Por: Julio Ríos Gutiérrez
Profesor de la Universidad de Guadalajara
@julio_rios
Basilio Gutiérrez siempre supo lo que quería ser. Periodista. Desde los siete años de edad ya soñaba en escribir, en hablar al micrófono y relatar sucesos a las personas a través de la pantalla del televisor.
Algunos años más tarde, el mismo niño que anhelaba ser periodista, estaría parado junto a la carretera que va al Río Verde. Mientras los coches recorrían raudos la vía recién pavimentada, él grababa la salida de una nota con el camarógrafo Mario Durán. Y de forma espontánea, al correoso reportero, se le ocurrió golpear el micrófono, al tiempo que decía: «Informó, para Cable Noticias Tepa…Basilio… Gutiérrezzzz». Con una pausa entre el nombre del medio y el suyo. Un sello que llegó para quedarse y que los televidentes recuerdan y hasta imitan con afecto.
Si bien, lo más difícil para un periodista es crear un estilo inconfundible y crear alguna frase que se quede en la memoria del público, esa firma no solo significa un cuño propio, representa también la tenacidad de alguien que persiguió sus sueños y los consiguió. Muy a pesar de las adversidades propias del oficio, las penurias económicas y los malintencionados augurios de quienes hacen de la crítica venenosa su virulenta cotidianeidad.
Hoy, Basilio Gutiérrez, no solo es Licenciado en Periodismo Digital por la Universidad de Guadalajara y director de noticias de Telecable Tepatitlán. Es el reportero del pueblo. El más querido, el que desde hace más de 25 años, entiende mejor que nadie a las personas de los barrios humildes de la ciudad.
Pionero del periodismo ciudadano en Tepa, que describe las problemáticas más cercanas de la gente, Basilio no es de los que escriben desde la comodidad de una cafetería o en la sala de su hogar, sino empolvándose las suelas y quemándose la nuca con los rayos del sol.
Esta, es su historia.
De la calle Álvaro Obregón a los medios de comunicación
Basilio Gutiérrez Ruiz llegó muy pequeño, con su familia, desde Nochistlán, Zacatecas, para instalarse en el Barrio Alto de la ciudad de Tepatitlán, que en ese entonces, era muy diferente al que hoy conocemos.
En el apacible pueblito aún se podía jugar en las calles, no había delincuencia y la gente era muy solidaria. Sobre todo en el Barrio Alto, que siempre ha contado con una dinámica propia, tanto en lo económico como en lo social.
Quien ha vivido en el Barrio Alto, sabe que se cuece aparte. Los hábitos y costumbres siempre han sido diferentes a los del centro de la ciudad. Por ejemplo, el día más bonito del año era el 28 de abril, a diferencia del centro, dónde se esperaban el 27 y el 29 con particular emoción. El Barrio Alto también tenía sus propios personajes. El Señor Cura Manuel Rivera, la catequista Eustolia Gutiérrez, Chabelo, que vendía juguetes en los portales, don Alfredo el de los tacos de pastor o la siempre querida Cuquilla, que encabezaba una pollería o los Gómez, que tenían varios establecimientos en los portales y eran parientes de don Alfonso el de la mueblería Las Colonias.
En ese apacible barrio creció Basilio, quien cursó la primaria y la secundaria en el Colegio Morelos. Al llegar a la mayoría de edad se trasladó a Guadalajara para estudiar la carrera técnica de Electrotecnia. Allá consiguió un empleo como encuestador y comenzó a escribir en pequeños medios comunitarios de barrios y colonias de la capital tapatía. Fue así como se generó su interés por el periodismo ciudadano.
«En ese tiempo no había más que uno o dos periódicos aquí en Tepatitlán, tenías que ir a Guadalajara a aprender. Y para sostenerse hay que tener otro oficio porque el periodismo no te da para todo. Pero algo si te aseguro: siempre quise ser periodista».
