Por: Francisco Oviedo
Querido Hijo:
Espero estés bien, he leído con beneplácito tu carta, y ya alisto cosas que te puedan servir.
Por acá hay algunos cambios, el bosque está más bello que nunca, y la casa aún más, la he ido arreglando. No todo es bueno, Lumiere me abandonó, se fue, literalmente, con el vecino de al lado, ella y sus amigas, han formado un grupo can-feminista que me miran con indiferencia cuando paso por la esquina, la única liaison, liga, que tengo con ellas es una relación estilo pollitos, solo vienen cuando tienen hambre y cuando tienen frío…
Te quiere y nunca te olvida…Ton père.
Querido hijo:
Aquel viernes, regresábamos en el vochito de Pancho Cananea por la Reforma, cuando di solito vi…Hoy único día, Grupo Chicago… déjame aquí, le dije, y descendí del carro, obvio, no traía dinero, al menos no mío, solo el del Ingeniero Pérez Sánchez, con quién trabajaba.
Pero felizmente no era el único, toda una parvada de jóvenes, como yo, intentaban entrar por la fuerza, lidereados por el famoso «chaparro» de la prepa 7, fue inútil, las macanas de los policías nos insinuaron…not way…, se hacía tarde y tuve que echar mano de la lana del inge, me tocó hasta arriba, pero la multitud poco a poco nos bajamos hasta donde estaban los ricos.
Antes del grupo, se escuchaba música de Paul McCartney y zaz, que sale Chicago con su Saturday in the Parks, aquello fue alucinante, inolvidable…cuando salí me fui caminando desde Chapultepec a la Roma, pensando en la lana de Pérez Sánchez, todo va a estar bien, me dije, todo va a estar bien, y todo salió bien, el Sábado en el Parque y todos los demás días de mi vida han salido bien. .
Y todo estará bien…
Ti pensa sempre il tuo babo
Hijo mío:
El troquero Gutiérrez fue quien me trajo acá, yo iba «Al barrio del sobaco» en Navojoa, pero aquella tarde, en la caseta de San Juan del Río me le acerqué y le pedí rait, se me quedó viendo-yo siempre muy bien peinadito, mi maleta de aventurero no era mochila, era una maleta de chico intelectual, siempre con un libro de Medicina- pos yo voy cerca de Guadalajara, a Tepa, de ahí le puedes seguir, dijo con un acento raro, reflexioné dos segundos y me subí a su troca verde.
En el trayecto me venía platicando las maravillas de su tierra, Tepa por aquí, Tepa por allá, Tepa esto, Tepa lo otro, y yo, lo escuchaba intrigado, todos los pueblos intermedios nos recibían con polvo y los baches abiertos, pero de pronto, bajamos una cuesta y al fondo divisé unas cruces, las calles pavimentadas, autos bonitos y mi instinto de sobrevivencia me dijo, «epa, ¿qué está pasando aquí?»
Años más tarde tu abuelo Manuel me lo corroboró, mira Pancho, cuando llegues a un lugar, nomás fíjate en los carros y la ropa de la gente y ahí quédate…
Gutiérrez, güero ojo verde, apagó su centésimo cigarro y me dijo, llegamos joven, tenía yo aspecto de chavito. Hicimos buena amistad, y meses después me ayudó a la mudanza de la Roma p’acá, bajamos los muebles de la sala colonial que me dio mi madre, pero la puerta de la casa de Félix Ramos era muy estrecha y la mesa del comedor no entró, no te preocupes, dijo Gutiérrez, déjala aquí en la cochera, aquí no es como en tu tierra, aquí se puede confiar en la gente, así lo hice, me fui a dormir con doña Chía y a la mañana siguiente regresé para ver lo de la mesa, pero había desaparecido, en ese momento comprendí que había llegado al lugar indicado y aquí nos quedamos…
Ik hou van je…Te quiero hijo
Julio 2021 y lloviendo
Tu papá.
Hijo:
La otra noche me tocó conocer a su hermano Doctor, nos bajamos del camión en la Alameda.
Tu tío Fernando era el más guapo de los hermanos, de niño le decíamos «El muñeco» y de grande media 1.80, ojos amielados y barbicerrado, tenía mucho pegue. Pero de chiquillo, no le gustaba lavar los platos que le tocaban y en la noche tu abue lo levantaba y ahí lo veías desconsolado talle que talle y llora que llora. ¿Quién era el único que lo podía ayudar? Exacto, Paquito, le decía, vete a dormir Fer y yo terminaba de lavar. Un día jugábamos a mantener una almohada entre la cara de uno y del otro, de pronto tu tío Ángel la quitó, chocaron nuestras cabezas, chocaron nuestras bocas y tú tío Ángel empezó… ¡son novios, son novios!
