Por Julio Ríos | @julio_rios | 14 de mayo de 2018
Buen ejercicio el Primer Debate entre Candidatos al Gobierno de Jalisco, en el cual, Enrique Alfaro Ramírez, salió como ganador, si no indiscutible, al menos si triunfó, en términos de que no le pudieron hacer ni cosquillas.
Difícilmente un debate mueve preferencias. Pero si fuera factor, a Alfaro no le afectó en lo más mínimo.
Si bien, el formato no agradó a las nuevas generaciones, créanme que antes, era peor. Antes era cuadrado y acartonado. Hoy por lo menos hubo forma de pelotear entre los aspirantes, quienes pudieron darse sus raspones.
A continuación mi Síntesis del #DebateJalisco2018, producido por el Canal 44 de la UdeG, el cual fue el primer espacio en el que coincidieron los siete aspirantes.
- Enrique Alfaro Ramírez, de Movimiento Ciudadano, fue el ganador. Se mostró fuerte. Contundente. Ni una pluma le quitaron al gallo. Y se mostró además un paso adelante, al empezar ya a poner la mesa puntos de lo que será el gobierno que encabezará.
- Carlos Lomelí Bolaños, candidato de Morena, fue el más golpeado. Quizá en número de ataques no, pero si en el peso de cada ataque. Eso, es algo atípico. En los debates, es el puntero el que suele ser el más atacado. Pero en este caso, todos se fueron contra el que va en segundo lugar.
¿Por qué ocurrió? Sencillo: Morena al ser fuerza emergente podría minar una posible mayoría legislativa de Movimiento Ciudadano, o reducir aún más la los grupos parlamentarios de los partidos que en las encuestas van debajo del lopezobradorismo jalisciense. Además de que si Alfaro quiere contribuir a la causa de Ricardo Anaya, lo lógico es que le pegue al representante directo de López Obrador, al que no han podido bajar a nivel nacional de ninguna forma.
Lo cierto es que todos nos quedamos con la expectativa de saber qué era lo que tenía la USB roja que Alfaro mostró entre sus dedos y en la que anticipó que tiene información sobre supuestos contratos otorgados a Lomelí por el Instituto de Pensiones de Jalisco. Además creo que en su afán de no engancharse, el morenista desaprovechó la oportunidad de aclarar las acusaciones en su contra.
- La abanderada de Nueva Alianza, Martha Rosa Araiza Soltero fue la revelación. Aunque sin articulación pero con mucha enjundia. Le puso sabor al debate- Al estilo de El Bronco, entró a reventar. Su frase: “Miguel Castro puedes votar por mi no seas machista”, queda para el recuerdo.
- El priista Miguel Castro Reynoso quiso pero no pudo. Es interesante su propuesta de antidoping, polígrafo y exámenes mentales para candidatos. Lástima que al estar ya desfondado, como José Antonio Meade, no tendrá eco su propuesta. Aunque retó a los demás candidatos a acudir el 21 de mayo a la Plaza Fundadores, nadie acudirá. Bueno, quizá Martha Rosa Araiza si vaya.
- Al panista Miguel Ángel Martínez Espinoza nadie lo tocó. Se fue ileso. Por dos sencillas razones: porque no representa una amenaza real para nadie y porque no hay trapitos que puedan sacarle. Se mostró lento, pero al público conservador al que va dirigido, quizá le debió gustar.
- El perredista Carlos Orozco Santillán, una vez más, mostró ser un orador apasionado. Su rol consistió pegarle a Morena y en ese papel se desempeñó a pie juntillas. Protagonizó los momentos más calientitos del debate, con un intercambio de fichas policiales con Lomelí.
- Salvador Cosío Gaona, del Partido Verde, se desempeñó con oficio político, bueno en el diagnóstico, pero sin detallar los cómos. Ha cumplido su sueño de ser candidato a gobernador, y se ha mostrado cómodo. Su minuto de silencio a las víctimas de inseguridad, lo más recordable.
Las propuestas brillaron por su ausencia. Aunque los temas eran movilidad, medio ambiente y desarrollo económico, prácticamente, no hubo planteamientos en este sentido. Todos los candidatos, o casi todos, dijeron las mismas: Línea 4 del Tren Ligero, reordenar el transporte público, resolver el desabasto de agua en Jalisco. Lo mismo que hemos escuchado durante años. Y sin decir cómo.
Y curiosamente, en lo que si hubo diferencias y contrastes, fue en temas que nada tenían que ver con los agendados para el debate: los exámenes antidoping y de polígrafo para candidatos; la segunda universidad pública, los brazaletes GPS para evitar feminicidios, la firma de la renuncia anticipada ante notario público, el salario mínimo para gobernador con aumento gradual según resultados.
Puras ocurrencias.
Y también hay que decir que las preguntas que se hicieron entre candidatos, no llegaron ni a jericallas. Sencillitas de masticar, y por lo tanto de responder.
Pero en general, considero que fue un buen ejercicio. Un formato mucho mejor que el de hace seis años. Y hay que aclarar, los partidos políticos son los que lo aprobaron así. Por eso, nos seguimos quedando con las ganas de que se de un debate con ciudadanos presentes, en los que se pregunte sin pelos en la lengua y los candidatos, obligados desde ahora a rendir cuentas, respondan sin filtros y sin cortapisas.
REVIVE LA MESA DE ANÁLISIS DEL DEBATE DE CANDIDATOS A LA GUBERNATURA DE JALISCO
Este texto es tomado con plena autorización de su autor y reproducido en este medio a partir de que originalmente fue publicado en Alfaro ganó el debate; Lomelí el más atacado, Miguel Castro quiso pero no pudo.