Francisco Jiménez Reynoso | @jimenezabogado | 22 de Octubre del 2018
Se le atribuye a Richard Nixon, presidente de los Estados Unidos de Norteamérica, el término de «Guerra contra las drogas», además de haber intensificado el despliegue del Estado para encarcelar a todos los usuarios de sustancias psicoactivas, es el responsable de impulsar diversas agencias para combatir los narcóticos y de dictar la política que seguirían distintos presidentes en torno a las drogas, adaptándola a sus propias necesidades políticas.
En mi opinión, nuevamente el norte está sentando las bases para la homologación de criterios en el continente americano. La legalización de la marihuana para uso recreativo, ganó el pasado miércoles una batalla importante en Canadá.
Uno de los países pioneros al respecto fue Uruguay. Pero el peso demográfico del gigante norteamericano (36 millones, de los que 4,9 millones son consumidores, más que toda la población de Uruguay, que es de 3,5 millones) y económico (en Uruguay las ventas han sido de unos 35 millones este año frente a los 3.300 millones de ventas ilegales del año pasado en Canadá); su pertenencia al G – 7, a la OCDE y su tratado renovado de libre comercio con Estados Unidos dan a la decisión un peso que la iniciativa uruguaya no tuvo. Pese a ello, es el país de Donald Trump el que alberga más población que puede comprar cannabis legalmente y sin indicación médica. Ya que hasta el momento está permitido en ocho estados.
Lo anterior, sienta el precedente para que pronto se tome la medida en Estados Unidos de Norte América. Y probablemente se extienda en todo América Latina. Pues recordemos que fue en junio de 2017, que la Ley General de Salud se modificó para legalizar el uso de la planta con fines
terapéuticos.
El desarrollo reglamentario corresponderá, Andrés Manuel López Obrador. Pero esta regulación amenaza con quedarse corta muy pronto. Como antecedente en México, recordemos que en noviembre de 2005, se otorgó amparo a cuatro personas para cultivar, transportar y consumir
marihuana con fines recreativos. Desde entonces se han otorgado cuatro amparos similares y solo falta uno para que la decisión se convierta en jurisprudencia y se llegue, de facto, a una regulación del uso recreativo de la droga.
Según una encuesta hecha pública este miércoles, el 70% de los canadienses apoya la legalización. Estadísticas en Canadá publicó un informe a principios de este año que indica que 4,9 millones de personas consumieron al menos 20 gramos de cannabis en 2017, por un total de 5.600
millones de dólares canadienses (unos 3.700 millones de euros).
Solo un 10% correspondió a marihuana medicinal, legal en Canadá desde 2001. En 2016 en el mundo, según el último sobre las Drogas de la ONU, 192,2 millones de personas consumieron cannabis y se registraron incautaciones de algo más de 4.500 toneladas.
La legalización de la marihuana recreativa inaugura una industria de considerables dividendos en este país norteamericano. Según estimaciones de CIBC, uno de los mayores bancos canadienses, el mercado legal generará unos 6.500 millones en el primer año.
El 75% de los impuestos irá a las provincias y el 25% restante será para la Administración central.
No dudemos que el gobierno esta comenzando a ver un gran negocio lucrativo el tema de la marihuana. Además de que podría ser más fácil gobernar a un pueblo alejado de la realidad.