Por *Cinthya Gómez | @escriboenlaluna | 10 de diciembre de 2018
No te hagas. Eres de los que palomea el recuadro de “He leído los términos y condiciones de uso” para pasar en automático al uso de las aplicaciones; sin cerciorarte antes qué contrato estás firmando con las empresas detrás de las páginas de internet, de gestores de descarga, aplicaciones digitales y redes sociales.
Además de tu nombre, sexo o fecha de nacimiento, otros datos personales sensibles que tengas en las redes sociales podrían estar ya en manos de empresas maliciosas sin que lo sepas y aunque tu mismo hayas dado autorización para que los usen.
Si descargaste aplicaciones de juegos, para ver cómo serías si fueras del otro sexo, para distorsionar la voz, para mejorar las fotos que te tomas o compartes, para llevar un conteo de tu ciclo menstrual (en el caso de las mujeres), para ligar, para matar zombies, o eres de los que acepta todo, o entra a todo tipo de páginas de internet sin verificar si se trata de sitios oficiales, básicamente has dado las llaves (contraseñas) a desconocidos para que entren a tu casa, pues en tus redes sociales, plasmas gustos, contactos, momentos importantes, conversaciones, entre otros.
Ninguna red social es gratis. Y si lo es, es porque tu estás dando permiso a las empresas tecnológicas para que hagan uso comercial de tus datos personales. Ese es el verdadero costo de las redes sociales y del internet, tu vida privada y en muchas ocasiones tu vida íntima.
Esta clase de datos suelen ser vendidos a empresas publicitarias las cuales, de acuerdo a tus gustos, edad, sexo y contactos ofrecen productos, servicios o información, “a tu medida”.
Y es que según expertos en el tema como Janis Kallinikos, Profesor en Sistemas de Información de la Escuela de economía y ciencia política de Londres, aplicaciones como Facebook agrupan a perfiles similares al nuestro y dan lecturas sobre el entorno en el que vivimos y moldean y hacen sugerencias para que las sigamos.
Publicar con frecuencia comentarios, fotografías en las redes sociales sobre nuestros gustos, viajes, y en general sobre nuestra vida personal, pueden ser usados por ejemplo por nuestros empleadores, si publicamos información sobre nuestro trabajo; o sí damos detalles sobre que no estamos en casa, nuestros ingresos monetarios, estilo de vida, nos hacen potenciales víctimas de extorsionadores o ladrones de identidad.
Otro consejo para proteger tu información personal de extraños es no aceptar las solicitudes de amistad de desconocidos, personas que no tengan amigos en común contigo ni darle like a links para acceder a páginas de internet, pues estos pueden ser maliciosos y estar cargados de virus que afectarán tus dispositivos.