Basilio se capacitó en varios cursos que se ofrecían en el Museo del Periodismo, conocido coloquialmente como La Casa de Los Perros, además de algunos otros talleres que se ofrecían en la Coordinación de Comunicación de la Universidad de Guadalajara.
«Luego regresé a Tepatitlán en 1997 y comencé a trabajar gratis, redactando algunos artículos para algunas revistas y boletines de la iniciativa privada. El 13 de abril de 1996 ya se había fundado el noticiero Cable Noticias Tepa y tenía yo el interés de participar. Me entrevisté con el licenciado Chuy Villaseñor, dueño de Telecable Tepa y me pusieron a prueba durante un mes sin salario y finalmente me quedé «, recuerda.
En aquel proyecto televisivo trabajaban periodistas de trayectoria, como Jesús Flores y Alejandro Camacho (decano del periodismo deportivo en Tepa), Ramón Padilla y Horacio Jiménez, originario de Teocaltiche, quién se vino de TV Azteca para coordinar toda la parte técnica del noticiero.
La incursión de Basilio Gutiérrez en el oficio más bello del mundo coincidió con una gran época del periodismo tepatitlense, y se codeó con nombres como Ramón Muñoz de Loza, Víctor Manuel Mendoza «El Tabasco», Álvaro Íñiguez, Alejandro González, y los difuntos Ángel Fuentes Ambriz y Paco Murguía, así como con tres grandes figuras del periodismo deportivo: el ya mencionado Alejandro Camacho, Miguel Ángel López Navarro y posteriormente con Salvador Gutiérrez (mejor conocido como Chava Deportes). Estos tres comunicadores, junto a Mario Muñoz, sentaron las bases del periodismo deportivo en Tepa.
«En esa época los colegas hacían un periodismo aguerrido, pero muy profesional. También existía una sana rivalidad en la que todos buscábamos sacar la mejor información, la mejor nota. Y yo aprendí mucho de todos. Leía siempre El Alteño, El Jueves, el Época de Los Altos y luego el 7 Días. Para aprender, no para copiar. Todos esos grandes medios de Tepa eran memorables y espero que algún día hagan una hemeroteca para que se conozcan. Ahora los jóvenes periodistas desconocen toda esa gran historia del periodismo de Tepa y a veces me da tristeza que muchos ni quieren conocer lo que pasó en esa época de oro. Pero ojalá pudiera preservarse ese legado», explica Basilio en entrevista.
Recuerda que la gente antes tenía que esperar al jueves o sábado para adquirir alguno de los periódicos y de esa manera informarse. Por eso el noticiero de Cable Noticias Tepa aportó una nueva dinámica informativa en la que las audiencias podían estar al tanto de lo que ocurría en la ciudad, de forma más actualizada.
Pionero del periodismo ciudadano
Antes que los teóricos del periodismo acuñaran el término mulltitask, Basilio ya encajaba en esa descripción. Esto quiere decir, que hacía de todo: reporteaba, grababa imágenes, redactaba, grababa la voz y editaba sus propias notas.
«Yo me iba con mi mochila, mi tripié, mi cámara y mi micrófono. A mí únicamente me decía Chuy Flores: Salte y haz lo que tienes que hacer. Tu tráeme tres notas hoy y tres notas mañana. Y esa era la dinámica de trabajo «, relata Basilio.
Recorriendo a pie, buscando las notas, Basilio conoció la ciudad como su palma de la mano y fue el pionero del periodismo ciudadano, también conocido como periodismo de denuncia, un estilo que en la Ciudad de México había popularizado Jorge Garralda y en Guadalajara, Rocío López Ruelas, pero que en Tepa no se hacía hasta que el comenzó a recorrer las calles.