El señor que me comentó el hecho mencionó que el Rojo de Los Altos los dejó por la libre y de ahí caminaron hasta el centro, que le dijo que venía a ver a su hermano, el doctor Oviedo…
Pero en esos días ni tu tío Pepe ni tu tío Ángel me dijeron haber viajado hacia acá.
Tú naciste diez días antes de lo de… y por eso te pusimos su nombre.
Aquella fatídica mañana, tu tía Carmen me llamó y solo mencionó, estamos en la clínica del doctor Balmis. Con la vista nublada le dije al jefe de Servicio de Neurología, dónde estaba yo rotando, lo que pasó y me dio permiso de retirarme. El autobús se fue por la ruta libre de Atotonilco, ha sido el viaje más triste de toda mi vida.
¿De que si aquella noche, vino tu tío a verme, dos años después de lo que pasó? cómo puede que sí, puede que no…
Pronto te llamaré Hijo
Sento la mancanza di te…te extraño
Tu padre.
Hijo:
La fiesta de mi despedida fue con tu tía Elsa, al final tu tía Carmen y tú tío Pepe me dijeron, toma Paquito, eran unos seis mil pesos, te los da la familia como apoyo en tu nueva aventura…
Y aquel 28 de febrero me vi en un restaurante frente a una parroquia, en un cielo sin smog y con gente que decía «bien mucho», cuya etimología hasta la fecha no he hallado, pero si la aplicó, estudiar bien mucho, trabajar bien mucho, querer a mis hijos y semejantes bien mucho.
Solo hubo un pequeñísimo problema en mi arribo a la tierra roja, el primer fin de semana en Tepa, ha sido, el más largo del mundo mundial, cierto, doña Chía fue muy amable en hospedarme, pero después de vivir en la Roma, todo me parecía Cuautitlán, mira, si el sábado tarde noche o domingo tarde estabas triste o aburrido, no había más que ir por la calle Orizaba y la belleza arquitectónica de mi colonia te hacía sentir una mezcla de Corazón Valiente y Jhon Travolta, caminando con un balanceo irresistible, en cambio, acá en Tepa, la vida y el reve se terminaban en cinco calles, ya salía, ya entraba, ya volvía a salir y después de repetir el ciclo diez veces, apenas eran las 12 del sábado…
¿Qué opciones tenía?…
Querido hijo:
El año pasado, febrero 29 para ser preciso, empezó en México el problema de la pandemia por Covid, en un inicio dudé en entrarle a la atención de pacientes, aún no estaba dado de alta y además tomaba el inmunosupresor, tu abue estaba conmigo, todo mundo apanicado y me decían propios y extraños, Doctor, ni se meta, quédese en casa…
Un día escuché de nuevo esa canción que dice «La vida no vale nada, si la has de vivir echado en una cama»…
Y mientras observaba a tu abuela, recordaba el extraordinario valor para luchar por sus cinco hijos, contra todo y contra todos, y me dije…Si en esas quedo, bienvenida la muerte, no podía dejar sin atención a tanta gente sufriendo y, ¡zaz!, que tomo mi fusil (mi maletín) y me enfrenté a este bicho raro y malo…
Algunos han muerto, pero la mayoría se han salvado. Cuando salgo solo al bosque y veo lo hermoso que es, las luciérnagas me guiñan el ojo y dicen a sotto voce, voz baja, hiciste bien Paco, en la vida hay que tomar decisiones difíciles para triunfar…
Espero seguir así…
Je T’aime mon fils
Tu padre
Hijo:
El siguiente lunes la primera pregunta que le hice al doctor Manuel Navarro fue, ¿oiga doctor aquí además de comer y vivir, que otra cosa hay para hacer?… Se puso serio, me miró fijamente, hubo una pausa de diez segundos y dijo: ¡aquí solo Futbol!
De nuevo, yo acostumbrado a emular a mis ídolos de cine, me sentí como el corredor de Carros de Fuego. Me levanté, le besé la mano y unos días más tarde ya estaba jugando con el equipo de Médicos, es malo, decían lo que envidiaban mi simpatía y mis pompas, pero el sabio Mario Íñiguez le decía como Jesús a sus discípulos: tomad y bebed todos de él, porque él será el enviado de Dios para que nos resuelva los partidos más difíciles… Amén, decían todos.
