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Abraza Tepa a sus hijos predilectos

Staff Kiosco Informativo | 01 de mayo de 2024

Tepatitlán de Morelos, Jalisco.- Las Preseas del «Hijo Ausente» y al «Mérito Cívico 30 de Abril» que entrega el Gobierno municipal de Tepatitlán, son mucho más que simples reconocimientos; representan el alma y el buen espíritu de sus ciudadanos. 

Cada año, estas distinciones honran la labor incansable y el compromiso inquebrantable de los tepatitlenses más destacados, aquellos hijos de esta tierra que han dedicado su vida al servicio con bondad, de una manera desinteresada y al mejoramiento de su entorno.

Así, la “Presea del Hijo Ausente» celebra a aquellos tepatitlenses que, a pesar de haber emigrado a otros países o incluso a pueblos cercanos en busca de nuevas oportunidades, nunca olvidan sus raíces ni dejan de contribuir al progreso y bienestar de su tierra natal. Es, pues, un homenaje a la conexión inquebrantable que mantienen con su comunidad, así como un reconocimiento a su arduo trabajo y dedicación, que trasciende fronteras y distancias.

Por otro lado, la Presea al «Mérito Cívico 30 de Abril» rinde homenaje a aquellos ciudadanos y ciudadanas que, día a día, demuestran su compromiso con los valores cívicos y el bien común. 

Ya sea a través de su labor en la educación, la salud, la cultura, la filantropía, el deporte o cualquier otro ámbito, estos individuos se destacan por su entrega desinteresada y su contribución positiva a la comunidad.

Ambas preseas reflejan el profundo sentido de identidad y pertenencia de los tepatitlenses, así como su reconocimiento a aquellos que trabajan incansablemente por el bienestar colectivo. Son un recordatorio de que el verdadero valor de una sociedad reside en el compromiso y la solidaridad de sus ciudadanos, y que la labor de estos individuos merece ser celebrada y enaltecida.

Julio Ríos y Gabriel Lozano, la bondad tiene que traspasar fronteras

Este martes, el Gobierno Municipal de Tepatitlán tuvo el honor de reconocer a dos destacados tepatitlenses con la prestigiosa Presea de Hijos Ausentes.  Julio Ríos y Gabriel Lozano fueron honrados por su notable trayectoria y su inquebrantable compromiso con su tierra natal, a pesar de haber buscado nuevas oportunidades fuera de su tierra.

Julio Ríos, figura destacada en los medios de comunicación estatales y nacionales, ha forjado una trayectoria ejemplar que ha dejado una huella imborrable en la comunidad de Tepatitlán y más allá. Su dedicación y esfuerzo incansable en el campo de los medios no solo lo han catapultado al reconocimiento público, sino que también le han permitido ser un agente de cambio y promotor del desarrollo en su entorno.

Desde sus inicios en el ámbito de la comunicación, Julio Ríos demostró un compromiso inquebrantable con la verdad, la ética y la responsabilidad social. Su labor como periodista no se limitó simplemente a informar, sino que se convirtió en un vehículo para dar voz a los sin voz, denunciar injusticias y promover el diálogo y la reflexión en la sociedad.

A lo largo de los años, la capacidad de Ríos Gutiérrez para analizar y contextualizar la información ha sido fundamental para fomentar el pensamiento crítico y la participación ciudadana en su comunidad. 

Pero lo que más caracteriza a Julio, es el amor inextinguible por la tierra que lo vio nacer. 

“Allá donde voy, les consta que presumo con orgullo mi origen tepatitlense. Puedo enorgullecerme de que siempre que tengo oportunidad, en tertulias, sobremesas o hasta en chats de WhatsApp, insisto en recordar datos históricos de mi ciudad, de sus personajes, de su gastronomía y de sus tradiciones. Y por supuesto de sus comunicadores. Porque nuestra tierra ha sido cuna de grandes periodistas, a quienes no los enumero por temor a omitir a alguno, y que honran el legado que inició en 1905, con los jóvenes soñadores de “El Demócrata”, osado periódico, de fugaz existencia, pero que encendió la chispa del periodismo en la región”, mencionó el periodista en su discurso de aceptación de la presea.