«La gente recuerda que todas mis notas eran sobre los baches. Pero aunque suene a broma, es la realidad. La gente eso denuncia. Pero también se quejaban sobre la ausencia de alumbrado, la contaminación en las calles, la falta de recolección de basura. La gente habla sola, ella se desahoga y tiene su punto de vista. Este trabajo se trata de darles voz al pueblo, porque muchas personas no tienen forma de que su queja llegue a dónde debe. Es muy común que van a alguna dependencia que no corresponde y en muchas ocasiones estas notas periodísticas ayudan a que se solucionen los problemas, porque a través de la televisión, las dependencias que si tienen facultad pueden actuar. En ocasiones la gente se queja de que el gobierno municipal no hace nada, pero también es una realidad que la gente a veces no sabemos a dónde acudir», reflexiona.
Y continúa: «La gente quiere que la escuchen y en ocasiones cuando ven la fanfarria del gobierno que hace sus martes o miércoles ciudadanos se sienten intimidados. Le tienen más confianza al reportero, en lo cortito».
Tanto éxito tuvo su modelo que hasta la fecha la gente lo detiene en la calle. Algunos le externan sus preocupaciones y otros le agradecen porque alguna vez les apoyó en cierta gestión.
«Y lo que más le halaga es que algunos que eran niños en ese tiempo y hoy grandes me recuerdan con cariño», señala Basilio, quien además agradece las muestras de afecto durante una enfermedad que sufrió hace algunos meses y de la cual, afortunadamente ya está recuperado.
La etapa del periódico Conexiones
Basilio Gutiérrez también formó parte de un proyecto de prensa escrita de gratos recuerdos: el periódico Conexiones, que se publicaba de forma semanal, cada miércoles y que hizo competencia a dos gigantes de la época: El Alteño y El Jueves de los Altos.
«En la búsqueda de nuevas opciones de desarrollo, se nos ofreció fundar un periódico bien establecido. Nos fuimos para allá, Jesús Flores, Alejandro Camacho, Ramón Padilla y el profesor Ángel Díaz Chavarría. Roberto Alcalá, (conocido empresario y luego candidato a alcalde), también fue uno de los socios fundadores. Ahí era diferente a la televisora, pues tenías un día de cierre y era otro proceso al que había que adaptarnos. Y las notas debían tener un plus, no quedarse solo en la exposición del hecho».
En las páginas de este rotativo, nuestro variopinto personaje continúo con los reportes ciudadanos y también incursionó en la nota roja, la cual en esas épocas era más inocente y mucho menos riesgosa que en la actualidad. Si acaso se reportan robos de autopartes o los mal llamados «ebrios y escandalosos» en colonias populares.
Y cada miércoles publicaba religiosamente su célebre columna «Patrullando con Basilio Gutiérrez», la cual se caracterizó por combinar la información con su opinión, en un tono relajado y cercano a los lectores.
Conexiones fue muy fuerte sobre todo en el tema de Seguridad Pública y por presentar cada semana una nutrida sección deportiva encabezada por Alejandro Camacho. En cuanto a la política, su línea editorial era crítica pero equilibrada, a diferencia de El Alteño de corte oficialista, o de El Jueves que tenía pleito casado con el gobierno del difunto Rigoberto González Martínez «Chacho» y luego con Ramón González que era el alcalde en esa época.
En el año 2000 la publicidad empezó a declinar y el periódico poco a poco se vio en aprietos económicos. A eso se sumó la invitación que hizo el alcalde electo, Enrique Navarro de la Mora, a Jesús Flores para integrarse como director de Comunicación Social. Chuy se llevó a algunos de los compañeros de Conexiones a trabajar en el gobierno panista.
Cómo los buenos capitanes, Basilio permaneció hasta el final en el barco. Se quedó como director del periódico, solo para cerrar cuentas y saldar deudas, misión nada sencilla, pero que con esfuerzos se logró, tanto con los proveedores como con el fisco. No obstante, el curtido reportero ciudadano se quedó otra vez sin empleo.