El primer año de mi estadía médico-futbolística me querían llevar a Zamora a jugar profesional, pero mi camino ya estaba decidido, en la vida hijo, tienes que centrarte en un objetivo y ser el número Uno en el…
Lo platicado fue ya hace un buen de años, pero lo tengo tan vivo como tu recuerdo, como la esperanza de que un día te reintegres con nosotros al cien, en tiempo y forma…
Il tuo babo sempre con te.
Querido hijo:
Elba Gómez, mi amiga, me invitó a un concurso de poesía y crónica, este último de personajes nacidos en Tepa, obvio tú naciste aquí, lo recuerdo como si fuera ayer, fue la era previa al ultrasonido, ya eran tres hijas y zaz, que llega Fer, aquella noche en la Clínica de los Altos, me asistieron la Doctora Tita, Rodolfo Vargas y Lagunas…
Pero mi pregunta es: ¿dónde nace uno?, obvio está el nacimiento territorial, de lugar, de costumbres.
Pero existe otro que las leyes no consideran, pero si la vida, el nacimiento del apego.
El apego a la gente, el apego a las jacarandas de la avenida, al bien mucho, al tu sabrás, al cálale, a la memorable liga sabatina de fútbol…
El segundo año de mi enfermedad, me fui a la Ciudad de México, los tiempos no eran buenos y la nostalgia por Tepa, cañona, a tal grado, que le compuse aquella prosa-poema, La ciudad de los dos Soles, si, en época dónde los días son más largos, se puede ver cómo al bajar por la Carnicerito, el sol en el poniente alumbra la luna que emerge del oriente, un espectáculo inenarrable.
Gracias a Dios, y me siento un hipócrita cuando lo digo, pero un gran amiga dice que si existe este señor, he superado al mal, por ello, acudí con el licenciado Cayetano Casillas, quien dio fe de lo siguiente; En la ciudad de Tepatitlan, Jalisco, siendo las siempre en punto, comparece el ciudadano híbrido Francisco Oviedo Esquivel, quien declara haber nacido en la Colonia Roma, pero haberse desarrollado y amar a esta hermosa Tierra Roja…
Por mi raza hablara el espíritu y por hijos mis poemas
Esperamos el regreso del héroe o sea tu…
Ton père
LA TAZA SAN FRANCISCO
Así la bauticé, a tu regreso del Norte me la trajiste, ese Norte tuyo que me dejó tan triste, y no tanto por tu ida, sino por las circunstancias que llevabas en la maleta, ninguna, te percibía tan inestable como un avión dentro de una turbulencia. Pero, felizmente regresaste, es de color azul cielo, con el puente de la ciudad, y la ambientación al mero estilo Vanghoniano.
Casi no la uso, la tengo en el mismo sitio de mis otras tazas, hay una de Las Vegas, dos de Sayulita, pero, además de los diversos colores, se diferencia de éstas últimas por algo muy particular, está rota, tiene cinco grietas, por eso cuido de no usarla en demasía, sin embargo, hay mañanas en que trato de saber que podría significar cada grieta, todas son verticales, la primera quizá se refiera a tu infancia, tus arrebatadas subidas por el costado de las escaleras. Pero no estoy seguro, tal vez sea mi excesiva imaginación. La segunda la titulé la clonación, a los once años, clonaste mi tarjeta de banco y sacaste dinero sin mi autorización, aún no me explico cómo fue, pero ya se dejaba ver tu talento. La tercera es la de en medio, el parteaguas, me confesaste tu orientación sexual, guau, mi único varón, es tan grande mi cariño que lo único que se me ocurrió hacer es ponerme a estudiar, a leer de que se trataba, gracias a ello comprendí muchas cosas de ti, y de todo aquel que es diferente a uno, a no ser integrista, aceptar y respetar que nadie tiene obligación de ser como uno es, mientras ello no represente una real amenaza, es decir, si no eres como yo, no estás contra mí, sino que, estás con alguien que te apoyará y amará siempre.
La cuarta grieta es muy inestable, se desplaza de derecha a izquierda o viceversa, sin un rumbo definido y no es más que el símbolo de lo que ningún padre quiere para sus hijos.
La quinta y última, es el presente, el resultado de las otras cuatro, un escenario poco esperado, no deseado, pero al cual hay que hacer frente, demostrar de que estamos hechos y que no se hable más, al mal tiempo, al temporal inestable hay que hacerle frente, resanar cada una de las cuarteaduras del muro y hacerlo fuerte de nuevo. Somos dinámicos, no porque un día se ha sido bueno, lo serás siempre, lo importante es ubicar el bien y el mal, ser lo más buenos posibles y lo menos malos que nos permita la vida.
Eso esperamos, yo y toda la familia de ti, nunca es tarde, hay universidad para todas décadas de la vida…
Hasta pronto Hijo
Tu papá.