Amelia R. C. | 15 de diciembre de 2023
Tepatitlán de Morelos.- Esta es la historia de cómo un chico quedó atrapado en el gusto por los libros. Esta nueva afición llegó a su vida sin quererlo ni planearlo. Adquirió el gusto por la lectura guiado en un primer momento por la sed de entendimiento. Tiempo después esa condición de nuevo lector se convirtió en su motor interno para lanzarlo en la búsqueda de aquello que lo hiciera entender, ¿qué era lo que le estaba pasando?
El ego que nació de la satisfacción de ir construyendo una diminuta biblioteca lo llenó de complacencia. Hasta el momento en que escribo su historia, este chico del que ahora les hablo, ha leído todos los libros de su pequeña colección. Este mismo ego, es el que lo impulsa a comprar libros impresos, aunque odie el espacio que ocupen y el polvo que acumulan. He de confesar que además es alérgico al polvo. Aunado a ello existe la agravante de que es un chico que viaja constantemente, por lo que tener ejemplares impresos se vuelve muy incómodo para él. Hasta antes de adquirir este gusto él solía ser una persona muy práctica. El sobrepeso que debe pagar siempre que viaja es el precio por una vida de nómada y de amante de los libros. Con tantos inconvenientes hay quienes le han sugerido cambiar su colección de libros impresos por audiolibros, a lo que siempre responde: “Nadie jamás verá mi colección en audiolibros”.
De lo que está plenamente seguro, es de que su pequeño espacio literario constituye su mayor y más sincero orgullo. Tal vez muchos entendidos de la literatura puedan decir que algunos de los títulos y autores de su colección no son precisamente alta literatura, sin embargo, a todos ellos les diré que sus críticas no demeritan el enorme valor que esas historias tienen para él. A pesar de las opiniones negativas que pueda escuchar en redes sociales acerca de algunos de los autores de sus libros favoritos, él ha confesado que son precisamente esos títulos los que le han ayudado a crecer y quienes han logrado que hoy sea un ávido lector.
Los libros físicos tienen un valor enorme para este chico. Consiente estoy de que tal vez tanto él como quien escribe seamos incapaces de expresar en palabras el sentimiento que lo une a ellos. El chico de esta historia ha confesado sentirse súper importante cuando la gente lo ve sacar un libro enorme y pesado para leer en las terminales de los aeropuertos, en la playa, en el parque o en una cafetería. En ese momento él se transforma en un ser divino, inalcanzable, casi perfecto. Ahora ya no le importa que las personas a su alrededor vean los títulos que está leyendo y digan para sí mismos “eso solo lo puede leer gente loca”. Las críticas de este tipo en algún momento le hicieron bajar a la tierra con el ego golpeado,tirado sobre el suelo y queriendo esconder un poco su libro tapando la portada con la pierna y pensando para sí mismo: “tranquila señora, no me mire así, solo estoy medio loco, jajajaja”.
Irónicamente nuestro chico proviene de una familia que tuvo por más de cuarenta años una librería. Su familia desarrolló esta actividad comercial en varias ciudades del estado de Chihuahua. La ironía viene del hecho de que a él la literatura aparentemente jamás le podría interesar. Durante la mayor parte de su juventud nadie lo obligó a leer libros, y tampoco logró terminar sus estudios. Puedo decir que siendo joven lo que más le llamaba la atención era practicar deportes y viajar. Entre sus mayores logros de juventud se encuentra el hecho de haber vivido solo en los Estados Unidos con apenas quince años. Sin embargo, en su lejana juventud tuvo muchos desaciertos, entre ellos el hecho de haber perdido algunas oportunidades de crecimiento académico que dejópasar sin pensarlo pues en ese momento su interés lo centraba en deportes y viajes como ya se dijo antes.