-¿Y a ti alguna vez te han invitado a sumarte al gobierno? – se le pregunta en entrevista
“A mí sí me han invitado al gobierno. Soy respetuoso y cada quien decide y no juzgo a los demás, pero yo, Basilio, siempre quise ser periodista. Y creo que si me iba al gobierno iba a perder mi visión de servir a la gente y no iba a poder tener congruencia para señalar algo. Mejor sigo dónde estoy. Con altibajos sí, pero yo quiero servir a la gente. Por eso no acepté ninguna invitación y tampoco busqué”.
Basilio es de los pocos reporteros que ha logrado vivir únicamente del periodismo, pues la mayoría de las figuras de los medios de comunicación en Tepa combinan su participación en prensa con otro empleo principal, ya sea como profesores, vendedores inmobiliarios, community managers en empresas privadas o algunos ya son pensionados. Otros han durado poco y se han ido al gobierno o a la iniciativa privada abandonando el oficio.
Una oferta nutrida en la televisión hecha en Tepa
Luego de su paso por el periódico Conexiones, como el hijo pródigo, Basilio Gutiérrez regresó en 2001 a la empresa Telecable Tepa, para ya no dejarla hasta la fecha. En esta segunda etapa, Basilio por su experiencia fue creciendo hasta llegar a encabezar el área editorial del otrora Canal 7. Desde hace seis años se desempeña como Director de Noticias y desde hace una década es el conductor del espacio informativo estelar.
«Me ha ido bien. Aquí hay un consejo directivo dónde también participa nuestro director Chuy Villaseñor y Alfonso Plascencia, en el que discutimos los temas y se gestiona para hacer un periodismo diferente y al mismo tiempo competir en la inmediatez con redes sociales, pero con calidad. Buscamos además dar un extra en la televisión, dónde hemos tratado de ampliar la información y explicar las consecuencias de los hechos que reseñamos», comenta Basilio.
La oferta informativa de la televisión de los alteños se ha ido diversificando en los últimos años, tanto en su parrilla de programación, como en su presencia en Facebook y Youtube, dónde publican sus contenidos. Además recientemente abrieron un canal de Spotify donde se puede escuchar el podcast de Basilio Gutiérrez.
Entre los programas que se transmiten en Televisión Alteña, están el noticiero CNT, Visión Deportiva, CNT Análisis, El Tema Hoy, Visión Católica, Senda de Paz, En Voga y gracias a un convenio con el CUAltos han transmitido en algunas etapas programas universitarios.
Otro de los sellos de este canal son las transmisiones de la Feria Tepabril, las cuales comenzaron 1997 para llevar a los hogares las presentaciones del Teatro del Pueblo y posteriormente, de la Feria Gastronómica y la Expo ganadera, así como la procesión del Señor de la Misericordia y las misas, como un servicio a los enfermos y a los nostálgicos migrantes.
Otro producto exitoso durante dos décadas fue el Telemaratón del Juguete, que se transmitía en las fechas navideñas desde el centro de la ciudad, con variedad artística y comentarios de los conductores, principalmente del elocuente Emilio Gallegos, con el objeto de atraer a la gente, reunir obsequios para los chiquitines y luego ir a distribuirlos a las colonias.
«Todo lo hemos logrado con el compromiso y la entrega de quienes trabajamos en esta empresa bajo el inspirador liderazgo de Chuy Villaseñor», explica Basilio.
Actualmente encabeza el equipo de noticias de CNT, en el que participan figuras como Ángel Pérez, Salvador Gutiérrez, Thania Durán, Cynthia Jiménez de León y los experimentados camarógrafos Juan García y Marín Gómez, entre otros, con cobertura en diversos municipios de la región.
Entrevistador de presidentes, senadores y diputados
Desde su trinchera en Telecable, a Basilio le ha tocado entrevistar a una pléyade de personajes. Incluyendo artistas, académicos, deportistas y por supuesto, políticos. Entre ellos a expresidentes de la República.
