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Eduardo Castellanos | @KioscoInfo | 13 de diciembre del 2016
Una de las tradiciones más arraigadas en la Delegación de Capilla de Guadalupe, son los carros alegóricos que se han vuelto un referente cultural en la región alteña.
Cada año grupos apostólicos e independientes se dan cita, con meses de anticipación, para comenzar a preparar las representaciones de santos y enseñanzas de la iglesia católica, para que circulen en forma de cuadros plásticos alegóricos, por algunas calles de la comunidad.
Pero en especial, Anabel Aceves Hernández, junto con cuatro hermanas y algunas amigas, desde hace casi cuatro décadas se encargan de dar vida a alguno de los carros que año con año acompañan a la “patrona local”, la Virgen de Guadalupe.
Para este año, las bienhechoras diseñaron y montaron una representación del pecado y el arrepentimiento.
“El carro es sobre el pecado, o la opción de cambiar de rumbo. En la parte trasera del carro se ponen los personajes que son un administrador, un empresario y una chica que todos son buenas personas, pero tienen tentaciones como el juego, el dinero. El candil, por ejemplo representa las botellas que ellos usarían ya sea de vino o de refrescos, pero se hizo en candil para que se viera más elegante”, indicó una de las creadoras.
Cientos de metros de tela y listón, pegamento, más de tres mil botellas, varias piezas de unicel, fomi, lazos, pasto artificial y otros materiales fueron utilizados para adornar el carro en donde los capilleneses y vistantes pudieron apreciar la representación de la Virgen de la Inmaculada Concepción.
Las creativas, Anabel Aceves Hernández y Rosa Isela Casillas Castellanos, narraron a Kiosco Informativo el proceso de creación y montaje del carro que logró cautivar a propios y extraños, durante la procesión.
“Primero nos entregaron la estructura que está hecha a base de madera y fierro. Toda la decoración va por nuestra cuenta. Las flores están hechas por el equipo, todas son de tela, listón; casi todos son manualidades. La gente cree que salen muy caros, que son materiales que cuestan mucho y en realidad son cosas sencillas, solo que bien trabajadas”.
“Utilizamos alrededor de mil botellas, hicimos más de tres mil flores. Lleva unicel, lazo tejido, en la parte de arriba de la cúpula lleva unas lenguas de fomi que se fueron recortando de una por una, entonces también creemos que son más de mil lenguas”, añadió Aceves Hernández.
El diseño y montaje se inició hace aproximadamente dos meses. La idea fue de una de las hermanas Aceves. El primer mes trabajaron todas las tardes hasta las 8 o 9 de la noche. En el segundo se invirtieron horas por la mañana y por la tarde.
Minutos antes de que el carro partiera a realizar su recorrido, todavía estaban afinando los últimos detalles.
Uno de los elementos que más llamaron la atención de los asistentes en el carro de las hermanas y compañía, fue un candil hecho a base de botellas pet que daban la impresión de ser de cristal fino.
La emoción de ser partícipes con la Guadalupana
Las mujeres que conforman el equipo de las hermanas Aceves, está integrado por amas de casa y madres de familia. Durante la preparación de los carros, dejan a los suyos durante algunas semanas para dedicarse a montar uno de los carros alegóricos. Dicen sentir emoción de ver circular por las calles la ofrenda ofrecida a la Virgen de Guadalupe.
“Son muchos años los que llevamos haciendo esto y nos da mucho gusto hacerlo. Es un gusto enorme. No recibimos ningún pago, todo lo hacemos de corazón”.
«Cuando nos preguntan: ¿Qué sienten cuando ven salir su carro? Pues una gran satisfacción, una gran emoción. No lo hacemos por quedar bien, lo hacemos porque nos nace del alma”, puntualizó Casillas Castellanos.
El carro de la Inmaculada fue uno de los once que acompañaron en procesión a la Virgen de Guadalupe, durante el último día de fiestas ofrecidas en su honor.
