Staff Kiosco | Información Raquel Galván | @KioscoInfo | 23 de octubre del 2018
Como cada domingo último de octubre, habitantes de Capilla de Guadalupe salieron a las calles de la delegación con un mismo objetivo: agradecer los frutos del temporal al Señor del Perdón.
Sesenta y seis tractores adornados con flores del campo, elotes, rosarios de tuna, flores de calabaza, cañas y plantas silvestres, circularon en caravana el pasado domingo, acompañaron a la imagen del cristo, que fue llevado desde la comunidad de los Sauces, hasta la parroquia del poblado.
Personas de todas las edades que no lograron esconder su alegría y devoción, se unieron caminando al contingente, caminaron con canastas colmadas de calabazas, elotes, cañas o cualquier otro fruto del temporal de lluvias. Reconocen que este año el tiempo fue bueno, pero dicen que aunque haya sido lo contrario, igual llegarían a agradecer a la santa imagen.
En el atrio del templo dedicado a la Virgen de Guadalupe, los capillenses depositaron ejemplares de los frutos de sus cosechas, con los productos del campo dieron la bienvenida al Cristo del Perdón que fue llevado en hombros por voluntarios.
Mañana miércoles 24 de octubre, a las 5:00 de la tarde, los vecinos de Capilla de Guadalupe y sus comunidades rezarán un rosario, para luego cargar nuevamente en hombros al Señor del perdón, y regresarlo a la comunidad de los Sauces, en donde iniciarán las fiestas en su honor.
La tradición oral de la fiesta del Señor del Perdón
Según datos aportados por habitantes de la Delegación, los festejos de agradecimiento a la venerada imagen, surgieron hace algunos años por iniciativa del cura Esteban Vera y del señor Antonio Orozco.
De acuerdo a los datos aportados, Antonio Orozco, daba el día libre en sus trabajadores para que todos fueran en peregrinación a Capilla de Guadalupe. Los peones llevaban en hombros al Cristo, desde su templo en la comunidad de Los Sauces hasta la parroquia de la Delegación, con una parada previa en el rancho llamado “El cinco”, lugar en donde Orozco tenía su hogar.
Las primeras festividades, después de regresar a su templo en los Sauces, eran organizadas por la señora Lucía Orozco, quien era hermana de Antonio. Las celebraciones, en lugar de carros alegóricos, incluían cuadros con estampas religiosas.
Desde entonces la peregrinación de cada domingo último del mes de octubre, fue cobrando auge entre los pobladores de Capilla y sus rancherías, pero según versiones de los pobladores, el señor cura Roberto Corona, fue el encargado de motivar a los capillenses para hacer de esta costumbre un acto fervoroso.