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Juan Eduardo López Morales | @EduardoLopezM | 21 de mayo de 2020
Para nadie, es un secreto que las últimas semanas, y más en los últimos días, hemos tenido episodios que sin duda, quedarán marcados para el anecdotario. Y es que en medio de una pandemia, a los gobiernos Federal (con AMLO) y el Estatal (con Alfaro), les cuesta emitir mensajes simples y entendibles.
Entramos en una etapa en donde comunican de más, se exponen de más, no saben qué decir y sin embargo, emiten mensajes que no son entendibles y mucho menos lo que buscan, o quieren lograr. Este exceso de información nos está llevando a la simpleza, a lo confuso.
Y es que en un país de pocos lectores, que atraviesa por una situación en la que está el interés está centrado en el bienestar, cuidar la salud y la de los suyos, y que tiene poco interés en hablar y/o saber de política, los políticos, en ambas esferas, no han tenido la posibilidad de aterrizar mensajes claros y contundentes con la población.
En el caso federal, al principio las llamadas “mañaneras” fueron una forma de innovar en la comunicación política y gubernamental, era lo novedoso, lo útil, lo innovador. En este momento, escuchar y ver una conferencia por las mañanas, me deja la sensación, que se emite un discurso, ya muy desgastado, que poco a poco se vuelve inútil, desgastante, hasta cansa, las frases predispuestas a la que el presidente nos tiene acostumbrados, la mafia del poder, lo neoliberales, reforma, etc. son factores claves, que les sirven para sus fieles seguidores, pero que no comunican nada novedoso, o creíble y en ocasiones parece que el presidente le gusta nadar de muertito y evitar a toda costa los cuestionamientos y quiere lograr posicionar su agenda de gobierno, para que sea la única válida y permisible.
Por su parte en lo estatal, tenemos un gobernador que al margen de llevar buenas estrategias durante la pandemia, en el inicio, hace unos días emitió un mensaje, que al parecer no planificó y dió a entender que ya se podía llevar una vida “normal” en la entidad. Restándole al buen manejo de comunicación que llevaba hasta ese momento, sobretodo porque generó una serie de reacciones en contra con esta decisión.
Hasta la Universidad de Guadalajara, en voz del rector Ricardo Villanueva, emitió la recomendación de que aún no era tiempo de regresar a la “normalidad”, pues no exitían los protocolos de seguridad, ante la pandemia.
Tal, parece que la comunicación que emitió el gobernador de Jalisco, dejó muchas preguntas y pocas respuestas, sin embargo corrigió después, dejándolo solo como a la chimoltrufia, «Como dice una cosa, dice otra».
Ojalá, que ambos gobiernos, por el bien de los Jaliscienses, de los mexicanos, al margen de sus diferencias políticas, puedan emitir mensajes y una comunicación más efectiva, a fin de que esta pandemia, sean menos los afectados.
Pero claro, de nada sirve si los ciudadanos tampoco hacemos caso a las recomendaciones básicas de prevención y realizan fiestas, reuniones, visitas con familiares y amigos, todo por la falta de información o el saber identificar información cierta de fake news que abundan en estos tiempos.
Por el bien de todos necesitamos una comunicación que ayude en estos días y no genere crisis, que lo único que logran es más desconfianza y el valemadrismo de los mexicanos y los avecindados en Jalisco.
Miembro de la Asociación Mexicana de Ciencias Políticas (AMECIP). Con interés en la Comuni
cación Política y los Medios de Comunicación.
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