Staff Kiosco Informativo | 28 de enero de 2025
Tepatitlán de Morelos.- En medio de una creciente preocupación por la gestión de residuos sólidos, el Gobierno Municipal informó sobre su plan para abrir un nuevo relleno sanitario en un predio ubicado en la comunidad de El Pinto.
Medida que a principios de año generó tensiones con residentes locales y levantó preguntas sobre la transparencia y sostenibilidad del proyecto. Y es que el antiguo vertedero de San Bartolo llegó al límite de su capacidad y desde hace casi una década ha presentado problemas recurrentes como incendios.
Según el gobierno municipal, el nuevo terreno seleccionado fue sometido a estudios técnicos y medioambientales que cumplen con las normas establecidas, incluyendo la NOM-083-SEMARNAT-2003.
El gobierno catalogó las acusaciones como «sin fundamento» y señaló que la oposición es promovida por intereses particulares y desinformación difundida a través de medios locales y estatales.
Dudas sobre el proceso
Los vecinos del predio seleccionado como nuevo receptor de residuos bloquearon el acceso al terreno, argumentando que las labores pueden causar daños irreversibles al medio ambiente. Denuncian la falta de un proceso de consulta adecuada que incluya a la comunidad afectada.
La sostenibilidad del proyecto es un aspecto que merece más atención. Aunque el gobierno detalló los estudios realizados, no presentó un plan claro sobre cómo garantizará que el nuevo relleno opere de manera eficiente y con el menor impacto ambiental posible.
La falta de información pública detallada y accesible genera incertidumbre sobre si realmente se cumplirán los estándares prometidos. Diferentes actores y políticos tepatitlenses han advertido sobre el impacto de rellenos sanitarios mal gestionados.
El papel de la comunidad
La resistencia de los vecinos pone de relieve la importancia de incluir a las comunidades en la toma de decisiones que las afectan directamente. La falta de un diálogo efectivo con los residentes de Mezcala refleja una falla en los procesos de gobernanza participativa.
La recolección de residuos sigue operando de manera provisional, lo que genera preocupaciones sobre cómo se gestionarán los desechos a largo plazo si las tensiones no se resuelven. El caso de Tepatitlán es un reflejo de los retos que enfrentan los municipios en la gestión de residuos y una llamada de atención sobre la necesidad de mayor transparencia, sostenibilidad y participación ciudadana en proyectos que tienen implicaciones tan amplias para el medio ambiente y la calidad de vida de la población.