Kiosco Informativo Información y Noticias sobre Tepatitlán
Related Articles
Julio Ríos | @julio_rios | 02 de febrero de 2017
Es cierto que México necesita de unidad en esta coyuntura inédita que se vive en la relación bilateral con Estados Unidos de América, y más aún ante la política exterior que tanto ha molestado y preocupado, no solo a este país, sino también en varios puntos del globo terráqueo. Por ello pareciera lógico el llamado que hace el Gobierno Federal y algunos partidos políticos a cerrar filas en torno a la defensa de la dignidad nacional.
Sin embargo, el problema es que ninguno de los actores políticos nacionales tiene autoridad moral para convocar a llamado alguno.
¿Acaso un presidente de la República titubeante y rebasado tiene cara para hacerlo? ¿Puede asumir un liderazgo un presidente con apenas un 12 % de aprobación entre los mexicanos y en el ojo del huracán por el gasolinazo que tanto malestar ha generado? ¿Un mandatario que ha desaprovechado todas las oportunidades que ha tenido para congraciarse con su pueblo, y que no ha mostrado ni sensibilidad social, ni tampoco valentía ante los insultos de Trump?
¿O acaso el Secretario de Relaciones Exteriores, Luis Videgaray quien viene a aprender de diplomacia y quien el día que fue a negociar a Estados Unidos no negoció nada porque Donald Trump ya los había madrugado al firmar la orden ejecutiva para construir el muro?
¿O acaso los diputados o senadores que acaban de cobrar jugosos bonos navideños y que han aprobado reformas nocivas para el pueblo de México? ¿Los mismos que han mancillado durante décadas la constitución, adulterando su visión liberal, todo por conformarse con las migajas de los grupos de poder?
¿O los presidentes de los partidos políticos, esos que han sido cómplices de las reformas estructurales que dañan al país, son quienes quieren aparecer ahora como los paladines y protectores de la soberanía nacional?
Lo que en realidad tenemos es un país fragmentado, en el que cada quien jala para sus intereses, en el que nadie se salva del cochinero de los enjuagues políticos, y en el que el Estado de Derecho se resquebraja y cada día se impone más la ley de la selva. Una nación que luce más débil que nunca ante el puño de hierro de Donald Trump.
Es decir, México luce vulnerable. Y quienes lo han dejado casi desnudo para acaparar la cobija de la riqueza solo para ellos son quienes quieren que ahora nos unamos a su llamado, como si fueran estadistas que predican con el ejemplo, cuando todos sabemos que no es así.
Ante ese panorama, una vez más, cualquier movimiento de unidad tendrá que salir, no de la política, o mejor dicho, de los que se sirven de la política. Sino que tendrá que esa unidad nacional deberá surgir del pueblo (en el que realmente reside la soberanía). La unidad deberá surgir de los profesores, de las universidades, de los obreros y los campesinos, de quienes generan empleos dignos (no de los caciques) y de la gente que realmente amamos al país y no de quienes se han encargado de depredarlo y dejarlo indefenso ante esta situación de emergencia.
El pilón:
Sorprende que ahora, el expresidente panista Vicente Fox salga muy bravucón para, según él, decirle sus verdades a Donald Trump y a Estados Unidos, cuando su gobierno fue uno de los más sumisos -o agachón, usando sus mismos términos – ante el vecino del norte. Y además, debemos recordar que antes de que incursionara en la política, el guanajuatense de las botas, fue gerente de la empresa transnacional de transnacionales. Si señor, de la compañía que comercializa la bebida imperialista por excelencia.
