Eduardo Castellanos | 1 de abril de 2024
Desde el pasado fin de semana, el patio central del Museo Municipal de Tepatitlán alberga 23 piezas del escultor tapatío, Aníbal Riebeling en una exposición denominada “Conexión con tu infancia”, una muestra con figuras esculpidas con diferentes materiales como bronce, cristal, acero, plumas, cerámica, madera, aluminio, cristal, mármol, coral, celulosa.
Cada una de las piezas cuenta con una ficha descriptiva con un código QR para conocer otras obras del artista, quien estudió diseño industrial en la Universidad de Guadalajara, pero prefirió el diseño de modas. Su primer trabajo fue diseñando joyas finas y dibujando, narró el propio autor, quien desde 1995 genera escultura y joyería.
“Uno de mis maestros con el que estuve haciendo orfebrería me dijo mis joyas parecían esculturas, está a otros niveles. Gracias a él me impulse a estudiar escultura con él mismo y con otros como Luis Larios, la maestra Carmen Alarcón; he pasado por varios maestros y me dedicó a esto. Disfruto mucho la escultura, dicen que es trabajo, pero para mí no lo es, lo disfruto mucho”, detalló.
Cada año el escultor busca montar una exposición; este año Tepatitlán es la sede. El unicornio de la buena fortuna, es una de las piezas de gran formato de Riebeling que está expuesta en el Malecón de Puerto Vallarta desde el 2011.
Los animales son las formas que más se pueden apreciar en la obra expuesta en el Museo de Tepa, otras piezas forman parte del montaje. El escultor asegura que le tiene el mismo cariño a sus creaciones, incluso, elaboró una exclusivamente para la exposición en tierras tepatitlenses.
“Todas las piezas son como mis hijos, les tengo cariño igual. La última que hice es La cruz de Tepa, es el manifiesto del cariño que le tengo a esta tierra, Tepatitlán, mis ancestros son de aquí. A Tepatitlán siempre lo veo con la connotación religiosa, la pieza tiene una triada que son las tres personas: el padre, el hijo y el espíritu santo, el huevo representa el origen de las aves y aquí hay mucho huevo, por eso la hice así, pero si lo observamos bien, es un símbolo femenino, el símbolo de la mujer, que para mí representa la Tierra y para mí Tepatitlán es como la Madre Tierra”.
Sobre el artista, la pintora, Carmen Alarcón escribió: Aníbal Riebeling define la morfología del volumen como una estructura conceptual, plagada de discurso creativo y dota a los volúmenes de sentido objetual que determina el entendimiento del espacio poblado de las formas. La candidez de sus animales, figuras representadas que así percibe cada mirada, son un referente, un bestiario del artista que apela e interpela a ese niño interior y otorga universalidad a la forma.
El escultor invitó a los tepatitlenses para que acudan a conocer su obra al Museo Municipal de Tepatitlán. La exposición estará montada hasta el próximo 28 de abril. Tres de sus piezas en gran formato de hasta tres metros estarán exhibidas en la Exposición Ganadera de Tepa en su próxima edición.
“Invito a la gente de Tepa y sus visitantes a que vengan al Museo, disfruten el espacio y convivan con las piezas. Las personas que acudan pueden anotar sus impresiones sobre la obra, en un libro que hay en el acceso al recinto que es muy bonito y digno”, concluyó el escultor.