Con una velada poética y narrativa titulada “Los pasos de la catrina” iniciaron las celebraciones del Día de Muertos en Tepatitlán. Los integrantes del Taller de Poesía y Narrativa que dirige la maestra Esmeralda López Lupercio, recordaron a personas que han fallecido desde la época de la Revolución Mexicana hasta los tiempos actuales. La poesía y la ficción fueron la clave para el éxito de la jornada.
Una realidad social que ha vivido nuestro país a lo largo de la historia, prostitución infantil, feminicidios, secuestros, la homofobia, la intolerancia, el chisme, las luchas sociales y los gobiernos omisos, son solo el pretexto para que este grupo de personas hiciera brillar el evento.
Caracterizados como catrinas y catrines, los estudiantes del taller literario leyeron textos de su propia autoría. Poemas sobre el amor, la soledad y la muerte formaron parte del repertorio. Los relatos iniciaron con una historia situada en la Revolución Mexicana, este relato tiene la magia de ser contado por una narradora en primera persona que se vale del lenguaje arcaico para contar su tragedia.
La lucha Cristera también es escenario en estos relatos, un joven narra su sufrimiento al ser quemado vivo con alcohol. Las Poquianchis con sus dramáticas historias de jovencitas secuestradas y prostituidas formaron parte del repertorio. Una argentina cuenta su llegada a México y su muerte en la Plaza del Tlatelolco el 2 de octubre del 1968.
Las tragedias del 19 de septiembre de 1985, en donde Salomé, la enfermera de uno de los hospitales siniestrados por el terremoto pierde la vida tratando de rescatar recién nacidos de los cuneros e incubadoras del área de pediatría del nosocomio.
Otro de los textos aborda el tema de la homofobia, en donde dos jóvenes son asesinados por sus preferencias sexuales. Cada uno de los textos tenía un fondo musical de acuerdo a la época que representaron los autores.
En el relato de los noventa, uno de los estudiantes recuerda a las víctimas de las explosiones del 22 de abril de 1993, en donde dos infantes pierden a sus padres que trabajaban en la fábrica de jabones “La Corona”. Después de un tiempo uno de los niños decide ir en busca del “sueño americano”, muere en el desierto tratando de llegar a la frontera.
Valiéndose de la narrativa, el lenguaje y la ficción, una de las participantes leyó la historia de una jovencita que es violada y asesinada por un grupo de hombres. La lectura culmina con el relato de una drag queen, que también es víctima del odio por ser “diferente” a los demás.
El evento se desarrolló en el Museo Municipal de Tepatitlán, fue amenizado por el joven cantante, Santiago Padilla de Alba, quien interpretó las piezas La llorona, Tata Dios y Dios nunca muere. El coordinador del recinto, Norberto Servín González agradeció la participación de los asistentes y recordó después de dos años de Pandemia, el Museo nuevamente abre sus puertas para ese tipo de eventos.