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Cinthya Gómez | @KioscoInfo | 12 de febrero de 2018
Ella murió estrangulada. Era de Tepa. Ahora es sólo un número frío en una base de datos. No se cómo se llamaba. Pero se cómo murió. Encontré su registro revisando en línea, el Sistema Estadístico sobre Autopsias, del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses.
¿Quién lo hizo? ¿Por qué motivos? ¿Nadie quiso ayudarla? ¿Tuvo alguna oportunidad? No lo se. La base de datos es escueta. Solo su motivo de fallecimiento. No más.
Pero si hay una certeza: No solicitó una orden de protección. Ni a un agente del Ministerio Público. Ni tampoco ante la Comisaria de Seguridad Ciudadana de Tepatitlán.
Solo tenemos las estadísticas incompletas. No las historias. De ahí se desprende que 24 mujeres murieron de forma violenta en Tepatitlán. Pero ninguna mujer tramitó una orden de protección. Obviamente, ellas tampoco lo hicieron.
No hay más información. No hay datos suficientes. Tampoco hay información cierta para saber si esas 24 muertes violentas fueron feminicidios.
Nunca sabremos si alguna de ellas pudo haberse salvado con una orden de protección. Ni ella, ni las otras dos mujeres. Pero este documento, que en esta ciudad nadie tramita, podría salvar la vida de alguna tepatitlense.
En Tepa, nadie solicita órdenes de protección
Las órdenes de protección, son mecanismos de seguridad que el ministerio público otorga a las mujeres. Cuando ellas corren peligro, porque su pareja, o algún otro hombre está amenazándolas, acosándolas, o rondándolas, pueden acudir a las autoridades, como Fiscalía del Estado o Centro de Protección a la mujer, en la zona metropolitana. En los municipios, pueden hacerlo ante la Comisaría de Seguridad.
Con esta orden de protección, se le otorga seguridad a la mujer. Los agresores no pueden acercarse a ella, de lo contrario, irían a la cárcel. Estas órdenes se pueden emitir por máximo de 72 horas, aunque pueden renovarse.
Sin embargo, durante 2017 ante las autoridades del municipio no se solicitó ninguna.
En Tepatitlán, tanto el ministerio Público como el síndico y el juez municipal están autorizados por Ley a otorgar este medio de protección, señaló a Kiosco Informativo César Horacio Casillas González, Juez municipal de la localidad.
“En este caso el código nacional de procedimientos penales nos maneja en el artículo 137 que solamente y únicamente el ministerio público es la única persona que puede emitirlas (…) Lo de los jueces municipales, lo emana en el caso de la Ley de acceso a las mujeres de una vida libre de violencia del Estado de Jalisco en el artículo 57, en dónde nos manejan que los jueces municipales estamos facultados para ello”, describió el Juez.
Detalló que los elementos de Seguridad Pública acuden a los domicilios de las mujeres en riesgo para levantar las carpetas de investigación en contra del agresor y a las mujeres se le indican los pasos a seguir para continuar con la querella.
Las muertes de mujeres: desglosando los números
De acuerdo con cifras disponibles en el Sistema Estadístico sobre Autopsias, del Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses, en 2017, se realizaron 24 autopsias a mujeres que sufrieron muerte violenta en el municipio de Tepatitlán, de las cuales, ocho fueron asesinatos.
La base de datos no distingue cuáles fueron feminicidios, solamente la causa u objeto del deceso. Por ahorcamiento o estrangulamiento, fueron tres mujeres. No distingue si lo hicieron por propia mano, o por mano ajena. Solo una falleció por arma de fuego y otra ahogada y una sola señala como motivo la categoría “otro”. Otras dos por intoxicación, las cuáles no se especifica si fue por suicidio o fueron envenenadas.
Las que no contarían como feminicidio son 16 registros: Nueve fueron atropelladas, lo que se presume en un inicio que habría sido accidental y cuatro por infarto. Otras dos murieron por choques automovilísticos y una en volcadura. Por lo cual, ellas no entrarían en un supuesto de feminicidio.
