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*Arturo Pérez Martínez | panartepa@yahoo.com.mx | 16 de febrero de 2017
La actividad política en nuestros días ha sido devaluada, corrompida y ninguneada. En la mayoría de los casos, las personas la ven como algo sucio, impropio; en la que sólo pueden participar, gente deshonesta, pragmática y sin escrúpulos.
Ya no se ve cuando menos la diferenciación entre políticos, buenos y malos, últimamente ya no se diferencia entre unos y otros sino que todos son lo mismo.
Y es que esta situación se ha ganado a pulso, al haber tantas personas que por acción u omisión hemos participado en la generación de esta percepción sobre la política.
Que lejos estamos de la definición planteada por don Efraín González Morfín quien decía que la política es la gestión del bien común u otros autores que la definen como el arte de servir o como la frase de Don Manuel Gómez Morín que menciona que para hacer política es necesario el rigor en la técnica y la bondad en la vida.
Es decir, que para hacer política se requieren estos dos elementos; el rigor en la técnica, como algo que se aprende, que se estudia, que es una ciencia; ya que por ejemplo, para encabezar un gobierno u administración pública, se tiene que contar con los conocimientos técnicos para hacerlo, esto no se da así nada más, las personas que tienen aspiraciones a ser dirigentes políticos y encabezar gobiernos, deben de prepararse para ello. Tienen que adquirir conocimientos sobre las normas que rigen la entidad pública de que se trate, para respetarlas y hacerla cumplir como se protesta hacerlo al inicio de un mandato, conocimientos sobre administración, para saber planear, organizar, dirigir y controlar una organización pública, también se requiere tener experiencia y tacto político para no parecer chivo en cristalería.
De la mano de todo esto es indispensable la recta intensión, la bondad en la vida, en la que todos estos conocimientos y habilidades se utilicen para el bien, para lo bueno, para la generación de bienes y acciones públicas que generen un mejor nivel de vida de la población.
O sea que para hacer política de la buena, se necesita que los jóvenes sean preparados para ello, que adquieran los conocimientos y habilidades necesarios para esta actividad y que reciban una formación, que les genere actitudes y valores ante la vida para hacer lo correcto y lo bueno para la comunidad.
Las instituciones responsables de formar políticos, aunque no tienen la exclusividad, precisamente son los partidos y estos deben de hacer su labor, deben de desarrollar cuadros de jóvenes que les guste esta tarea tan noble de la sociedad,
Claro que los partidos deben de impregnarles a sus militantes su ideología, que no es otra cosa que la forma de interpretar la vida y los fenómenos sociales así como su propuesta para diseñar y poner en práctica programas y acciones que contribuyan al mejoramiento de las personas y la sociedad en su conjunto.
De hecho todos los partidos políticos reciben prerrogativas, dinero público para cumplir con sus objetivos, que no solo es participar en las elecciones sino que su tarea fundamental es precisamente la de formar buenos políticos.
Que lejos estamos de esto, cuántos recursos desperdiciados en únicamente sostener burocracias partidistas, cuando los institutos políticos, todos ellos, tienen como algo secundario a la capacitación y formación de sus militantes.
Es por esta realidad que tenemos tantos pseudo políticos, improvisados, arribistas, oportunistas, corruptos, desleales e incapaces y otros calificativos más; por la ausencia del trabajo responsable y el cumplimiento de la tarea de los partidos políticos.
Ahora otra tarea que deben realizar los partidos es la de servir de filtro, para evitar que a través de ellos lleguen a ocupar responsabilidades públicas las personas que no convengan a la comunidad, es decir, a los personajes que es de todos sabido que son corruptos, que son incapaces, que no tienen una buena intención para gobernar, se les debe de excluir y no como pasa actualmente, que desgraciadamente es a los que se impulsa, ya que son por su serie de acciones los que cuentan con los recursos económicos, provenientes de actos de corrupción.
Ojalá y en estos momentos que hay una crisis grave de estas instituciones, nos caiga el veinte y nos pongamos a trabajar en darle la importancia necesaria a la capacitación y formación de los jóvenes y así contar en un futuro con políticos de calidad, con el rigor en la técnica y la bondad en la vida que decía Don Manuel, para que las condiciones de vida en nuestro Municipio, nuestro Estado y la Patria sean cada vez más ordenadas y generosas para todos.
