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Foto: Edgar Muñoz | Eduardo Castellanos
Foto: Edgar Muñoz | Eduardo Castellanos

El alteño con tres Emmys que lloró al recibir la presea del Hijo Ausente

Eduardo Castellanos | @KioscoInfo | 5 de mayo del 2017

A Edgar Muñoz Serrano se le quiebra la voz al decir que el mejor reconocimiento son los que le brindan los suyos. Su familia. La gente alrededor de él también se doblega ante la emoción.

Edgar saluda a todos sus familiares y amigos. Saluda a conocidos y desconocidos que quizá sólo pueden verlo a través de un monitor o un teléfono móvil. Algunos quieren abrazarlo, tomarse una foto, felicitarlo y decirle lo orgullosos que se sienten de él. Es la comida del hijo ausente en Tepa. Esa tarde lo acompañan sus padres Victoria y Antonio, también Nora, Joel, Héctor, Toño, la otra Victoria, todos ellos sus hermanos. Complementan el acompañamiento sus hijos Edgar y Clarita.

Radicado en los Estados Unidos de Norteamérica, Edgar ha dedicado más de 20 años de su vida a la comunicación, a los micrófonos, a las noticias. Habiéndose preparado en una universidad privada de Guadalajara, ahora trabaja para una de las cadenas de televisión más importantes de habla hispana en el vecino país del norte: Telemundo. Pero antes, tuvo su paso en radiodifusoras como Grupo Radiocentro, la DK y Radio red. También participó en las televisoras TV Azteca, Univisión y Azteca América.

Además de ser destacado en el ámbito laboral, el tepatitlense también ha sido laureado con tres Premios Emmy (la máxima distinción que se recibe en la televisión norteamericana), un Premio Nacional de Periodismo y un Golden Mike de la radio.

Este domingo recibió otro reconocimiento. Ahora en su natal Tepatitlán. Uno más cálido, más personal: una presea, que se entrega en el marco de la comida del Hijo Ausente.

Profeta en su tierra

Las mesas en el recinto tienen manteles blancos largos y algunas flores. Es la tarde de los que llegan cada año a “las fiestas de Tepa”; de los que por distintos motivos han tenido que migrar a otras latitudes.

El cuerpo edilicio está casi completo. Edgar platica con algunos regidores, con una diputada y cruza algunas palabras con la Rectora del Centro Universitario de los Altos (CUAltos), Mara Robles.

Inicia el homenaje: la entrega del reconocimiento al hijo ausente destacado, es esta vez para Blas Edgar Muñoz Serrano, quien desde un día antes presumía su estancia en Tepa con mucho entusiasmo. Así lo mostraba en sus redes sociales: Una foto en la Plaza de Armas junto a un letrero recién estrenado, otra en el Palacio Municipal y sus portales, una más de los regidores locales.

El 29 de abril el comunicador transmitió la procesión del Señor de la Misericordia a través de su cuenta en Facebook, quizá como un regalo a sus paisanos que estarían pendientes de los detalles y pormenores que el reportero de Telemundo les compartiría. Durante su transmisión contó detalles de la historia y la imagen del Señor de la Misericordia; recordó también sus dos participaciones en la procesión hace algunos años: una con la banda de guerra del Colegio Niños Héroes y otra representando a San José en uno de los carros alegóricos.

Orgulloso alteño

Como la mayoría de los alteños, Muñoz Serrano no puede ocultar el orgullo que le da ser de los Altos de Jalisco, de ser tepatitlense, de sus raíces y su origen, de haber crecido entre el olor a azufre y palma de sombrero. El periodista se auto presenta por medio de un video.

“Me siento muy orgulloso de mi origen, de los charros de Tepa, de lo que somos. Es la zona donde más se exportan huevos a nivel nacional. Me siento muy orgulloso de donde soy, de mis compañeros que me encanta verlos triunfar. Yo  creo que soy lo que soy por ser de ahí (de Tepatitlán)”.

“El hecho de que yo tenga la oportunidad de usar un micrófono como muchos otros que he usado es una plataforma para expresar y dar a conocer lo que somos en esa región de los Altos. Me siento muy orgulloso de mis padres que aún viven”.

“Este reconocimiento es el reflejo de todos los que vivimos acá y siempre añorando con el corazón, algún día regresar”.

Clap, clap, clap, los aplausos para el invitado de honor, que se acerca al estrado para recibir del Ayuntamiento de Tepa el reconocimiento al hijo ausente. Unas palabras del alcalde Hugo Bravo, luego unas suyas, las propias, las de comunicador experimentado, agradecido, nervioso y feliz de volver a las raíces por lo menos un instante. Quiere asegurarse de que en su terruño, en el día de su reconocimiento no está solo. Porta un sombrero ancho, de charro, de esos que vende su padre.

