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Tamal con Caldito. Fotografía: Eduardo Castellanos

El Tamal con Caldito: una creación gastronómica tepatitlense con 60 años de historia

Staff Kiosco Informativo | 1 de septiembre de 2023

Tepatitlán de Morelos.- Uno de los platillos más entrañables de la gastronomía tepatitlense, es el Tamal con Caldito. Una creación querida por los que nacieron en esta ciudad y que ha conquistado a quienes fueron adoptados por este terruño. Y que por supuesto, cautiva a los visitantes.

En días recientes se ha popularizado en redes sociales una invención llamada «Tamazole», que es muy parecida al platillo que se come desde hace más de 60 años en nuestra ciudad. Es decir: !En Tepa lo creamos primero!

Aquí te contamos sus características y en qué lugar fue inventado el famoso Tamal con Caldito, que llegó para quedarse y conquistar a los paladares más exigentes.

¿Qué es el Tamal con Caldito?

Cómo su nombre lo dice, consiste en aventar este antojito, «nadando» a un plato con caldo de pozole y se complementa con lechuga, col, rabanitos y en ocasiones, con una salsa «huevona», de jitomatito, cebolla y rodajitas de chile.

El tamalito puede estar relleno de diferentes guisos. El más conocido es el mole, que a diferencia de otros Estados de la República, no es dulce, sino que aquí en Los Altos se prepara enchilosito. Se cocina con masa de maíz, chile ancho y guajillo y recaudo de jitomate y cebolla. Por supuesto, el relleno incluye carne deshebrada.

El caldito, no tiene carne ni granos de elote. Es el puro caldo (Vale la pena redundar para que haya mayor claridad en el lector). Eso basta para que el sabor del pozole sea absorbido por el tamal y precisamente eso lo hace especial y distinto al tamal reseco que se sirve en Guadalajara o al esponjoso tamal que se engulle con las Guajolotas de la Ciudad de México.

Breve historia del Tamal con Caldito

Cómo muchas de las expresiones gastronómicas en México, el origen del Tamal con Caldito se entremezcla con anécdotas y mitos populares. Desgraciadamente los Cronistas de la Ciudad se han dedicado más bien a escribir relatos del conflicto Cristero o a registrar estampas desde la perspectiva de las élites, pero se han olvidado de documentar las tradiciones de las bases populares, excepto la honrosa excepción de la señora Elba Gómez en el texto titulado «El pozole de Senorina», en el libro «Producción de alimentos identitarios
de Los Altos Sur de Jalisco» publicado en el año 2020 por el Centro Universitario de Los Altos.

En el caso del Tamal con Caldito, no se tiene la fecha exacta de su creación, pero personajes dedicados al ramo de los antojitos coinciden en qué comenzó a servir de en las cenadurias en algún momento entre 1960 y 1963.

Pronto otras cenadurías comenzaron a pelearse el mérito y por supuesto adoptaron este platillo. Así lo hicieron, además de La Playita, la Cenaduría de Don Lupe de León, ubicada por la calle Porfirio Díaz; la cenaduría de Claro, por la calle Esparza y la Cenaduría de Trino, por la calle Moctezuma, en el Barrio Alto.

Otra mención bibliográfica de este platillo, aparece en el texto ya mencionado de la autoría de Elba Gómez. Senorina Gonzalez Gómez llegó de Mezcala a Tepatitlán en 1960 para trabajar en una Cenaduría (no se específica cuál) de la cual luego renunció para crear su propia Cenaduría en su hogar, según relató su hijo Horacio, que sigue vendiendo antojitos en la calle Ávila Camacho casi esquina con Álvaro Obregón. El local está más bien especializado en flautas, pero por supuesto, desde su fundación, servía el Tamal con Caldito, cuya receta seguramente Senorina aprendió en la Cenaduría donde laboraba (la cual tuvo que ser una de las cuatro ya mencionadas en párrafos anteriores).

No pasó mucho tiempo para que se convirtiera en una sensación y ahora es de lo más normal que así se pida en cualquier cenaduría de la ciudad.

 

Eleuterio «Tello» Salcedo, creador del Tamal con Caldito, en la legendaria cenaduría La Playita, de Tepatitlán, Jalisco.

La Playita era atendida por Eleuterio Salcedo (propietario del local), conocido popularmente como «Tello» quien fue ademas un gran futbolista en los años 60’s, ya que jugo en el Industrial, e incluso fue llamado a probarse en el Salamanca de la Segunda División Profesional. En el local, en ocasiones lo apoyaba su hermano Francisco «Pancho» Salcedo.

Aunque la memoria es vaga, el propio «Tello» Salcedo, quien hoy se dedica a atender una lonchería en el mismo local donde operaba la legendaria cenaduría recuerda como nació este platillo, con una caprichosa jugada del destino:

«Una vez llegó a la cenaduría un señor antojado, que lucía de entre 55 y 60 años, con indumentaria campirana, hasta llevaba sombrero. Y así pidió su cena: Deme un tamal, tráigamelo con caldo de pozole. Yo le pregunté: ¿El tamal y aparte un pozole?
No el puro caldo nada más, y ahí en el plato eche el tamal «, relata «Tello».

Fue así como «Tello» probó él mismo el experimento y le pareció muy sabroso. En los siguientes días comenzó a sugerirle a los comensales aquella idea que parecía extravagante y el Tamal con Caldito se convirtió en un éxito inmediato.

Pronto otras cenadurías comenzaron a pelearse el mérito y por supuesto adoptaron este platillo. Así lo hicieron, además de La Playita, la Cenaduría de Don Lupe de León, ubicada por la calle Porfirio Díaz; la cenaduria de Claro, por la calle Esparza y la Cenaduría de Trino, por la calle Moctezuma, en el Barrio Alto.

No pasó mucho tiempo para que se convirtiera en una sensación y ahora es de lo más normal que así se pida en cualquier cenaduria de la ciudad.

Pequeñas diferencias con el Tamazole

Cómo puedes ver, el Tamal con Caldito es similar al Tamazole que ahora se promociona en restaurantes de cocina mexicana en California y en algunas entidades, como Nayarit. La diferencia es que en el platillo de moda si le colocan algunos granitos de maíz.

Pero el platillo que se creó hace tantos años en Tepa fue primero que el Tamazole. Aunque como otras expresiones de identidad y cultura Alteña, no han sido documentados, es la tradición oral la que confirma su existencia de más de medio siglo.

Conquista al paladar más exigente

Cómo ocurre con otras delicias que son muy tepatitlenses -las papas con revoltura o las tostadas de ceviche con mayonesa-, muchos visitantes son escépticos cuando ven este platillo. Sabemos que si algo se le dificulta a las personas es experimentar con su paladar.

Pero cuando lo prueban, las dudas se disipan rápidamente. El tamalito queda reblandecido y el sabor de la masa que ha absorbido los diferentes matices del pozole, convierte aquello en una experiencia única y especial.

Así que ya no esperes más. Cuando termines de leer este texto, corre a tu cenaduria favorita por un Tamal con Caldito. Y si vas a visitar Tepa, no dejes de saborearlo.

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