Cabe señalar que de las 24 muertes violentas, diez de ellas contaban apenas con educación primaria, y ocho con secundaria, por lo cual, podría ser que desconocieran que existen las órdenes de protección. Otras cuatro no tenían terminada siquiera la primaria. Es decir, de 24 muertes violentas, 22 apenas tenían escolaridad básica.
En 2017, el total de autopsias en Tepatitlán, fue de 139, de las cuales, 24 fueron a mujeres. En la toda la región Altos Sur de Jalisco, el total fue 288 autopsias, de las cuales, 44 fueron mujeres.
En 2016, se registraron 13 muertes violentas de mujeres en Tepatitlán.
Cifras contradictorias y abandono en municipios
Si bien, no todas las muertes violentas de mujeres significan feminicidio, la denuncia de la violencia así como la solicitud de órdenes de protección sí podrían significar una víctima menos y brindaría una mayor visibilización de la problemática, señala en entrevista, la Maestra Anna Lozano, integrante del Grupo Interdisciplinar que se encargó de declarar la Alerta de Género en Jalisco en 2016.
“En el tema veo dos cosas: si bien ya existe un poquito más de concientización hacia las instancias correspondientes y las mujeres pueden solicitar ayuda en caso de que sean víctimas de violencia, creo que las campañas han servido un poco para dar visibilidad, pues muchas de ellas van al DIF, van a los Institutos de la Mujer o al Centro de Justicia. Si hay concientización y visibilidad. Pero que haya visibilidad, no quiere decir que todas las ordenes que se necesitan se emitan”, explica a Kiosco Informativo la maestra en Estudios de Género por la Universidad de Leeds, Inglaterra.
Y detalla el otro factor: “No todas las órdenes que se emiten o se reciben garantizan una protección para sus derechos. Hemos visto a lo largo de los procesos de violencia contra las mujeres, sobre todo en los feminicidios, que ya contaban con una orden de protección emitida años antes, o ya habían ido al DIF o pedido medidas cautelares para la prevención del delito, pero esto no frena la violencia, al contrario, hemos visto como han aumentado los casos”.
La especialista lamenta la falta de coordinación entre las instancias que deberían, en teoría, estar enfocadas a la prevención y erradicación de la violencia contra la mujer, pues cada una maneja estadísticas diferentes.
“Los datos que tiene Fiscalía no corresponden con los de SEMEFO (IJCF), ni con los del Gobierno del Estado. Hay una disparidad de datos. Es un terreno poco certero en cuanto a cuantas son las muertes. Observo que no hay una línea de trabajo en conjunto ni un banco de datos para poder trabajar bien. Si bien si comienza a haber una cultura de denuncia, eso no garantiza que su caso no vaya a terminar en feminicidio”, afirmó la especialista.
Otra de las trabas que reporta Lozano son los presupuestos de los municipios, pues si bien la Ley estatal establece que estos deberán instalar centros de refugios temporales para la protección de la mujer en casos de violencia, estos, casi siempre están sujetos a la disponibilidad presupuestal.
“Eso es una bronca. Es un proceso largo y desgastante, dónde las instancias municipales se lavan las manos. Para las mujeres que no están en la Zona Metropolitana de Guadalajara es más difícil acceder a la denuncia”, dijo Anna Lozano.
Aumento de casos
Las muertes violentas de mujeres, en Tepatitlán han ido al alza. En 2013, el Instituto Jalisciense de Ciencias Forenses solamente registra tres. Pero en 2014, saltaron a siete. Y aunque en 2015, descendieron a dos, en 2016, tuvieron un salto exponencial a trece. Y en 2017, casi se dobló, al llegar a 24.
Otro dato: 22 de las 24 mujeres que perdieron la vida violentamente en Tepatitlán, tenían escolaridad inferior a secundaria, e incluso 8 apenas tenían primaria y 4 no completaron ningún nivel. ¿Habrá sido un factor de desconocimiento para no solicitar una orden de protección?
Las cifras, ahí están. Tepatitlán no es ajeno. Y si bien, una orden de protección no es garantía, solicitar este mecanismo, podría ser la diferencia entre vivir y convertirse en un número más, en esa fría base de datos.
