Eduardo Castellanos | 29 de abril de 2024
Tepatitlán de Morelos, Jalisco. A sus 79 años, Salvador Plascencia Becerra todavía tiene las fuerzas para acompañar a la imagen sagrada del Señor de la Misericordia de Tepatitlán. Habla poco, pero tiene mucha devoción. Lleva cincuenta años como danzante en la agrupación “Danza de Cristo y María”. Han pasado muchos lustros y la memoria ya le falla, dice que no recuerda cómo llegó a ser danzante.
Plascencia está sentado en una barda del templo del Espíritu Santo, descansa de la labor dancística que inició desde muy temprano en la Parroquia de la Sagrada Familia en el Barrio Alto. Tiene claro que acompañar los recorridos del Cristo de los tepatitlenses y participar en otras festividades religiosas, son benéficos: ayuda al alma, a la salud física y mental.
“Le sirve a uno de ejercicio, y luego, cuando me fregó la enfermedad esa del Coronavirus, casi me muero, hace casi más de dos años, me ayudó que hago esto como ejercicio. Mucha gente se murió, pero gracias a Dios y al ejercicio que yo hago en la danza sigo aquí”.
Este año viste de verde, igual que el Señor de la Misericordia. Su penacho es el más viejo, es distinto a los demás, es rojo y lleva una foto antigua con la imagen del santo tepatitlense que a sus pies tiene a la Virgen María afligida por la muerte de su hijo.
El grupo de “Don Chava” como le dicen de cariño, también danzan el 12 de diciembre para la Virgen de Guadalupe y en septiembre acompañan a la imagen del Niño de la Salud a la presa El Jihuite para dar gracias por el temporal. El más longevo de la agrupación lleva un par de años sin hacer ese recorrido.
Este grupo de danza, al igual que otros, durante tres días acompañó a la imagen del Señor de la Misericordia en su visita a las parroquias de San Francisco de Asis, La Santa Cruz, Sagrada Familia, Cristo Rey y Espíritu Santo, para luego retornar a su santuario ubicado en la calle Hidalgo, en el centro de la ciudad.
Días antes de las celebraciones religiosas a las que acude Salvador, junto con sus compañeros danzantes, se dan cita en el Parque Hidalgo, en el Barrio Alto para ensayar los pasos con los que jubilosos atenderán el llamado para agradecer la protección y bendición de sus santos.