«Me ha tocado entrevistar a candidatos a la Presidencia de la República, como Felipe Calderón quien visitó las instalaciones del canal, cuando apenas estaba empezando su travesía e iba muy abajo en las encuestas. Nadie daba un peso por él en ese tiempo. Recuerdo que al preguntarle por sus posibilidades de vencer a Santiago Creel y luego a sus rivales del PRI y del PRD, me vio directo a los ojos, y sin titubeos me dijo: voy a ser Presidente de la República. Algo que en ese tiempo sonaba difícil pero lo logró. No me quiero meter en controversias de cómo, pero lo hizo», dice Gutiérrez Ruiz con una sonrisa pícara.
Otros personajes que pudo entrevistar fueron los ex gobernadores Emilio González Márquez y Aristóteles Sandoval Díaz, así como diversos candidatos a senadores, diputados federales y por supuesto, presidentes municipales de Tepatitlán, desde Chacho en su segundo periodo, hasta llegar al actual, Miguel Ángel Esquivias.
«Los he criticado a todos y también algo aprendí de ellos. Al final terminan su período de gobierno y ellos entienden que es parte de la política recibir críticas, y donde nos encontramos, lo hacemos con gusto, porque es lo bueno de Tepa, aquí todos somos amigos».
Un aprendizaje constante
Basilio Gutiérrez siempre tiene como misión, seguir preparándose. Por ello, en 2014 decidió inscribirse a la Licenciatura en Periodismo Digital, en el Sistema de Universidad Virtual de la Universidad de Guadalajara.
«Vi que venía toda la tendencia digital y por eso decidí inscribirme a la licenciatura en Periodismo Digital. Ese modelo de educación a distancia me ayudó mucho porque podía seguir trabajando y aprendí muchísimo de lo que hoy se realiza en los nuevos ecosistemas informativos. Me gradúe en 2018 y desde entonces no he dejado de prepararme y ya estoy viendo una maestría u otra licenciatura, para prepararme en las nuevas herramientas, la inteligencia artificial y las apps. Porque si no inviertes en ti, te acabas», complementa.
Basilio Gutiérrez pondera que además del renglón académico, también ha aprendido de los grandes comunicadores de Tepatitlán, que es una ciudad de gran tradición en el periodismo.
«De Jesús Flores aprendí la redacción y lo minucioso que es para sacar todos los datos de una entrevista o una cobertura. Era un observador de detalles que a muchos se nos pasaban. De Alejandro Camacho aprendí a valorar lo que venía a futuro. Desde que fui su camarógrafo platicábamos mucho y el solía anticipaba lo que iba a suceder en su fuente y siempre se cumplía. De Ramón Padilla admiraba su agilidad mental y su astucia. Y del profesor Ángel Díaz Chavarría su redacción impecable, tenía la virtud de señalar lo bueno y lo malo, pero sin ser mala leche», comenta sobre sus compañeros de la primera etapa en Telecable.
Basilio Gutiérrez, como muchos que vivieron ese lapso, recuerda el periodo entre 1995 y 2005 como una época dorada del periodismo tepatitlense, pues llegó a haber cinco periódicos circulando al mismo tiempo, así como varias revistas y por supuesto los noticiarios de televisión y radio. Y de quienes trabajaban en otros medios, también dice que ha aprendido al ser su lector o radioescucha.
«Del Tabasco aprendí mucho la forma en que se relacionaba con las fuentes, y su estilo ameno sobre todo en lo social. Con González Godina, también me tocó coincidir y redactar muy bien. De Rocío Carranza su seriedad y profesionalismo, de Mary Franco reconozco su carisma y frescura. De Alejandro González admiro su profundidad en el análisis político y su maravillosa oratoria. De hecho Alejandro comenzó con el programa El Tema Hoy , del que me tocó tomar la estafeta hasta la fecha. Y ahorita aprendo de Lalo Castellanos, de Kiosco Informativo, como escribe sus narraciones, lo cual logra porque es un muchacho deportista, muy culto, un devorador de libros y por eso tiene mucha cultura».
