Por José Luis Gazcón García | @KioscoInfo | 10 de junio de 2011
Según relatos de muchas personas mayores de edad, cuentan con gran similitud la historia de sucesos ocurridos cerca del muy nombrado “río Chilarejo” situado en el municipio de Arandas, Jalisco. Aquí la narración en síntesis de sucesos que he podido indagar.
Cuenta la Leyenda que hace muchos años, aproximadamente un centenar a la actualidad, se hizo muy famosa la historia de un anciano, verdugo de niños mal portados, para asustar a los infantes del municipio.
Se dice que si en una familia común, las cosas se tornaban muy disfuncionales en cuanto a la comunicación, provocaba que entre los miembros de la familia hubiera “pleitos”, con más constancia entre padres e hijos. De tal forma que los padres cada vez se desesperaban más y en consecuencia su paciencia se reducía, provocando confusión, ruido y griterío en el hogar.
De tal suerte que a los padres se les ocurría amenazar a los “chiquillos” diciendo con un tono de voz agresiva, alto volumen y con coraje en sus corazones “Ojalá el viejo de la cueva venga por ti” para asustarlos y pretender corregirlos… así, el espíritu demoniaco, con apariencia de un anciano tétrico y macabro, rondaba cerca de dicho lugar, escuchaba que lo solicitaban.
El anciano entonces acechaba aquel recinto familiar, esperando pacientemente el momento de hacerse notar ante el menor de edad, ya que éste debía encontrarse solo para poder cometer su secuestro; al hacerse presente, tomaba al pequeño entre sus brazos para cargarlo, pero antes de desaparecer dejaba que los padres del niño vieran durante dos segundos aquella atrocidad y luego desaparecer en forma de un tornado hasta desvanecerse diciendo “tú me lo has obsequiado”; los padres entraban en un pánico aterrador. ¿Qué puede ser más aterrador que ver a un demonio secuestrar a su hijo?
Cuentan que este demonio llevaba a los niños raptados a una cueva oculta, ubicada a las orillas del Chilarejo, donde cometía actos aterradores llenos de maldad; según versiones de quienes dicen haber entrado a la cueva del demonio, han encontrado pilas y pilas de huesos de niños, rasgados y masticados, así como pestilencia sin igual. Al parecer aquella cueva era el hogar de bestia sin igual, torturaba a los pequeños inocentes, víctimas de una familia disfuncional, arrancando la carne de sus pequeños huesos para devorarla, quebrándolos mientras los pequeños sufrían el cruel destino que sus padres les habían sentenciado.
Convirtieron a este personaje en el terror de todas las familias y personas que viven en los alrededores del lugar, al alcance de aquel anciano demoniaco, sembrando un miedo extremo el cual provocó que cada generación inculcara en las familias la obligación de jamás pronunciar las palabras que invocaban a dicho espectro.
Al haber menos personas que sepan de tales sucesos, no pueden utilizar esa maldición en contra de nadie, haciendo que el demonio se mantenga cautivo de un encierro, pero, esperando el momento en que alguien por error, casualidad o ayuda del mismo ente siniestro, se pronuncien las palabras que entreguen el alma de algún inocente y otra vez causar el terror en las nuevas generaciones.
Este es un espacio de rescate cultural de las leyendas más tradicionales de Los Altos y de Jalisco, llevado a cabo por el Mtro. Pablo Huerta Gaytán del Centro Universitario de Los Altos en colaboración con los alumnos de Tepatitlán, de municipios de la región y de otros lugares de México, para rescatar parte del vasto y rico patrimonio cultural mexicano.
Las narrativas que aquí se dan a conocer, son colaboraciones exclusivas y parte de algunos productos de aprendizaje del curso-taller “Expresión Oral y Escrita”, que imparte el Mtro. Pablo Huerta Gaytán a alumnos del 2º semestre de la Lic. en Contaduría Pública, del Centro Universitario de Los Altos, de la Universidad de Guadalajara.
Hay quienes ven a la leyenda como resultado de hechos reales a los que se agregan interpretaciones de enseñanzas válidas y hacen que la historia resulte más interesante. Pueden existir muchas versiones ligeramente diferentes de una misma leyenda porque su transmisión inicial ha sido oral.