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Víctor Rivera | @Victor_Rivera_S | 12 de marzo de 2017
Aunque se podría decir que los actores de cine se rigen por la psicología, para interpretar un papel, Willem Dafoe tiene en su experiencia un peldaño más, se podría decir que es kinestésico. Conoce a través del sentimiento, se acerca a las realidades; asimismo dice, que para poder llevar a cabo su trabajo, necesita comenzar de cero, para que no se contamine el nuevo proyecto, con ideas de uno pasado.
«Siempre he preferido filmar en locaciones, para estar cercano a la realidad representada en la película que se trabaja».
Bajo esas normas propias, interpretó, el año pasado, a un hombre que lucha contra el cáncer, en una producción de su amigo y director de cine, argentino-brasileño Héctor Babenco, en el largometraje My hindu friend. El largometraje narra la vida de Diego Fairman, pero en realidad, representa al mismo Babenco. Al respecto, Dafoe considera que su visita al Festival Internacional de Cine de Guadalajara, puede ayudarle a buscar un apoyo en la distribución del trabajo, pues hasta ahora, solamente se ha exhibido en Brasil.
«Conocí a Héctor en 1988 y desde entonces platicamos en la posibilidad de poder trabajar juntos en algún proyecto. Lo que nunca se dio. Eventualmente Héctor fue diagnosticado con cáncer y se sometió a un tratamiento alternativo de médula ósea. Parecía que iba a morir, pero finalmente se curó y comenzó a hacer películas con un aire más personal, eran pequeñas producciones. Posteriormente comenzó a tener problemas tanto personales, como profesionales, que impidieron que su carrera siguiera adelante».
Entre líneas, Dafoe proyecta el gusto que le dio haber podido realizar el trabajo, que demandaba una tarea propia, de un actor profesional, la de encarnar a un personaje vivo, que aparte era su amigo. Además, vacila diciendo que una de las cosas más complicadas durante el rodaje, fue hacerle el amor a la esposa de Babenco, pues «fue difícil, tener que hacerle la chamba a Babenco».
«Cuando comenzó a hacerse la película, él ya no estaba enfermo, había sido exitoso el tratamiento, entonces no se sintió como que caminara contra el reloj de la vida. Él murió hace 8 meses. Realmente la enfermedad volvió, después de haber terminado la película. Ya no estaba enfermo, pero estuvo tan cerca de morir, que la experiencia de filmar esta película, era la de un director que había vuelto de la muerte, por lo que cambió por completo el testimonio».
En lo que respecta al ambiente político y la tensión en las relaciones que ha tenido México con EUA, desde la llegada del presidente Donald Trump a La Casa Blanca, Willem Dafoe comenta que haber trabajado con varios proyectos en Iberoamérica lo han hecho sentir un apego por países como Brasil, México entre otros, además de sentirse «ciudadano del mundo, con pasaporte estadounidense e italiano», por lo que respecta a Trump y la construcción del muro entre las dos naciones, dijo: «estoy con ustedes, mis amigos».
