos pintaron como el caballo negro, ni figura, pues apenas tiene, entre un 4 % y un 5 % en la carrera interna.
Este ejercicio fue realizado por la empresa Buendía & Laredo, a encargo del rotativo.
La otra encuesta, la del Financiero, pone arriba a Margarita Zavala, con 32 %, seguida por AMLO, con 29 %. Y Osorio, también en tercer lugar, pero con un 27 %.
Según el estudio, realizado por el despacho de Alejandro Moreno, a encargo del periódico, El Secretario de Gobernación creció 7 puntos porcentuales en un mes,
La discrepancia entre ambos estudios, ha levantado suspicacias. Hay que decir que los yerros de las casas encuestadoras, no son exclusivos de México. Ya fallaron en Inglaterra, con el Brexit, en Colombia con el plebiscito de los acuerdos de paz y en Estados Unidos, con la elección presidencial.
Y analizando el caso local, ya en 2012, y luego en 2015, las encuestadoras en México – y también en Jalisco y sus municipios- quedaron exhibidas.
En muchos casos, se notó a leguas, que estaban «cuchareadas». Es decir, que claramente inflaron a los candidatos que pagaron el estudio. Y al final, con honrosas excepciones, casi todas fallaron y resultaron ser un todo un chasco.
Alguien me comentaba en días pasados, que el problema es que las encuestadoras, o tienen “su corazoncito”, o simplemente ponen arriba al que patrocina el estudio.
O como me dijo en Twitter el analista y académico del Tec de Monterrey, Eduardo González Velázquez: “La encuesta es de quien la trabaja y la paga”.
Las casas encuestadoras deberían irse con cuidado. Inmersas ya en las aguas movedizas del descrédito, cada vez que se mueven parecen hundirse más y más.