En este punto de la entrevista, Basilio aprovecha para ponderar el hábito de la lectura, que tristemente se ha perdido en las nuevas generaciones: «Actualmente estoy leyendo a Isaac Asimov, un libro desde los años 50 en el que ya se auguraban lo que iba a pasar ahora con la Inteligencia Artificial. Por eso es la importancia de leer»
Y externa su deseo de que ojalá esos grandes periodistas pudieran ser reconocidos por viejas y nuevas generaciones.
«Uno aprecia el trabajo de esos grandes periodistas de Tepa y lo disfruta, porque uno lo vivió. Yo creo que hace falta un Museo del Periodismo donde se exponga la obra de los grandes periodistas de Tepa. Todos muy buenos, algunos que escribieron en medios estatales como El Informador y El Occidental, y hay que reconocer que El Alteño fue importante, con sus ideas, pero muchos grandes reporteros también salieron de ahí y continúan hasta la fecha. Creo que se debe de recordar a los grandes periodistas olvidados de Tepa, a los periódicos y a sus revistas», sostiene, con cierto aire de nostalgia.
Basilio se da tiempo para reflexionar que hay una gran diferencia entre los Influencers y los periodistas, porque si bien los primeros son divertidos y amenos, no siempre tienen el mismo rigor que los segundos. Sin embargo, no está peleado con las nuevas plataformas y le gusta estar al día en lo que está pasando, monitoreando diversos medios, consultando fuentes oficiales, e instalando en sus dispositivos las alertas de redes sociales. Para él, todo construye un bagaje informativo.
La calle con su nombre y el apostolado del periodismo
Un misterio sale a colación al final de la charla con Basilio Gutiérrez y tiene que ver con la calle que lleva su nombre y ubicada en la Colonia San Miguel.
«No es en mi honor. Nada de eso. Le pusieron así por un sacerdote muy querido en Tepa, que desempeñó su apostolado a inicios del siglo pasado», aclara.
Resulta, a pesar de todo, una inquietante coincidencia que este personaje sea homónimo de un tenaz reportero que vive el periodismo con la intensidad de un apostolado. Y no puede ser de otra forma para quien siempre se aferró a su sueño, contra todas las adversidades.
“Para mí es muy bonito que la gente me identifique y a estas alturas cuando muchos han tirado la toalla siga vigente y a veces digo: no lo merezco porque no he hecho nada extraordinario. Quizá me recuerden porque salgo en televisión, aunque estar en la pantalla tampoco es garantía de que te recuerden. Lo que vale es que la gente aprecie lo que hagas. Pero es un gran compromiso, porque un periodista debe tener un comportamiento intachable, porque la gente te ubica y debes ser congruente con lo que dices. Uno como periodista no puede pasarse un alto o manejar borracho. Debes tener un compromiso personal o social. No se trata de ser perfecto, sino ser congruente con lo que eres. Y eso la gente lo percibe», indica.
Más que su firma golpeando el micrófono y mencionando de forma pausada su nombre, el verdadero sello de nuestro personaje es la humildad. Basilio, día a día honra la máxima de Rysard Kapuściński. «Para ser buen periodista, hay que ser buena persona”
«Yo me puse desde el inicio un objetivo: servir a la gente. Esa es mi vida, servirle a los demás a través del periodismo. Esa es mi misión», son las palabras, que algo entrecortadas, alcanzan a salir a través de un nudo en la garganta de este infatigable comunicador al concluir la conversación.
Esa mística de servicio, don de gentes y sensibilidad social, es la que le reconoce su leal audiencia. Y es por eso, que Basilio Gutiérrez permanece.
No solo vigente, sino ampliamente conocido.
Quizá criticado.
Pero jamás odiado.