Cinthya Gómez | @KioscoInfo | 13 de septiembre de 2018
«Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías?» (1 Reyes 19:13 Reina-Valera 1960).
Dicen que no hay mejor manera de comunicarse con Dios que con el silencio, porque ese silencio es el lugar dónde Dios nos espera para que le escuchemos.
No todas las veces que Yahvé se comunicó con su pueblo fue a partir de obras físicas, resplandores en el cielo o mensajes tangibles, no. También fue a través del silencio que Dios se manifestaba ante su gente.
Y en el silencio, con el movimiento de las manos se puede comunicar precisamente ese mensaje de Dios. De eso son muy consientes los instructores de Lengua de Señas Mexicana de Tepatitlán, quienes cada domingo a las 11 de la mañana traducen por completo la misa en la Parroquia de San Francisco de Asís en el centro de la cabecera municipal al lenguaje de las personas con discapacidad auditiva: Las señas.
Para el grupo de Lengua de Señas, las manos son el mejor instrumento para comunicar la «Palabra de Dios» a quienes por una u otra razón el sentido del oído les fue privado.
Aunque en Tepa no existe a ciencia cierta un registro de cuántas personas viven con sordera, acercar este tipo de eventos a esta población, da cuenta de la preocupación por la inclusión de todas las personas a todos los momentos de la vida cotidiana, en este caso, yendo a misa.
La celebración eucarística en Lengua de Señas es ideal para las personas con discapacidad auditiva y sus familiares, así como también de todas aquellas personas que comienzan a familiarizarse con esta forma de comunicación.