Eduardo Castellanos | @edcastellanos
24 de abril del 2016.- A pesar de que los niveles de lectura en México siguen siendo poco alentadores, hay una librería en Tepatitlán que en un par de años ha logrado ser un negocio exitoso y en crecimiento.
Antonio Jáuregui, como muchos otros lectores tuvo el sueño de instalar una librería en una ciudad que no contaba con alguna y en donde se cree, la gente lee poco. Con un sueldo fijo como docente de Física en una escuela particular y muchas ganas de promover la lectura, el joven que apenas rebasa los veinte años decidió aventurarse en el negocio de la venta de libros.
“Pues a principio de cuentas fue por el gusto que tengo a la lectura, yo creo que cualquier persona que le gusta mucho leer tiene entre sus metas y sus sueños tener una librería, básicamente fue que me animé, en una ciudad en donde la venta de libros o la lectura no es tan grande como uno quisiera, se le batalló al principio, pero pues ya vamos poco a poco” Relata Jáuregui.
Un catálogo que no alcanzaba ni la decena de libros y una cuenta en Facebook, fue el inicio del negocio que en dos años ha ido creciendo y ha empezado a ser redituable. Son los propios compradores quienes le han marcado la pauta al joven librero.
“los primeros libros que tenía, fueron como seis o siete títulos, con ventas nada más en la página de Facebook, ya después fui ampliando un poco más el catálogo, sobre lo que la gente me iba pidiendo, puse el negocio y sobre la marcha la gente te va diciendo que es lo que ellos quieren que les vendas”
“Está empezando a ser redituable, ya un poco más de gente nos empieza a conocer, aparte de que entre los jóvenes ya hay un poco más de hábito de la lectura, entonces hay algunos que tienen la posibilidad de comprarse uno que otro libro cada cierto tiempo, ya nos están echando la mano para que empiece a ser más redituable este negocio” Expresa Jáuregui.
En una región en donde se vuelve casi imposible conseguir un ejemplar, la Librería Tepatitlán ha sido una opción para los lectores, ofrece promociones y conseguir los títulos que no estén en su catálogo, mientras, busca opciones para expandir el negocio y hacer llegar más títulos a los lectores de otros municipios.
“La librería se ha ido dando a conocer poco a poco, de recomendaciones de persona a persona, no solo aquí en Tepa, lo que es la región, también tengo clientes que vienen de Capilla (De Guadalupe), San Miguel, Pegueros, de Arandas, estos poblados que están aquí alrededor, mucha gente de Tepa nos ha ayudado a crecer”.
“Lo más cercano para conseguir libros es Guadalajara, prácticamente, entonces a la gente de la región les conviene más venir a Tepa o por Facebook o por Whatsapp pedir el libro, ya que les aseguro que ya está aquí, pues ya se echan la vuelta o incluso se los mando por la línea de transporte que nos cobra un pasaje nada más, dependiendo a donde, anda sobre veinte pesos el envío”
“Ofrecemos un programa de beneficios, en primer lugar, aunque no estamos de surtidos como quisiéramos, como Gandhi, como un Purrúa y otras librerías grandes, uno de los plus es que si no lo tenemos tratamos de conseguírselo, en cualquier lugar, ya sea de la editorial ya sea de un intermediario. Otro punto es que ofrecemos un programa de beneficios a nuestros clientes en el que en cada libro que nos compren, se les otorga un tres por ciento de descuento acumulable, compran cinco libros van a tener un quince por ciento de descuento para aplicarlo en el libro que ellos quieran, y se encuentre en la librería, es uno de los beneficios” Puntualiza el también docente.
Detrás de un escritorio, que sirve también de mostrador, Antonio guarda un número importante de libros que son encargos o apartados de clientes, a quienes se les ofrece la opción de pagarlos poco a poco, una vez que se haya terminado de liquidar la cuenta, el lector recibe su ejemplar.
La librería está dentro de los márgenes de competencia, pues se rige por la ley del precio único del libro, los ejemplares pueden conseguirse al precio de las grandes corporaciones o editoriales.
El negocio que está ubicado en el número 259-A de la calle Lerdo de Tejada entre H.Garza y Vallarta, tiene a la venta una catalogo variado de libros usados que son traídos desde Guadalajara o son intercambiados por posibles clientes.
Según Antonio los títulos más buscados con son los de autoayuda, superación personal, clásicos, juveniles, fantasía y amor, siendo los del estadounidense John Katzenbach los más vendidos. Para poder tener un surtido aceptable, Antonio solicita una lista de existencias a las editoriales y trata de encargar los que sabe tendrán mejores ventas, lo que más solicitan sus clientes, al mismo tiempo trata de no dejar desamparados a lectores más exigentes que buscan, por ejemplo, libros de Charles Bukowski o algunos otros que no son muy comerciales.
“Los que ya tienen tiempo con muy buena venta son los de John Katzenbach, el Psicoanalista y el loco. Los demás se venden bien pero no tanto como estos dos. Los de John Green: Buscando a Alaska, Ciudades de papel y Bajo la misma estrella, se venden muchísimo esos libros, se venden muy bien los de Hush Hush, ahora se está vendiendo bien la saga de Correr o morir, La prueba de fuego, eso es más juvenil, también la literatura infantil se vende bien, El diario de Greg, El diario de Nikki los niños se ilusionan mucho cuando llegan y ven que está el libro que querían, hay como diez libros de cada uno”.
En el 2014, se instaló en Tepatitlán un supermercado que cuenta con una librería, la instalación de un lugar para comprar libros en la ciudad causó expectativas entre lectores locales, a Antonio lo desconcertó.
“De principio como que si me movió un poco el saber que iban a poner un Gandhi, sé que hay gente que compra ahí, pero ahí tienen muy poco material, tienen lo más comercial, si van a comprar un libro ahí les cuesta 200 pesos, aquí también les vas costar lo mismo, pero ellos no tienen el programa de beneficios como lo tenemos nosotros. Puede que ahí lleguen y no encuentren lo que están buscando y no hay forma de conseguirlo y aquí si, si no está, pues te lo conseguimos, entonces mucha gente que va por ahí ve el libro, lo compra, pero si está en su casa no puede preguntar, prefiere venir aquí, ya sabe que si no lo tiene, se lo conseguimos” Concluye el Librero.