Julio Ríos | @julio_rios | 07 de junio de 2017
En la elección del pasado domingo midieron fuerzas Peña y AMLO. Así de sencillo.
Y el PRI no podía darse el lujo de perder el presupuesto anual mexiquense, de casi 280 mil millones de pesos y de que se esfumara el único reducto posible para el grupo Atlacomulco ante una muy posible derrota en 2018.
Con mañas y coptaciones, dádivas, y amenazas se usaron las instituciones para favorecer al PRI.
Y el PRI volvió a ganar. ¿Pero a qué precio? Confirmando su vocación antidemocrática, ante la sospecha de fraudes, dádivas, coptaciones y compra de votos. Contarán con gobiernos débiles, sin legitimidad.
Si usted suma los votos de los rivales, son más los que aborrecen al tricolor que quienes lo apoyan:
- En Estado de México, sólo tiene el 33 % de los votos. Es decir, el 67 % en contra. Sin sumar a los que ni siquiera votaron.
- En Coahuila, el 40% de los votos. Es decir, el 60 % en su contra.
- En Veracruz, nada más alcanzaron el 18 %.
- En Nayarit, no se diga. No alcanzaron más allá del 20%.
Reflexiones sueltas
- El PRD, que se niega a lo nuevo, y se hundía mientras “Los Chuchos” se eternizaban, ahora, por necesidad no le quedó más que renovarse porque no había de otra y es cuando por fin dio buenos resultados. Juan Zepeda resultó ser el mejor candidato de la contienda y el mejor candidato de este partido en los últimos años.
Un perfil fresco que generó simpatías entre todos los sectores y que ahora, según comentan, será presidente nacional y luego senador, como premio a no declinar. - El PAN, demostró ser un espejismo. La única elección que ganó, fue gracias a que la familia Echevarría tiene arraigo en Nayarit. Sin embargo, en Coahuila, fracasó. Y en el Estado de México, donde fue por sí sólo, dio vergüenza. Por cierto, este fue ya el final de la carrera política de Josefina Vázquez Mota, quien a este paso, en 2020 ya no ganaría ni las elecciones para Jefa de Manzana en su colonia.
Y ahora ya comenzó el intercambio de culpas. - El papel de los independientes en esta elección fue vergonzoso. Aunque a pesar de su poca prosapia política, no les fue tan mal. Layín sorprendió al colocarse en el tercer lugar.
También en tercer lugar quedó el cantante Ernesto Pérez, mejor conocido como “El Chapo de Sinaloa”. A los artistas (es un decir) o actores y deportistas, no les va bien.
Tenemos otros fracasos como el del cantante Julio Preciado, el actor Alejandro Camacho, , la hermana de Thalía (Laura Zapata), la gimnasta Cynthia Valdez, el futbolista Benjamín Galindo y el grotesco caso del payaso Lagrimita, confirman la tradición: a los famosos no se les da la política. Y peor aún, los que llegan, como Cuauhtemoc Blanco o Carmen Salinas.