Hace tres años que vive solo tras su divorcio. La soledad que ha venido con esta condición lo ha llevado a replantearse muchas situaciones en su vida. Este chico siempre ha sido de la idea de que, si quieres obtener resultados diferentes, es necesario cambiar el modo de hacer las cosas. Se ha hecho consciente de que buscar el origen de los problemas muchas veces no lo ha llevado a solucionarlos. Hace tiempo se encontró con algunas personas con las que se siente a gusto al hablar de los problemas de la vida, esto aunado a que fue educado en la convicción de que siempre debe hacer las cosas por sí mismo. A raíz de hacer algunos cambios significativos ha encontrado balance en su vida.
La época de su juventud estuvo llena de fiestas y excesos, por lo que ahora que es adulto, ha madurado un poco. Decidió tomar acciones y trabajar desde su recién adquirido conocimiento.
Y es aquí donde empieza la historia con su apego a los libros, un tema lo llevó a otro y a otro y así hasta ver como esos libros iban formando su pequeña biblioteca. Al principio tardaba media eternidad en terminar una historia, aun cuando cuenta que empezó leyendo textos cortos. Simplemente se sentía forzado con aquello de sentarse a leer. Pero al poco tiempo se fue dando cuenta de que aquella sensación iba cambiando, ahora se sentía envuelto en una dinámica extraña, inesperada y altamente gratificante. De alguna manera la lectura lo había atrapado y poco a poco las ideas fueron tomando forma en su cabeza. Sus sentimientos antes confusos y torturantes se fueron tornando apacibles. Con ello vino el entendimiento de creencias y patrones de comportamiento que antes le hicieron sentir asfixiado y en conflicto con todo cuanto lo rodeaba, incluidas familia, amigos y relaciones amorosas. En medio de esta situación interna sobrevino una oportunidad de trabajo por la que se tuvo que mudar a Tulum. Los meses fueron pasando y mientras vivía en este lugar experimentó momentos de auténtica revelación por lo que encontrarse consigo mismo lo hizo renovar fuerzas. Por ello Tulum siempre será su lugar seguro.
Durante su travesía por Tulum llevó consigo siete libros (aquí es donde el peso de los libros impresos sí importa). Los leyó en tres meses. Comenzó a hacer ejercicio nuevamente, mejoró muchos hábitos personales como el hecho de dejar de fumar y de tomar (dos actividades que lo habían acompañado durante una buena parte de su vida). Hoy se le puede ver como una persona nueva, un chico que se siente seguro en su propia piel. Por primera vez en la vida está experimentado sentimientos como la plenitud, la conciencia, y la felicidad. Ha conocido la sensación de estar completo, centrado, consiente de su cuerpo y de su lugar en este universo. Todo eso es un reflejo de su paz interior. “Eso es lo que le gusta pensar”.
Aún, se siente con mil dudas y sigue tratando de descifrar el camino que debe seguir en la vida, pero avanza motivado con la certeza de ir creciendo. Esto le ha traído la dicha de ver concretarse muchos de sus sueños.
Así es que el simple hecho de estar hoy escribiendo su historia, de estar concentrada en la redacción de este texto y de los errores ortográficos en que pueda caer me hace sentir que este chico seguirá avanzando. Estoy agradecida con los escritores y con sus historias. Gracias a ellos y a su nuevo gusto por la lectura este chico siente que su condición le lector le ha cambiado para siempre.
Hace poco tiempo terminó de leer el libro: “Encuentra tu persona vitamina” de Marian Rojas. Y su sentir es el de estar listo para emprender una nueva aventura literaria. Algunas veces se detiene a pensar en lo mucho que necesita tener una dosis diaria de lectura. Al respecto dice que: “Experimentauna especie de vacío, es un tiempo, o unas horas o minutoscada día que reclaman ese espacio para lectura”.
Por el momento les comparto su conclusión provisional: “Soy team digital con apego temporal a los libros impresos, casi listo para brincar a temas más literarios.”
*Me gusta contar historias de lectores, de cómo los libros liberan su magia cuando encuentran al chico indicado, y de cómo la literatura encuentra la forma de enamorarnos. Cuéntanos si estás en una relación de amor con los libros.