Eduardo Castellanos | @KioscoInfo | 11 de septiembre del 2017
El pasado fin se semana fue inaugurada la exposición “El divino rostro” en el Museo Municipal de Tepatitlán. El montaje está compuesto por 78 esculturas de cristos en madera del artista José de Jesús Hernández Muñoz.
Los rostros que conforman la exhibición, tienen la peculiaridad de ser distintos entre sí. Formas y tamaños diversos, forman la colección de piezas labradas por el escultor que inició dando vida a un trozo de madera hace más de cincuenta años.
Entrevistado por Kiosco Informativo, Hernández Muñoz, indicó que el gusto por la escultura lo trae de nacimiento y que la práctica constante lo llevoó realizar una incalculable cantidad de piezas.
“Empecé en 1963, yo creo que se nace con el gusto, algo se trae por naturaleza, poco a poco se va adquiriendo la habilidad. Fui mejorando poquito como lírico”, expuso el autor.
Aunque hay quienes aseguran que los rostros tallados por Hernández, reflejan algo de su personalidad, el escultor dice no pensar lo mismo, y que sus creaciones pueden ser lo que el espectador quiera, incluso cristos que él desconoce.
“Todo mundo me decía que mis cristos estaban reflejando lo mío, así eres tú, me decían. Algo transmiten, tú forma de ser, tu cara y yo les sigo diciendo: nada tienen que ver con mi cara. Yo no les veo nada mío”.
“Yo me ponía a hacer algún rostro y me decían: mira ese rostro se parece mucho al de mi pueblo, yo les decía, ¡es igualito al de su pueblo! Yo no conocía ni su pueblo, ni su cristo, pero si a esa persona se le figuraba, muy respetado, porque cada quien ve lo que le llega al corazón. No importa que no tenga las proporciones, si el mensaje está dado es más que suficiente”, explicó el escultor.
El artista siempre buscó que sus esculturas dejaran algún mensaje. Hace tiempo dejó de hacer cristos dolientes, aseguró que esos rostros no eran del agrado de la gente, decidió darles paz para que los devotos también la tuvieran.
“No paraba de hacer un cristo hasta que no dejaba un mensaje, ni tan agresivo porque empecé a hacer cristos doloridos y una vez una mujer me dijo: voltéelo, voltéelo, ni me gusta, ni quiero. Yo no quiero ver a un cristo dolorido, entonces todos mis rostros son apacibles, por ahí en la exposición encontramos uno o dos doloridos, ya todos los demás transmiten paz”.
Hernández Muñoz realizaba otras figuras en madera, pero fueron los cristos los que le dieron fama. El escultor indicó que el 95 por ciento de las personas que veían sus cristos se persignaban ante las esculturas.
“En vez de ver lo artístico de lo religioso, pero yo hacia artesanía, no milagros. Ya la gente le da el valor, esa es la idea y que cada quien saque partido de lo que vea”, reconoció.
«La gente me reconocía como el señor de los cristos, pero la gente me reconoció más por lo religioso que por lo artístico, entonces yo nunca me la acabe con eso. Ahora toda mucha gente me pide cristos y yo ya no puedo”, expresó con un semblante triste y melancólico.
Hace un año dejó de esculpir. Dolores intensos en las manos ya no le permitieron seguir con lo que más le gustaba: hacer rostros de cristo en madera. Tampoco pudo seguir trabajando como chófer de taxi, actividad que llevaba desempeñando desde hace más de treinta años.
“Se me cortaron las alas, dejé de trabajar en el sitio y deje de hacer cristos. Yo creo que voy a empezar a trabajar con acuarela, voy a ver si algunos maestros de acuarela me dan una ayudadita. La acuarela es liviana, a ver si empiezo a hacer algo”.
“La artritis es algo muy doloroso, hago presión y me duele mucho la mano, prefiero ver los cristos que estarme quejando, ver mis obras. No vale la pena estarse quejando”, expresó.
La obra de Hernández Muñoz permanecerá en el inmueble de la Calle Hidalgo hasta el 30 de septiembre. La exposición forma parte de los festejos patrios y el aniversario de la Ciudad de Tepatitlán.