Cinthya Gómez | @escriboenlaluna
1 de julio de 2016.- Con la señal de la paz en las manos, Mara Robles saludó a toda la comunidad que la acompañaba a su toma de protesta como rectora del Centro Universitario de Los Altos.
Los dedos en alto y desde ese momento se supo que era diferente. Distinto también el nivel de convocatoria de la ex directora de la Secretaría de Educación del Distrito Federal, porque esta vez, como no lo hacía en mucho tiempo, al campus de la Universidad de Guadalajara en Tepatitlán concurrieron personalidades del ámbito político nacional y estatal.
Tan sólo la mesa de honor estaba integrada por catorce personas. De izquierda a derecha, la acompañaban impulsores del Centro Universitario, diputados, el Secretario General de Gobierno de Jalisco, Roberto López Lara; la ex rectora Irma Leticia Leal Moya; el Secretario de Salud Federal y ex Rector de la UNAM, José Narro Robles; el alcalde de Tepatitlán, más diputados, el rector General, Tonatiuh Bravo Padilla; José Alfredo Peña Ramos; el rector de la Universidad Autónoma Metropolitana, Salvador Vega y León; el secretario general de la U. de G.; el dirigente sindical Enrique Velázquez y “El Rojo”, Alberto Galarza, líder de la Federación de Estudiantes Universitarios de la U. De G (FEU).
Mientras Mara Robles daba su discurso sobre sus planes para paliar los principales problemas de la región, como la desnutrición, el embarazo adolescente, la violencia y el suicidio, diciendo como se quería venir en el camioncito desde Yahualica o Arandas desde las seis de la mañana o reconocía la belleza de la tierra roja de Los Altos, el liderazgo femenino y la elegancia arquitectónica del Centro Universitario, los políticos, empresarios, sacerdotes, académicos, alumnos, medios, alcaldes, activistas y líderes sindicales guardaban silencio. Expectantes. Admirados.
Abajo, Nicolás Alvarado, director de TV UNAM, y Jennifer Holland, representante de Google Education en México, estaban entre los invitados de primera fila.
De los políticos ni hablar. El Secretario de Educación, Francisco Ayón López estaba sentado junto a Ismael del Toro, diputado de Movimiento Ciudadano en el Congreso Local y federal, Armantina González, reconocida empresaria tepatitlense y en las filas siguientes, demás alteños importantes, maestros y doctores.
Y es que era tanto el gentío de “primera fila”, que no había suficiente primera fila para sentarlos a todos. Como a Guillermo Alcaráz Cross, presidente del Instituto Electoral y de Participación Ciudadana a quién le tocó un lugar en una segunda fila, junto a los alcaldes alteños. Lo mismo Ricardo Villanueva, ex regidor del Ayuntamiento de Guadalajara y ahora rector del Centro Universitario de Tonalá.
Hubo quien de plano se desesperó y se fue, como Enrique Ibarra Pedroza, secretario general del Ayuntamiento de Guadalajara.
Pero quienes aguantaron, se quedaron hasta la comida, que después del evento, se ofreció en el patio de Rectoría. Una comida diferente, porque ahora si, convivieron tanto “invitados especiales” como académicos, administrativos, prestadores de servicio social y alumnos, amenizado todo con música de la Banda Sinfónica Municipal de Tepatitlán.