“Quisiera que levantaran la mano los que son como yo: hijos ausentes que viven en Estados Unidos, de Illinois, de Chicago, ¿de dónde más? de Los Ángeles, de San Francisco. Levanten la mano los que fueron compañeros míos  en grupos apostólicos, en la universidad, en la prepa. Checo, Luis, Toño. Levanten la mano mis familiares, los que llevan el apellido Muñoz Serrano. Son muchos los paleros (bromea). Ahora levanten la mano mis amigos” (La mayoría de los asistentes la levantan) ¡Gracias! ¡Gracias! ¡Gracias!” repite el homenajeado.

 

El famoso hijo de un sombrerero alteño y los migrantes

“Yo soy un hijo ausente, de experiencias tengo muchas, entrevistas también he tenido muchas, he entrevistado a Fidel Castro a Enrique Peña Nieto, a muchas personalidades y he estado en muchos lugares, cubriendo muchas tragedias, en muchos eventos, pero hoy yo le decía al alcalde; tengo dos cosas de las cuales estoy orgulloso: de ser tepatilense de haber nacido en esta tierra y la otra de ser hijo de un sombrerero”.

Edgar hace énfasis en la perseverancia y terquedad del tepatitlense, reconoce que es difícil quitarse esa característica, manifiesta que los que nacen en la tierra roja de Tepa son guerreros y conquistadores.

“No le puedes decir a un tepatitlense que no puede llagar a la otra esquina, porque ya está allá”.

El comunicador sabe que en Tepa existe una escuela que imparte ciencias de la comunicación. Le preocupa la situación que viven algunos sectores de la sociedad, que los que más tienen no sepan compartirlo con los más necesitados. En un par de meses publicará un libro que habla sobre problemáticas sociales de los latinoamericanos: “Los nadien”,  tendrá por título.

Como comunicador, a Muñoz Serrano le preocupa todo lo que tenga que ver con migrantes que, como él, viajaron a EUA en busca de oportunidades. Es sensible ante la situación que viven actualmente los paisanos en Estados Unidos. Sabe que es parte de ese sector poblacional y de “su tragedia”. Reconoce que vivir del otro de la frontera ya no es como antes, que ya hay un muro mucho más complejo que el prometido por el mandatario estadounidense.

“En este momento los paisanos vivimos una situación muy complicada en Estados Unidos. Yo lo vivo a diario. Lo siento en la piel con mis compañeros paisanos con el actual gobierno de Donald Trump, porque hay una persecución, sí bien el Donald Trump no ha construido todavía el muro físico, ya creo el muro que se llama el miedo”, dice.

Y agrega: “Yo conozco muchos paisanos que no hacen lo que antes hacían. ¿Dónde están las camionetas que antes llegaban a Tepa con sus rines bien cromados? ¿Dónde están esos paisanos que venían cada año? Quizás vengan algunos, pero no como se daba anteriormente. Ahora hay miedo y ser migrante por el solo hecho de cruzar la frontera se criminaliza”.

Muñoz Serrano sabe solidarizarse, conoce de cerca lo que viven día a día los paisanos más allá del Río Bravo. Invita a los asistentes al homenaje a no dejar solos a los migrantes.

“¡Adopten a un migrante! Nosotros en Estados Unidos estamos necesitados de cariño, del amor de los que viven aquí en Tepa. El migrante se siente solo porque está siendo perseguido, ya sea con papeles o sin ellos, se siente fuera del entorno. Entonces ahora le toca a Tepa hacer la labor, porque antes recibía remesas, ahora le toca a Tepa devolverle”.

“Muchos tíos míos murieron allá, queriendo regresar a su tierra. Ahora ésta tierra tiene muchas oportunidades que darle a esa gente que está allá sola. Yo no descartó que en un futuro muchos paisanos empiecen a regresarse a esta tierra, eso sería maravilloso. Todos en algún momento pensamos y lo traemos dentro del corazón regresar a esta tierra”.

El reconocimiento del “hijo ausente” lo dedica a sus padres a quienes extraña, de quienes teme algún día recibir una mala noticia. Vive esa angustia igual que todos los que dejaron atrás a un ser querido. Invita a su familia a ponerse de pie.

“Quiero agradecer y voy a decir su nombre porque son parte de mi vida, son mi familia: Nora Muñoz, Joel, Héctor, Toño, Victoria, Edgar, Clarita, por supuesto a mis papás: Victoria Serrano Pérez y mi Papá, Antonio Muñoz. ¡Gracias por estar aquí!. Podríamos tener EMMYS, GRAMMYS, lo que sea, pero esto es lo más importante, la familia. ¡Que viva Tepa!”.

Se le quiebra la voz al decir que el mejor reconocimiento son los suyos, su familia.

Los invitados, algunos, lloran con él.

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