Por su parte, Gabriel Lozano ha emergido como una figura destacada en el ámbito empresarial, demostrando con su ejemplo que el trabajo arduo y el compromiso con el bienestar de los demás son fundamentales para dignificar la experiencia de la migración. 

A través de su labor incansable y su dedicación al prójimo en Los Ángeles, California, Gabriel ha encarnado los valores de solidaridad, generosidad y emprendimiento, convirtiéndose en un modelo a seguir tanto para la comunidad migrante como para la sociedad en general.

Ana María Casillas y Griselda Alcalá amor a Tepa

En la misma jornada de premiaciones, el Ayuntamiento Tepatitlense entregó la Presea al Mérito Cívico a María Griselda Alcalá y realizó del mismo modo un homenaje póstumo a la religiosa Ana María Casillas, fundadora del Colegio y Casa Hogar que lleva su mismo nombre.

María Griselda Alcalá fue honrada con la Presea al Mérito Cívico en reconocimiento a su incansable labor filantrópica y su dedicación altruista hacia la comunidad migrante. A lo largo de los años, Griselda ha sido una voz y un apoyo constante para aquellos que han tenido que dejar sus hogares en busca de mejores oportunidades. 

La entrega de la Presea al Mérito Cívico a María Griselda Alcalá no solo reconoce su valioso aporte a la comunidad, sino que resalta la importancia de la solidaridad, “el cuidado del metro cuadrado propio” y la empatía en tiempos de adversidad. Su ejemplo inspirador recuerda que, a través del compromiso y la colaboración, podemos construir un mundo más inclusivo y compasivo para todos.

Por último, a modo de homenaje póstumo y reconocimiento por su gran labor, la segunda Presea al Mérito Cívico, fue otorgada en honor a Ana María Casillas, por su valiosa contribución a la comunidad y su profundo compromiso con el servicio a los más necesitados en el municipio.

La presea la recibió Alejandro Casillas, pariente y miembro del Consejo Directivo de la institución social y educativa fundada por la religiosa, como merecido recuerdo a quien dedicó su vida al servicio desinteresado y al bienestar de los demás.

Una ceremonia para la bondad

Dada la trascendencia del evento, la premiación tuvo lugar en el emblemático Museo de la Ciudad, ubicado en el corazón del centro de Tepatitlán. El escenario solemne fue presidido por una sesión especial del Ayuntamiento, enfatizando la importancia y el significado de la ocasión. Bajo la mirada de autoridades locales y miembros destacados de la comunidad, se llevó a cabo un acto que honró el legado de los galardonados y su profundo compromiso con el servicio y la generosidad.

El Presidente Municipal interino de Tepatitlán, Arturo Pérez Martínez, destacó la bondad como la característica distintiva de los hijos predilectos de Tepatitlán que estaban siendo homenajeados.

“La bondad es la característica de los hoy galardonados. Su generosidad es digna de admirar su misión de ayudar a los demás no busca el aplauso pero es digno atesorar ese legado y reconocer lo importante que son para nosotros porque nos incitan a mejorar nuestra propia vocación”, mencionó el alcalde.

Tras la sesión solemne, la celebración continuó con una comida de convivencia en el Núcleo de Feria, donde los galardonados y sus familias tuvieron la oportunidad de compartir y celebrar juntos. En un ambiente de camaradería y gratitud, se intercambiaron experiencias de vida y se reafirmó el vínculo especial que une a estos ciudadanos destacados con su comunidad.

En suma, la premiación no solo fue un reconocimiento merecido a la labor y el compromiso de los galardonados, sino también una oportunidad para la comunidad de reunirse y celebrar los valores de solidaridad, generosidad y servicio que los distinguen. El evento reflejó el espíritu de unidad y gratitud que caracteriza a Tepatitlán, así como el compromiso compartido de sus ciudadanos de trabajar juntos por un futuro mejor.

 

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